(Omar Huamán)
(Omar Huamán)

Redacción PERÚ21

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Cerca de la medianoche del 5 de febrero del 2011, la descarga salsera en el jirón Cervantes, en Breña, estaba en su punto de ebullición. "Mambo, qué rico mambo, mambo, hay mambo" se escuchaba por los parlantes. Era un disco de la orquesta colombiana La 33 que había puesto a bailar a decenas de parejas, entre ellas a Cristina Marticorena y Gustavo Burga, que recién acababan de conocerse.

"El disco se malogró tres veces y no sabíamos qué hacer, hasta que Gustavo me dijo que conocía bastante de salsa, pero que nunca había escuchado esa canción. Yo le dije inmediatamente que se llamaba 'La pantera mambo' y él se quedó sorprendido. Eso rompió el hielo entre nosotros", dice la también comunicadora.

Una descarga sin música no es descarga, así que esa noche, mientras reparaban el equipo de sonido, Gustavo se subió al escenario y comenzó a tocar las congas para que la gente no se enfríe. Todo había resultado perfecto. A los tres meses, Cristina y Gustavo ya eran enamorados y un año después se casaban bailando, como tenía que ser, "La pantera mambo", una versión salsera del tema de "La pantera rosa", del estadounidense Henry Mancini.

Los sonidos de algunos capos de la salsa dura como Ray Barretto –un iluminado que compuso muchos de los éxitos de la agrupación Fania All-Stars–, Eddie Palmieri, Willie Colón, Rubén Blades y Héctor Lavoe retumban siempre en sus cabezas, por eso continúan asistiendo a bailar a las descargas. "Se hacen máximo tres veces al año. Este sábado 6 se llevará a cabo la primera del 2016 y será en homenaje a la música cubana. Será mi descarga número 17", apunta Cristina.

SITIOS DE CULTOPara Gustavo, ingeniero informático, las descargas educan musicalmente al salsero. "Allí vas a escuchar y bailar canciones de grupos que nunca has oído. Se ponen vinilos de orquestas venezolanas, colombianas y puertorriqueñas de los años 60 y 70, de los primeros cultores de la salsa. Incluso, se va más atrás, cuando la salsa aún no se llamaba así y se bailaban ritmos como el guaguancó y el chachachá. Jamás vas a escuchar en una descarga una canción que pasan en la radio", cuenta el también percusionista de la trovadora Miryam Quiñones.

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