Autora Olga Montero Rose.
Autora Olga Montero Rose.

En ‘Cortejo’, la novela de la psicoanalista Olga Montero Rose, hay dos cortejos, el fúnebre y el amoroso, en una dualidad que se entremezclan hasta llevar a Simona -el personaje de la obra- por caminos que desconocía donde hay dolor, recuerdos, alegrías, miedo, nostalgia, deseo.

“Quería escribir una novela pero no sabía escribir una novela. Tenía varios textos pero no un formato, así es que busqué a mi querido amigo Gustavo Rodríguez, que en ese momento no era mi querido amigo, sino que lo había visto solo un par de veces en la vida y le dije “tengo esta idea, pero no sé escribir una novela, así que enséñame”. Gustavo, sorprendido y generoso me dijo “ya”. Nos empezamos a reunir una vez por semana, luego dos veces por semana y así arrancamos por un año casi. Gustavo me decía “eres psicoanalista, entonces hay que escribir sobre lo que sabes”, y decidimos plantearlo como sesiones psicoanalíticas”. Así lo cuenta la autora de este magnífico libro que no pude resistir subrayar tantas veces para reflexionar, compartir y, sobre todo, sanar. Y de eso también trata ‘Cortejo’: de ir encontrando la pieza que falta para rozar la tranquilidad, la paz y, con buena fortuna, la felicidad.

“Los pacientes se preguntan cuándo se irá el dolor, lo bueno es que el camino en compañía mitiga el dolor”. Esta frase la subrayé en el libro porque Simona no está sola. La acompaña su psicoanalista.

Absolutamente. Y lo digo como psicoanalista y como paciente. En la formación de la vida he pasado por la experiencia de un dolor compartido y rescato lo fundamental del vínculo sobre todo.

¿Por qué se queda alguien amando a alguien que no lo ama?

Yo creo que es por recuperar lo previo, puedo darte varias versiones de lo que pienso, porque es un tema muy importante y amplio. Lo que escucho y posiblemente haya vivido es que uno se queda fascinado por el primer momento, donde el amor parece ser absoluto y uno cree ser absolutamente reconocido y valorado, y después se pierde el amor, y uno como que no puede renunciar a ese primer momento y se aferra, aceptando y pagando un precio altísimo por aquel primer momento que tal vez no vuelva nunca. Creo que la necesidad de amor que tenemos los humanos es enorme, digamos, somos seres que nacemos incompletos y no podemos vivir sin alguien que nos ame, literalmente. Entonces, tenemos un vínculo de apego desde que nacemos, porque si alguien no nos ama de bebés nos morimos. Siguiendo esta línea en términos psíquicos y la poca capacidad que tiene un bebé de sobrevivir solito, además, creo que nos configuramos como un ente psíquico a través del vínculo. Perder el amor en la infancia es terrible, sería casi una sentencia de muerte. Somos infantes, cargamos esa huella de vulnerabilidad humana que hace que a veces pactemos vínculos que no son sanos por temor a la soledad, que es bastante humano.



“Escribir es un momento maravilloso, y lo seguiré haciendo. Es algo que he deseado mucho y me ha gustado el resultado”.

Este miedo hace que a veces tengamos relaciones que muchas veces nos lastiman

Absolutamente.

“Una carnada de afecto” no es suficiente

El afecto es fundamental. El psicoanálisis por ejemplo puede reparar un vínculo que no ha existido, si hubo una carencia o hay un forado en términos de vínculos primarios. Nuevos vínculos también nos curan, no solamente las figuras paternas, pero puede haber personas que nos amen y nos salven la vida también. El amor repara, la capacidad de reparación del humano también es una gran característica.

El amor repara, el amor nos puede salvar

Sin duda, absolutamente. El amor nos puede salvar y dar oportunidades, y reconfigurar historias que nos hablan de nosotros mismos. Creo que todos los humanos necesitamos este reconocimiento y este amor, algunos tal vez con una base más sólida, otros con una más frágil. Pero creo que lo menos sano que podemos hacer es que uno viva o ame para satisfacer al otro, ahí es donde nacen las relaciones no saludables, porque ya el deseo de uno está empeñado en ser agradable y no podemos ser como somos.

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“Yo, la enamorada, un día dejé de estarlo”. ¡Qué difícil es dejar de amar! ¿Cómo se consigue?

Creo que es una pregunta muy difícil de contestar, tengo muchos años de consultorio y conocí personas con quienes compartí ciertos temas de intimidad y podría decirte que no existen procesos iguales. Hay personas que lo hacen más fácilmente, y otras que no, que les cuesta muchísimo, es difícil contestar de manera general. La manera en que cada uno se configura es distinta.


“Hay que estar atentos a la felicidad, es importante. Hay que reconocerla y cuidarla, en la medida de lo posible”.

En el momento en que Simona dice que dejó de estar enamorada, nacen nuevos personajes e historias alrededor de ella.

Cuando Simona deja de estar enamorada entra a colación el tema del duelo, que también es un tema del que trata el libro. La capacidad de hacer un duelo de una persona con la que el vínculo se rompió. El proceso de duelo trata de eso, de tratar de recuperar la energía que se fue con el ser perdido para uno poder recuperar ese amor puesto en otro, para seguir con otros amores y otros proyectos.

¿Sin duelo no hay reparación del corazón?

Si evitamos el duelo seguimos tapando la herida. Hay que darle su tiempo, porque muchas veces el miedo a enfrentar la tristeza nos atora, nos deja congelados y acorazados. El amor invertido en otros se va con los otros, recuperar la energía hacia uno mismo requiere tiempo.

Ese proceso puede llevar la vida

Puede tomar mucho, es cierto.

¿Consideras que los peruanos le dan atención a la salud mental?

Considero que no lo suficiente, creo que nos falta mucho en términos de salud mental.

Es que vas a terapia y ya te están viendo como loco

Esa es una cosa terrible, es decir, la persona que va a tratar su salud mental es estigmatizada como un loco. Muchos me preguntan si mi trabajo es difícil, porque trabajo con personas que tienen problemas y yo respondo que la gente que llega a mi consultorio es la más sana: llega a conocerse y enfrentar sus problemas. Más me preocupa la gente que no llega a afrontar sus problemas por los estigmas y prejuicios. Este es un libro que también trata de los prejuicios en general, como la orientación sexual, la homosexualidad, temas que debían hablarse.

No te quedas en el prejuicio…Lo abordas desde la normalidad que es amar a una persona de tu mismo sexo, que tiene una hija que se llama Claudia y que no se hace un mundo ni nada semejante…

Lo abordo sin base en estigmas o prejuicios. La naturalidad es salud, cuando estaba escribiendo e investigando sobre la homoparentalidad, no se trata de que la salud de los chicos dependa de la madre o el padre, sino de funciones que se cumplan en cuestión de amor. La crianza saludable tiene mucho más que ver con la salud mental de la familia que con el género de las personas que la conforman. La salud no tiene que ver con el género ni la orientación sexual.

¿Se sale de la depresión en algún momento?

Hay muchos estados de depresión como en cualquier cuadro de salud mental. Hay personas que están deprimidas quizá por tener un duelo inconcluso. Enfrentar un duelo quizá nos conecte a otros duelos de la vida y quizá por eso hay un cúmulo de pérdidas.Hay muchas personas que, al haber grados en la depresión, necesitarán medicamentos; unas personas la necesitarán temporalmente, en el proceso de la terapia, y otras la necesitarán para siempre. Eso tampoco debería estigmatizar, hay otras condiciones que también requieren químicos. Por eso si me preguntas si se puede salir de la depresión yo te digo que sí.

¿Desde el psicoanálisis, la psiquiatría, la terapia…?

Desde todas las anteriores. Mi punto es el psicoanálisis, porque es lo que ejerzo y en lo que creo. Pero a veces hay pacientes que están muy deprimidos, entonces puedo hacer consultas con un psiquiatra y cada uno pone lo que el paciente necesita de cada quien.

AUTOFICHA

  • Desde muy joven he querido escribir. Mis padres eran unos lectores empedernidos y he crecido entre libros y librerías. La primera novela de grandes que leí fue “Los Mandarines”, de Simone de Beauvoir, donde quedé encantada con la protagonista.
  • Luego leí “La plenitud de la vida” (de la misma autora), que es una novela autobiográfica. Quedé prendada con escribir, pero elegí el psicoanálisis. Me encantó el libro “Diez Mujeres” de Marcela Serrano, en especial el capítulo llamado Simona (allí surge el nombre de mi protagonista).
  • Siento que me falta leer demasiado, pero tenía siempre este pendiente, el de escribir una novela, y la vida nos va dando historias. Hice unos apuntes, tratando de gestar de qué iría la novela, hasta que hace algún tiempo tenía claro lo que quería decir.

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