(USI)
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Cuando estudiaba en el colegio, tuve la suerte de conocer la Dulcería Santa Rosa, porque quedaba a la vuelta. Hogar de preparaciones clásicas como la crema volteada, zambito, maná, arroz con leche y mazamorra morada, siempre tenían en exhibición un postre que me resultaba curioso por su aspecto.

Se trataba del ranfañote, uno de los dulces más antiguos de Lima que consta de la mezcla de pan, nueces, pasas, coquito, chancaca y un elemento que brilla por su peculiaridad: el queso.

A propósito del aniversario de Lima, donde recordamos sus orígenes, presentamos la historia de esta preparación, que suele pasar desapercibida en nuestras mesas.

APROVECHANDO RECURSOS
Si bien no hay una historia confirmada sobre su origen, se manejan dos teorías.

La primera sostiene que los esclavos negros solían aprovechar las sobras de comida de sus amos, como pan tostado, queso, coco, entre otros. Haciendo uso de su imaginación, le agregaron miel de caña y de ahí resultaría el ranfañote.

La segunda historia que explica su creación se sitúa en la guerra entre Perú y Chile, en el siglo XIX, ya que la dieta de los soldados peruanos incluía pan y queso, a lo que le agregaron miel.

Lo cierto es que este postre es una evidencia de la creatividad de los peruanos del pasado, pero también es un ejemplo de aquella tradición que debemos recuperar.

DATO:
- Para probar este postre de antaño, puede visitar la Dulcería Santa Rosa, ubicada en Jr. Leoncio Prado 471, Magdalena del Mar.