Ricardo González Vigil se encargó de la edición, prólogo y notas en 'César Vallejo. Poesía completa' (Seix Barral, 2018).
Ricardo González Vigil se encargó de la edición, prólogo y notas en 'César Vallejo. Poesía completa' (Seix Barral, 2018).

Ha leído toda la poesía de más de cien veces. Enseña sobre el autor de Trilce desde 1971. A partir del año 86, ha publicado importantes libros acerca del poeta liberteño. El respetado crítico literario y escritor Ricardo González Vigil ha dedicado una vida al creador de ‘Masa’. Y, recientemente, se encargó de la edición, prólogo y notas en 'César Vallejo. Poesía completa' (Seix Barral, 2018). Tocamos el timbre de su casa, sale con un libro bajo el brazo y nos propone ir a la cafetería de la esquina. Nos sentamos y pone la obra vallejiana sobre la mesa, como fiel guardián de las palabras que se dirán en su nombre en esta entrevista.

¿Cómo llega a Vallejo?
Cuando era niño. Desde siempre me ha gustado la literatura. Apenas aprendí a leer y escribir, me ponía a leer de todo. Inicialmente, quizá, me gustaban más las novelas, los cuentos, pero también escuchaba los poemas de Vallejo, Chocano, Rubén Darío que a veces los mencionaban en mi casa. Pero Vallejo me llamó la atención cuando estaba en secundaria. Me acuerdo que en un libro de colegio estaba Trilce XXIII, pero entendí poquísimo y, a los 13 años, ya me preciaba de haber leído muchos clásicos universales. Este “tahona estuosa de aquellos mis bizcochos” no entendía. Me gustaba ir al diccionario para ir completando información. Entonces, me quedé deslumbrado por la precisión y riqueza con la cual Vallejo elegía palabras que generaban conexiones múltiples. Ningún poeta me había producido eso.

¿Por qué el lenguaje poético caló en usted?
Es el que más potencia la expresividad del lenguaje y más condensa la experiencia humana en símbolos universales. Y las novelas que más me gustan son las que tienen aliento poético. García Márquez en el discurso del Premio Nobel no dijo “mi novela” sino “mis poemas”. Me encanta Joyce y Proust, donde casi no interesa la trama, sino el vuelo creador. La poesía es verso, lírica, épica, dramática. En el caso peruano, Vallejo me parecía un enigma más fuerte. Cuando ya estuve en la universidad, comprobé que él era el mayor fenómeno de la literatura peruana.

En el Perú tenemos una universidad y un equipo de fútbol con el nombre de Vallejo…
El Perú es el único país que yo conozco que tiene equipos de fútbol con nombres de escritores. Inca Garcilaso, Mariano Melgar… ¿Acaso en Argentina hay Jorge Luis Borges? ¿O en México existe algún club Juan Rulfo? Curioso, ¿no? (risas).

El gran público reconoce a Vallejo, su nombre y figura. ¿Pero los peruanos realmente los conocemos?
No. Comienza por los primeros profesores que enseñan, que no están muy bien preparados, y cuando se trata de un autor que exige tanto como Vallejo, que no es fácil, no saben qué hacer. Yo he ido a colegios y cuando explicas los poemas difíciles de Vallejo, conmueven. No es un poeta para especialistas ni para gente sofisticada. Como decía Blanca Varela, cuando entiendes un poema, sientes un sismo que te mueve adentro. Él recoge las experiencias del hombre común y las dice en un lenguaje muy sintético, original, que rompe convenciones y que amplía el concepto de belleza. Para Vallejo, todas las palabras pueden ingresar en la poesía, todos los temas. Rompe clichés y estereotipos que había hasta la poesía modernista. Es el mayor fenómeno de la poesía en español del siglo XX.

¿Qué diferencia a este libro de otros?
La editorial quería una edición que llegara al gran público, que no tuviera tantas anotaciones. Tiene un prólogo al alcance del público que ve la aventura creadora de la poesía de Vallejo. La obra de él posee neologismos o palabras raras, que son necesarias explicarlas en un vocabulario, que está en el libro.

Vallejo
Vallejo

Pensemos en un lector iniciado o en alguien que quizá al leer esta entrevista le despierte curiosidad por ir más allá de la superficie vallejiana. ¿Por qué hay que leerlo?
Una razón es que nos compete a los peruanos. Vallejo es un ejemplo de cómo uno puede tener una capacidad de asimilar el mundo entero: interesarse por la guerra de España, por Rusia. Cuando ves toda la obra de Vallejo en periodismo, teatro, novelas, que te ayudan a entender su poesía, encuentras que habla de todo: cine; teatro; danza; política; religión; deportes, le gustaba mucho el tenis y box; de la moda. Vallejo es amplio y no excluyente. Y a la vez, siempre estaba con sus raíces andinas. No deja de ser muy peruano y, al mismo tiempo, es muy universal. Otra razón es que en la circunstancia actual, la sociedad de consumo y fuerza que tienen los medios masivos están conspirando, de alguna manera, contra un desarrollo interior de la personalidad, y la poesía es de lejos el medio del ser humano menos contaminado por la comercialización. La poesía no se vende. Es más genuina. En la comunicación actual la gente se está acostumbrando a tener información simultánea y eso conspira contra la concentración. Cada vez hay menos abstracción. Entonces, enseñar poesía es un antídoto.

En tiempos donde la brevedad prima, la poesía es una suerte de brevedad que nos acerca a lo profundo.
Que te expresa con libertad, que no piensa en lo políticamente correcto. La poesía es lo más humanizante que hay. Y la tercera razón es que Vallejo presenta una utopía necesaria. El amor es la única forma de luchar contra los heraldos negros que nos manda la muerte. El amor mata a la muerte. Vallejo es un gran poeta de la muerte, pero, a la vez, es un poeta que lucha contra el dolor, contra la muerte. Y el mensaje de su poesía es cómo el amor le va a ganar a la muerte. Tiene esperanza.

¿Aún es necesario luchar contra esa figura triste, amarga, sufrida de Vallejo?
Claro que sí, porque es un estereotipo. La poesía de Vallejo no es fácil y la gente no capta su humor.

Porque no es malo ser un escritor sufrido, amargo, ¿no?
De acuerdo. Pero los poetas más completos, los Dante, Shakespeare expresan la diversidad de la experiencia humana. Vallejo también tiene una poesía erótica y extraordinaria en Trilce, que rompe, que habla de sexo, menciona los órganos sexuales como nunca se han mencionado en español. Tiene una poesía de liberación sexual. Además, Vallejo posee un humor muy parecido al de Chaplin, que es una mezcla de risas y lágrimas. Te hace reír, pero también te patea el alma. En Trilce hay humor de vanguardia, disparatado, dadaísta, irreverente.

¿Trilce es la obra cumbre de Vallejo?
No estoy de acuerdo. Es un libro único, pero Poemas Humanos y España, aparta de mí este cáliz también lo son. Los heraldos negros es un libro desigual. Trilce es la primera obra maestra absoluta de Vallejo. Desde ese momento, viene una madurez sensacional. Pero en mi opinión Poemas humanos (que no es un título sino agrupa los poemas que dejó) superan a Trilce. Y la cumbre es España, aparta de mí este cáliz. Vallejo va de menos a más.

En el libro usted elabora una suerte de estructura de la poesía de Vallejo. En Heraldos... navega entre el romanticismo y el modernismo; Trilce es vanguardista; Poemas Humanos, sería una transición a lo post vanguardista. ¿España, aparta de mí este cáliz qué sería?
Si bien es post vanguardista, no se puede clasificar, porque tiene elementos líricos, épicos, trágicos, que tiene un sabor bíblico. Una especie de lenguaje totalizante. Y que va a influir en la poesía de Arguedas.

¿Cómo encajaría Vallejo en este tiempo?
Él estaría con ideales de atacar este sistema deshumanizante. No aceptaría la globalización ni el mercado de consumo. Sería una persona de izquierda buscando fuera de los sistemas que han fracasado, como el marxismo-leninismo, el estalinismo, muchas cosas maoístas. Le hubiera horrorizado el terrorismo.

Se hará una película de Vallejo que Reynaldo Arenas la protagoniza. ¿Qué opina?
Vallejo quiso hacer cine, pero no encontró quien lo financie. Buscó hacer una adaptación de Colacho Hermanos. Vallejo es protagonista en varias novelas y todavía está esperando que el cine se porte bien con él.

¿Cómo llegó usted a la literatura?
Siempre me han encantado los cuentos, como Las mil y una noches, que es el mayor monumento del cuento universal. No hay otra cosa que tenga su riqueza y magnitud. También están Las fabulas de Esopo. Quizá el primer autor peruano que me encantó fue Ricardo Palma con sus Tradiciones Peruanas. Comencé a entender que la literatura habla con imágenes. Y mi iniciación en la poesía es más indirecta. La música y la canción lírica me han ido preparando para la poesía. En mi casa había mucho de ópera, zarzuela, música criolla. También me han encantado los Beatles.

¿Vallejo qué música sería?
Él cantaba yaravíes. Parece que tenía una voz aceptable. Cantaba música andina. En sus comentarios él menciona músicos de la llamada música culta, en la zona limítrofe con el jazz. Pero también decía: “mi alma canta en una quena”. Un yaraví sale muy bien con un poema de Vallejo.

¿Qué escribe o alista?
Estoy terminando una antología de cuentos peruanos escritos por mujeres, que cubre los últimos 40 años, a partir de Laura Riesco para acá. Y cuando tengo tiempo escribo poesía. Para la Primavera Poética, que organiza Harold Alva en setiembre, me ha pedido algunos poemas. O escribo crítica (estudios) o poesía. Nunca he escrito cuentos, novelas ni teatro. En poesía sientes que tu lenguaje se llena de expresividad, de imágenes y que eso no es artificial. Y el crítico es como un segundo creador, que ejecuta a partir de una obra. Hay una dosis de creatividad en la crítica. Además, me gusta enseñar.

¿La crítica tiene una función más didáctica?
Para mí sí. El crítico es un lector competente que ha leído obras claves, que tiene un conocimiento de la tradición literaria que le permite situarse en un mapa, que posee una formación literaria y en métodos de análisis, y que sabe mucho de lingüística. El crítico es como una persona que escucha un buen chiste y quiere contarlo.

¿Y la crítica que, por el contrario, desnuda las falencias?
Me parece que es válido un crítico que señala defectos. Pero hago un razonamiento: el lector que tiene poco tiempo para leer libros, quiere que le digas qué libro debe leer. Entonces, que le digas: “no leas este libro”, no me parece.

¿Si tuviera la oportunidad de decirle algo a Vallejo, qué le diría?
¡Muchas gracias! Y que me hace sentir más orgulloso de ser peruano.

AUTOFICHA:
“Nací en Lima, en 1949. Estudié en el colegio Recoleta. En 1966, ingresé a la U. Católica y terminé en el año 70. En el 71, comencé a enseñar, a los 21 años. En el 75 me doctoré y ese mismo año empecé a hacer comentarios de libros en El Dominical de El Comercio. Entre el 71 y 73 estuve en la revista Hablemos de cine”.

“Precisamente, en la Feria del Libro presentaré el segundo tomo de la antología Hablemos de cine. Este arte es lo que me gusta más después de la literatura. Dejé la revista en el 73 porque ya no tenía tiempo de ver todas las películas dado que los libros me absorbieron”.

“En 1973, publiqué mi primer libro de poesía Llego hacia ti. He publicado siete libros de poesía. Después he publicado más de 50 libros, entre los más importantes está El cuento peruano, que lo publicó Petroperú y que salieron 11 volúmenes. También está La poesía peruana del siglo XX, en dos tomos”.