Pepe Alalú, el peruano que llegó a ser vicealcalde de Jerusalén (Fotos: Organización Fuente Latina).
Pepe Alalú, el peruano que llegó a ser vicealcalde de Jerusalén (Fotos: Organización Fuente Latina).

Asegura sentirse 100% peruano y 100% israelí. “Es raro”, me dice. “A los israelíes les digo que soy peruano y a los peruanos que soy ”, justifica entre risas sobre sus sentimientos por el país que lo vio nacer y la nación donde reside desde hace 50 años.

Pepe Alalú es uno de los, aproximadamente, 3 mil peruanos que viven en Israel, donde llegó a ser vicealcalde de Jerusalén y tuvo como encargo los temas culturales, las escuelas árabes y el presupuesto de educación.

Fue hincha del Mariscal Castilla en Lima y en la ciudad israelí es conocido entre sus amigos como “el cebichero”. Tenía unos 23 años cuando partió por primera vez del Perú, donde dejó en suspenso sus estudios de Ingeniería. En la época universitaria simpatizó con el Apra. “Cuando era un partido socialista”, aclara. Hacia finales de la década del sesenta, pasó por Francia y vio de cerca la revolución de los estudiantes. Ahí consolidó su vocación izquierdista y tomó el sionismo como una revolución propia. Llegó a Israel y conformó el movimiento Nueva Izquierda y luego apoyó a los Panteras Negras. Desde entonces, habita en el lado zurdo de la política israelí.

“El Perú me aloca, me siento muy peruano en todo sentido. Hace dos años que no voy. Quiero ir para recorrer la cordillera, la selva, Arequipa, Cusco”, confiesa Pepe desde Jerusalén, hasta donde llegó Perú21.

Pepe Alalú
Pepe Alalú

La impresión desde afuera es que Israel vive en medio de una guerra y que muchas veces es el malo de la película. Pero una vez adentro, percibo una aparente sensación de seguridad y paz.
No hay bueno ni malo. Los dos no tratan de entender a la otra parte. Tanto Israel como Palestina no se comprometen ni entienden que estos dos pueblos tienen derechos. No hay una conversación directa, todo se hace por intermediarios. Uno le dice al otro que no hay con quién hablar, y no es verdad. En vez de llegar a un acuerdo mutuo, realizan actos de terror. Los pueblos están decididos a hacer la paz, quieren la paz, no ven otra solución. Mira, los palestinos van a estar en el Medio Oriente, no los puedes mandar a otro lado. Israel también es un país fuerte.

¿Qué debe pasar para que haya esa paz?
No se puede decir que el mundo hoy en día esté interesado en solucionar este problema. Aunque la gente sí estaría dispuesta a llegar a un compromiso y entregar parte de los territorios.

¿Qué implica esa entrega de territorios?
Para mí, que soy una minoría, la solución es entregar los territorios que se conquistaron en el 67. Habrá dos Jerusalén: una para Palestina y la israelí. La parte oriental pasaría a Palestina. Hoy Jerusalén está dividida en la parte occidental y oriental (donde hay población musulmana). Al mismo tiempo, Jerusalén tendrá que ser una ciudad abierta.

Pepe Alalú
Pepe Alalú

¿Por qué vino a Israel?
En el 67 fue la primera vez que vine, cuando comenzó la Guerra de los Seis Días. Siempre me sentí muy peruano, pero también me sentí muy judío. Ahora, como judío, no soy religioso del todo. La solución del problema judío era tener su Estado propio; entonces, cuando empezó la guerra, eso me impulsó para venir. Pero volví al Perú y en la época de Velasco retorné a Israel. En el Perú me preguntaba qué es ser judío y yo no soy religioso; entonces, lo único es el sionismo. Por eso vine.

Y llegó a ser vicealcalde de Jerusalén.
Ser vicealcalde de Jerusalén, siendo de izquierda, es lo más difícil de lograr. Eso fue hasta hace cuatro años. En Jerusalén la mayoría es gente de derecha y ultrarreligiosa, ambos más o menos son el 80%. Inclusive, no hay mucha gente de centro. Tuve muchas contradicciones con el alcalde y renuncié.

Entiendo que, sobre todo, las posiciones de izquierda y derecha tienen que ver con quienes apoyan el acuerdo de paz y quienes no. ¿Es así?
Es cierto. Pero mucha de la gente cree que ese problema no se puede solucionar o que demorará; entonces, la visión económica está surgiendo. Y mi partido es la única izquierda que tiene gente judía y árabe, y nosotros decimos que no se puede olvidar la parte social, porque aunque económicamente el país está bien, las diferencias económicas son muy fuertes. Hay mucha pobreza, sobre todo en Jerusalén en la parte árabe.

Ha vivido intifadas, guerras. ¿Qué es lo peor que le ha tocado presenciar?
Personalmente, me atacaron con una piedra en la cabeza. Hubo un problema en un barrio árabe y tras una confusión, no me reconocieron y me agredieron. Pero al día siguiente, vino toda la gente del barrio a mi casa a traerme flores y disculparse. En la primera intifada, árabes y judíos pedimos paz. El problema fue en la segunda intifada, que fue muy peligrosa y los palestinos no pudieron controlar a los terroristas.

¿Hoy, con 50 años en Israel, cuál diría que es el encanto de vivir en este territorio?
Ya no me preocupa el sionismo. Ya tenemos el Estado, es fuerte y los judíos que han querido vivir han podido hacerlo. Hoy lo importante es saber si vamos a seguir viviendo en medio de atentados. Siempre pensé que mis hijos no debieron ir al Ejército, pero fueron. Y ahora mis nietos estarán en el Ejército. Para eso no vine acá. Yo quisiera llegar a un acuerdo, y este acuerdo existe, pero el problema es que no hay líderes en ambas partes. Mi hija vive a siete kilómetros de Gaza. Todos los viernes estamos preocupados por lo que va a suceder. No es una vida simpática, aunque lamentablemente uno se acostumbra a todo.

¿Qué tenemos en común Perú e Israel?
Su naturaleza, muy linda, y su historia. La gente es muy simpática. Por eso muchos israelíes viajan al Perú, se sienten en casa.

¿Qué espera del futuro?
Tomará tiempo, pero se llegará a un acuerdo de paz. Cuando ocurra eso, Israel hará la paz con todos los países árabes, y esta zona será como el paraíso. Mis nietos lo verán.

Pepe Alalú
Pepe Alalú

AUTOFICHA:

“Nací en el 45, en Lince. Mi ascendencia judía viene de padre y madre, mis abuelos migraron de Turquía. Mi papá vino de un año, en 1906. Estudié Ingeniería Eléctrica en la UNI. Fui hincha del Mariscal Castilla, que subió a primera un año, sin mucho apoyo económico. Tenía a Gallardo, que luego pasó al Cristal”.

“En Perú era Pepe, pero había Pepes en cada esquina. Cuando vine a Israel, me cambié a José, pero acá hay Josés en cada esquina; entonces, volví a ser Pepe. En Israel estudié Educación. Pero al final trabajé como ingeniero 25 años. Hoy todavía me dedico a temas sociales”.

“Mucha de la gente palestina, cuando tiene un problema, me busca. También me dedico a cuestiones culturales. Soy uno de los dirigentes del Museo de la Naturaleza. Fui concejal 17 años, dentro de los cuales fui vicealcalde por cuatro años. Hasta donde sé, soy el único peruano que ocupó ese cargo en Israel”.