Nicole Faverón, la modelo, ex reina de belleza y psicóloga que se salvó del cáncer. (Fotos: EDUARDO CAVERO).
Nicole Faverón, la modelo, ex reina de belleza y psicóloga que se salvó del cáncer. (Fotos: EDUARDO CAVERO).

era como Kassandra. Hiperactiva, no paraba. El pediatra le recetó medicamentos, pero su madre nunca se los dio porque consideraba que iban a doparla. Por ser tan traviesa, no podía ir a los campamentos. “Sabía que tenía que comportarme para obtener permisos”, me dice la mujer de 33 años sobre la niña que fue.

Sus estudios de secundaria los siguió en Iquitos, la tierra de su madre, donde ella era jueza. En sus planes estaba estudiar Psicología, pero no tenía previsto que le detectaran un tumor en una mama, lo que fue otra razón poderosa para volver a Lima, donde nació. Con 17 años de edad, tuvo que afrontar este delicado diagnóstico, pero también ingresó al modelaje, llegando hasta Nueva York, y se convirtió en reina de belleza, participando en una edición del Miss Universo. Hoy es una de las voceras de Octubre Rosa, campaña para la prevención del liderada por la marca Pantene en alianza con la Fundación Peruana de Cáncer.

Cuando llegó la , Nicole Faverón y su esposo estaban en una isla del Brasil, cerca de Salvador de Bahía. Se quedaron en la isla y nació Kassandra. En enero de este año volvieron a la ciudad y hoy Nicole tiene cuatro meses de embarazo. Contesta la videollamada. La cámara aún no está encendida pero se escuchan las voces de una niña. Prende la cámara y de fondo una niña de rulos dorados juega. Algunas paredes lucen trazadas por sus manos. Es Kassandra y tiene dos años. “Yo le enseño lo que pueda y ella me deja un montón de lecciones de vida que a veces a uno se le olvidan”, me dice.

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-¿Qué lecciones?

Ella no está preocupada sobre qué pasará después, mañana o más tarde. Ella está siempre disfrutando con todos sus sentidos el aquí y ahora. Y es una niña que naturalmente es desprendida con otros niños. Tiene una bondad genuina.

-A los 17 años te detectaron el tumor, una edad temprana.

Y no me habían hablado del autochequeo o el autoexamen; yo vivía en Iquitos. Duchándome, cuando me jabonaba todo el cuerpo, me di cuenta de que había un bultito; entonces, vine a Lima, fui al doctor y dijo que podía ser un tumor que al inicio es intermedio, pero que su naturaleza es convertirse en maligno, en cáncer. Felizmente, me lo extirparon a tiempo. Después de un par de años me reapareció un bultito y me lo volvieron a quitar. Me quitaron parte del tejido mamario. Sé lo que es ser joven y pensar “a mí no me va pasar, esto les debe pasar a los viejitos”.

-A los 17 se empieza en la vida.

Exacto. Yo vine a Lima para estudiar Psicología y mi mamá, que estaba con mi hermana, vivía en Iquitos. Mi papá estaba trabajando en Estados Unidos. No tenía mi familia nuclear conmigo. Tenía a mi mamá en el teléfono llorando, pensando que me iba a morir. En Lima vivía con una tía. Fue una etapa de mucha angustia. Por eso creo que es importante que desde jóvenes se hagan el autochequeo. Hay formas de hacerlo, tan simple como levantar tu mano como quien se toca el cabello; por eso está el lema de la campaña: “Toca tu pelo, checa tus senos”. Al agarrar el pelo, generas una tensión y, con la otra mano, empiezas a palpar alrededor, desde la axila. Si sientes cualquier tipo de bulto, debes ir al médico.

-¿De dónde sacaste fuerzas para afrontar un potencial cáncer?

Pese a la distancia, sentí a mi familia cerca, y eso es bien importante. A quienes pasan por este proceso les recomiendo que no se aíslen, permitan que otras personas los acompañen, no sientan vergüenza o pena. Que lo vean como una etapa que va a pasar.

-¿A los 17 ya modelabas?

Cuando llegué a Lima, yo quería trabajar para ayudar a pagar mi universidad. Pero no podía porque el horario en la universidad era en distintas horas. Un tío me dijo: “Por qué no trabajas como anfitriona en eventos o desfiles como modelo, porque eres alta y delgada”. Tenía 18, 19. Me pasaron la voz de un concurso, era una agencia grande para un certamen a nivel mundial, donde había una ganadora por país. Gané y me fui a Nueva York, donde gané otro premio y me quedé viviendo allá, donde trabajé como modelo. Pero trabajando solo como modelo no me sentía llena, como estudiar Psicología y trabajar a la vez. Estuve un par de años y volví a Perú.

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-¿Vivir este amago de cáncer a los 17 cómo modela tu actitud frente a la vida, cómo te prepara para un Miss Universo?

Cuando fui al Miss Universo, vi otras chicas que sí estaban como muy obsesionadas con el concurso, a tal punto que descuidaban su salud. Salíamos del hotel a las 6 de la mañana y nos regresaban como a las 10 de la noche. Yo llegaba a dormir, pero tenía compañeras que llegaban y se ponían a hacer ejercicios a esa hora, luego hacían una rutina de belleza, después se alistaban el cabello. A la hora de comer, había chicas que solo comían una lechuga. Y ellas al final llegaron súper demacradas, débiles, en los ensayos se desmayaban. Mi experiencia de vida me ayudó a madurar, que hay que dar lo mejor sin descuidar la salud.

-¿Y hoy cómo estás?

Bien. Cada año voy al oncólogo y ha salido todo bien. Lo recomendable es hacerse autochequeo mensual, ecografía anual y, a partir de los 40 años, hacerse una mamografía anual. Lo vivido lo veo con mucha gratitud.

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-¿Cómo definimos la belleza?

La belleza real es aquella que sale desde adentro, la que uno puede proyectar a través de una mirada, una sonrisa sincera. Es importante tener este atractivo genuino. Hay que cultivar una belleza integral, de adentro hacia afuera, porque esa belleza quedará contigo hasta que seas viejito.

-¿Estás en el esplendor de tu belleza?

Me siento bella y más segura. La belleza también tiene que ver mucho con actitud, y la actitud con seguridad. Una se hace mayor, y más segura se va sintiendo.

(Ya no se escucha la voz de Kassandra. Nicole inclina la cámara y la vemos, duerme profundamente sobre sus piernas y al lado de su biberón. Su mano descansa entre los cabellos de su madre, se agarra de ellos, tal vez para que nunca se vaya).

AUTOFICHA:

- “Soy Nicole Faverón Vásquez. Nací en Lima, en el Hospital del Empleado. Me fui a Iquitos cuando acabé la primaria. Allá hice toda mi secundaria. Mi madre es de Iquitos y toda mi familia materna es de Iquitos. Me siento mitad loretana. Mi padre es de Lima”.

- “Tengo 33 años. Estudié Psicología y actualmente trabajo como psicóloga de manera particular. Por mis redes sociales me contactan. Soy psicóloga clínica, trabajo con adolescentes y adultos. Y he estado haciendo campañas (como modelo) con marcas que van con mi perfil”.

- “Al próximo año daré a luz al nuevo bebé y unos meses estaré seguramente enfocada en la lactancia y todo, pero sí me gustaría hacer una maestría en Psicología; me interesan los temas de familia y pareja. Y también me encantaría hacer algo en televisión, pero que sea más educativo”.

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