"Exacto, y eso se une con otra cita que dice: “la alegría es un hábito”, y lo es, esa es la verdad. La alegría no tiene nada que ver con la felicidad. La alegría es esa virtud animal que nos permite regocijarnos de estar vivos. Ser conscientes de estarlo. Entonces, la alegría, en primer lugar, es algo que te viene de fábrica, es algo biológico. Yo creo, por ejemplo, que soy una buena disfrutona, que debo tener mucha buena sopa biológica, mucha oxitocina porque tengo esa capacidad de alegría. Es decir, yo de repente, salgo un día de sol y es un cielo azul como los que hay acá en Madrid y es una maravilla. Y salgo al día siguiente y está lloviendo a cántaros y digo: '¡Qué lluvia tan bonita! ¿Me encanta todo, entiendes? Es esa capacidad, pero lo de la alegría también es un ejercicio. También podemos fomentarlo. Hay que intentar de cambiar la manera en que miramos el mundo, en que nos contamos el mundo. Eso es lo más importante y eso es lo que nos dice Raluca. Raluca es una tía de contarse el mundo de otro modo, de una manera tan positiva que le permite vivir, salvarse a sí misma y salvarse a los que tiene alrededor. Entonces llena del mundo de luz con sus palabras y es que el relato que nos hacemos de nosotros mismos es esencial. Decía el filósofo Epicteto que lo que le afecta al ser humano no es lo que le sucede sino lo que se cuenta de lo que le sucede. Cómo nos contamos nuestra vida es esencial por eso hay tantas terapias que se basan en cambiar la narrativa y te cura de alguna manera. Y por eso la frase: “Quien quiera estar contento que lo esté, del mañana no hay certeza”.