Abigail es una joven que vivía en Salem (EE.UU.) en 1692. Fue encontrada bailando en el bosque con su prima Betty y su esclava Tituba. Tras este acto, Abigail y Betty contrajeron una rara enfermedad que les hacía tener visiones y convulsionar. Pero, según se decía en el pueblo, las jóvenes estaban embrujadas. Una historia real que fue llevada al teatro, en 1950, por el dramaturgo estadounidense Arthur Miller.

La obra se llama Las brujas de Salem y se presenta en la Asociación de Artistas Aficionados, bajo la dirección de Manuel Calderón.

Está basada en la persecución a supuestas brujas, acusadas por un grupo de muchachas. Miller fue más allá y recreó esta circunstancia, dándole a Abigail (el personaje) un motivo: vengarse de la esposa de John Proctor, con quien tuvo un romance prohibido.

CRISIS EN EL PUEBLO
La puesta en escena muestra cómo, a partir de los intereses personales de una joven, se desata un estado de crisis en un pequeño pueblo al norte de EE.UU.

Asimismo, expone cómo las acusaciones injustas, un fanatismo enfermizo y los enfrentamientos entre miembros de una comunidad pueden llevar a que se cometan actos como las ejecuciones.

Para el director de Las brujas de Salem, la obra “describe los peligros de guiarse por prejuicios que no nos dejan ver la realidad”.

En el escenario se enfrentarán la razón y el fanatismo, la realidad y la ficción.

Dato:
Las brujas de Salem se presenta viernes y sábados, a las 8 p.m., y domingos, a las 7 p.m., en la Asociación de Artistas Aficionados (Jr. Ica 323, Centro de Lima). Hasta el 31 de marzo. Entradas en la boletería a S/10.