Gran parte de la película dirigida por Sarah Polley ocurre en un granero por lo que la fuerza de la cinta destaca en las interpretaciones de las protagonistas (interpretadas por Frances McDormand, Claire Foy y Rooney Mara, entre otras). Al cargar con un mensaje tan importante como es el acoso sexual y el empoderamiento de las víctimas, es necesaria esta relevancia que la cinta le otorga a las mujeres. Hay un acertado enfoque a sus reflexiones y decisiones, en lugar de apegarse a las escenas de acoso, como podría haber hecho cualquier otro filme con menos tacto.