Franklin Dávalos vuela de un lado a otro. El escenario es suyo, las paredes blancas, la arcilla mojada chorreándo por sus mejillas, la luz apuntándole al rostro. Todo. Por cincuenta minutos, recorre los caminos de la alegría, la tragedia, la tranquilidad y el desequilibrio. También encuentra el amor. Explora la psicología de una madre a través de su hijo entregado en adopción al nacer. Una performance íntima, labrada con episodios de su vida y memoria, solo así 'La escondida' entra en acción.
EL ROL DE UNA MADRE
Esta obra cierra las tres noches de performance presentadas en el Museo de Arte Contemporáneo. Luego de Q’UCCHÚ, de Karin Elmore, y Tender Room, de Paola Torres, La escondida se muestra el objetivo de “indagar en la imagen materna a través del cuerpo del hijo en escena. Es el cuerpo de un hombre buscando indicios de su femineidad en imágenes establecidas de madres, y con ellas construir un discurso artístico y político que genere una sensibilidad sobre el rol de una madre en nuestra sociedad”, cuenta Dávalos, quien agrega que la performance, inspirada en una experiencia personal, le ha servido también para entrar en diálogo con un discurso social.
Reflexionar sobre “los vínculos de una obra de arte con su entorno”.Esta noche La escondida vuelve al MAC, lugar donde nació en 2016, para hacerse los mismos cuestionamientos, una mirada más reflexiva y quizás toparse con nuevos hallazgos.
DATOS
- El ingreso para apreciar la performance es con el pago de la entrada al MAC (Av. Grau 1511, Barranco).
- Fránklin Dávalos es un actor, bailarín y director ecuatoriano con formación en Lima. En mayo, estará con la Compañía de Danza de la PUCP en la obra Laberinto.