“Mi madre me enseñó corte y confección. Si tenía una fiesta de 15 años, yo misma cortaba mis vestidos. Toda mi vida la vehemencia ha sido un patrón”, declara la diseñadora de modas y empresaria (Renzo Salazar/Perú21).
“Mi madre me enseñó corte y confección. Si tenía una fiesta de 15 años, yo misma cortaba mis vestidos. Toda mi vida la vehemencia ha sido un patrón”, declara la diseñadora de modas y empresaria (Renzo Salazar/Perú21).

El cliente más difícil de Norka es Norka. Vehemente, exigente y trabajadora son características que dibujan su personalidad. Y tal vez esa es la razón de por qué es una leyenda en la industria de la moda en el Perú. Más de 40 años dedicados al diseño y la fundación del Centro de Altos Estudios de la Moda, que tiene más de dos décadas, son parte de sus credenciales.

A los 10 años ya confeccionaba los vestidos de sus muñecas. Prefería jugar sola. Perfil que conserva hasta ahora. A sus amigas las cuenta con los dedos de las manos. “Por una parte ha sido mejor. Me he dedicado más a mí y a lo mío”, enfatiza. Mary, su mejor amiga, fue providencial para que Norka haya dado el paso inicial, al alquilar una tienda sin consultarle en la esquina del Jirón de la Unión e Ica, en el Centro de Lima. Espacio en el que fueron socias durante un año hasta que Norka inauguró una nueva tienda en Bajada Balta, Miraflores. Pero ese mismo día, su entrañable compañera falleció. Una pérdida que hasta ahora la conmueve.

En la fachada del atelier en San Isidro dice Norka Peralta en mayúsculas y en la puerta de ingreso a la izquierda está su mesa. Elegante y amable, no descuida ningún detalle. Entre sus manos acaricia un folder que tiene recortes periodísticos pasados. Son como medallas de una vida dedicada a la moda y tal vez un homenaje a su madre, maestra y pilar.

¿Mira el pasado con nostalgia?
He vivido tanto y la gente ha reconocido cada paso de la historia de mi vida, siendo cada logro mejor que el anterior, que no lo veo con nostalgia, porque nunca paré de trabajar y hasta ahora hay logros que se van consiguiendo.

Carrera que empezó cuando vestía a sus propias muñecas.
No me gustaba jugar con otra cosa. Tenía telas a la mano. Mi madre me enseñó corte y confección y demás labores. Si yo tenía una fiesta de 15 años, yo misma cortaba mis vestidos. Era vehemente. Toda mi vida la vehemencia ha sido un patrón.

“(En el diseño de moda hay) mucho arte. El 70% es creatividad nuestra. Además, se tiene que confeccionar según la personalidad del cliente”, declara Peralta (Renzo Salazar/Perú21).
“(En el diseño de moda hay) mucho arte. El 70% es creatividad nuestra. Además, se tiene que confeccionar según la personalidad del cliente”, declara Peralta (Renzo Salazar/Perú21).

¿En qué momento el juego con las muñecas se convierte en una alternativa de negocio?
Mi psicóloga dice que uno nace con lo que es. Mi madre tenía un instituto de diseño, confección y bordados, y un colegio. Siempre tuve la inquietud del negocio. A los 12 años hacía mis primeros cachuelos. Vendía sánguches y pasteles en ese colegio. Pero el negocio como tal empezó cuando me casé, a los 19 años de edad, y la gente comenzó a comprarme la ropa que me confeccionaba. Mi mejor amiga vio eso y una día me dijo: “Vamos a ser socias en una boutique. Ya alquilé el local”. Carmen Amelia Ampuero era Miss Perú e hizo un desfile y nos llamó para participar. Eso antes de cumplir el año. Luego abrí la tienda en Miraflores, donde conocí a Sonia Oquendo y me pidió que la vistiera. Uno de mis triunfos también fue empezar con pie derecho en la TV con Linda Guzmán. Tenía un programa exitoso al mediodía.

¿Contra qué ha tenido que luchar para salir adelante?
El hecho de que hagas tus cosas para ti y quedes satisfecho con que lo haces, es no luchar. Si había algo que no me gustaba, cambiaba y buscaba satisfacer al cliente. No he tenido etapas en las que me haya caído y levantado. Mi trabajo ha sido parejo.

Pero usted ha declarado antes que por este trabajo ha sacrificado su vida familiar.
Cuando te dedicas de lleno a algo, lo haces con vehemencia. Tenía que cumplir con una colección de 30 vestidos y había que quedarse hasta muy tarde trabajando y te olvidas de ir a casa. Cuando estás en crecimiento y debes viajar a España y preparar abrigos de alpaca, aumenta mucho el trabajo.

"(En el diseño hay) mucho arte. El 70% es creatividad nuestra", afirma Peralta (Renzo Salazar/Perú21).
"(En el diseño hay) mucho arte. El 70% es creatividad nuestra", afirma Peralta (Renzo Salazar/Perú21).

¿Y qué se hace ante esa circunstancia?
Sacrificarse, trabajar con el sastre hasta las tres de la mañana. Repartirte para que todo salga bien.

Si en la casa nos espera la familia, ¿qué hacemos?
Tuve la suerte de que mis hijos no eran malcriados ni se iban a las calles. Quizá eso hizo que no me preocupara tanto. Eran estudiosos, los primeros de su clase. Vivíamos con mi mamá y ella estaba pendiente. Nunca pude darme cuenta del error de dejarlos porque ellos no daban motivos. Salían adelante solos. Pero eso marcó más, porque no estuvo la mamá.

¿Se arrepiente?
Sí. No me dicen nada directamente, pero hay situaciones en las cuales se manifiestan.

¿Qué le gustaría decirles a través de esta entrevista?
Que escogí el camino adecuado para que ellos tuvieran un porvenir como el que tienen. Les di una carrera, elementos de trabajo para que puedan ser las personas que son ahora: gente brillante, y estoy orgullosa de lo que son.

Al mundo de la moda se le ha etiquetado de frívolo, donde solo importan las apariencias. ¿Qué opina?
Hay personas que por ser frívolas compran a cada rato y podrían entrar en ese estereotipo. Pero hay personas que lo hacen porque, por ejemplo, se casa el hijo. Entonces, para esos momentos especiales, hay una necesidad de vestirse para la celebración, que yo diría que es la mayoría de los casos, por lo menos un 70%.

¿Hay arte en el diseño de moda?
Mucho arte. El 70% es creatividad nuestra. Además, se tienen que confeccionar o elegir los vestidos de acuerdo con la personalidad del cliente. Buscar la armonía entre la prenda y quien la viste. Y eso me ha pasado con Gisela. Con ella, llevo 31 años trabajando.

"Mi inquietud es siempre ocupar mi tiempo. Y como constantemente lo he dicho, los árboles morirán de pie. El que tiene metas por cumplir, muere de pie", declaró Peralta a Perú21 (Renzo Salazar/Perú21).
"Mi inquietud es siempre ocupar mi tiempo. Y como constantemente lo he dicho, los árboles morirán de pie. El que tiene metas por cumplir, muere de pie", declaró Peralta a Perú21 (Renzo Salazar/Perú21).

¿Qué aprende de Gisela?
Es con quien he trabajado más tiempo. Es una persona que sabe lo que quiere. Hemos caminado juntas, tratando de que su forma de vestir pueda adecuarse a la moda y a la personalidad que cada vez crecía en ella. Gisela es mi musa. Hemos trabajado bien, pero sobre todo nos hemos llevado bien.

¿Qué la inspira a usted?
Yo no podría decir “ya no quiero seguir trabajando, voy a descansar”. Mi inquietud es siempre ocupar mi tiempo. Y como constantemente lo he dicho, los árboles morirán de pie. El que tiene metas por cumplir, muere de pie.

Autoficha:
​- “Nací en Ayacucho, en Cora Cora. Mi madre fue arequipeña y mi padre ayacuchano. Vivía en una hacienda ayacuchana y por un tema legal tuvieron que ir a Cora Cora y ahí nací. Pero no conozco Cora Cora, ni siquiera he ido a Ayacucho. Aunque en Arequipa he sido parte de muchos desfiles, por lo menos diez”.

- “Salí del colegio y estudié en el instituto de moda de mi madre. Luego Decoración de Interiores en la Católica, hasta segundo año. Recuerdo mucho un desfile en Cusco, donde se llenó todo un estadio e incluso las modelos fueron a Machu Picchu. Fue un acontecimiento maravilloso”.

- “Entre otras personalidades, he diseñado para Eliane Karp, por ejemplo, para el matrimonio del príncipe Carlos. Pero una de las principales emociones que he tenido es representar al Perú en un desfile que se hizo en la zona donde estuvieron las Torres Gemelas, en EE.UU. Fui la única diseñadora de Sudamérica”.