Cuando el plato sale, se detiene el tiempo. Todo transcurre en cámara lenta. El plato recorre la cancha en menos de un segundo. En ese trance, él sube la escopeta, encara, apunta, controla, dispara y rompe el plato. Asegura que no manda la puntería, sino la mente, el proceso. Factores que le susurran al oído que lo va a lograr.

Y lo logró. Dejó en suspenso sus estudios de Administración y Agronegocios y durante un año solo se dedicó a disparar, hasta aquella tarde de agosto, en el Polígono de Las Palmas, donde alcanzó la final y se quedó con la medalla de bronce en Lima 2019, en la modalidad skeet, además de clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Recordemos que de las cuatro medallas olímpicas que ha conseguido el Perú, tres han sido en tiro.

Pero no solo la historia lo respalda, sino su propia experiencia. Antes ya estuvo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “Más importante que una medalla en Lima 2019 fue conseguir la clasificación a Tokio. Y ahora mi meta es conseguir una medalla olímpica para el Perú”, dispara Nicolás Pacheco.

-Ibas por el oro y lograste bronce, pero ya estás en Tokio 2020. ¿Cuál es el saldo?

De hecho, soñaba con cantar el himno nacional en el podio mientras recibía la medalla de oro, pero por cómo se dieron las cosas, fue muy emocionante lo que viví en Lima 2019. Lo que me costó conseguir la medalla de bronce superó mis expectativas.

-¿Cuánto te costó?

Fue muy difícil porque no solo me jugaba la medalla, sino la clasificación a Tokio. Era prácticamente mi última opción de lograrlo. Hubo campeones olímpicos, medallistas mundiales que no entraron a la final. La final creo que fue la competencia más difícil que he tenido en mi carrera deportiva.

-¿No cambiarías una medalla de oro en Lima 2019 por tu clasificación a Tokio?

No me gusta cambiar la historia. Las cosas pasan por algo. Para mí, más importante es el proceso de cómo consigues las cosas. El bronce que logré vale más que una de oro, porque me ha costado muchísimo. Nunca me he preparado tanto para algo y lograr medalla y clasificación a Tokio es muy importante, sobre todo porque lo logré en mi país, con mi gente. Fue muy emocionante. Había mucho público, en el tiro no es muy normal ver tanta gente en una competencia. Hinchaban como si estuviéramos en un partido de la selección de fútbol y se celebró la clasificación a Tokio como si hubiera clasificado a un mundial de fútbol. Es algo que quedará en mi recuerdo para toda la vida.

-¿Se puede aspirar a que más personas practiquen tiro?

Por esencia, el tiro es un deporte muy inclusivo. Pero en nuestro país sí hay ciertas trabas para practicarlo.

-¿Es costoso?

No necesariamente. Por ejemplo, está la modalidad olímpica de precisión por aire, que se practica con una pistola de aire que puede costar 300 soles y no necesitas licencia de armas. La caja de 500 balines está 15 soles. Lo puedes practicar hasta en tu casa y ya después puedes pasarte a otras modalidades. Claro, la modalidad que practico yo, que es escopeta, es un poco más difícil de practicar en nuestro país porque solo hay un polígono olímpico en el Perú, está dentro de un recinto militar y su acceso es difícil. En otros países no pasa eso, hay canchas de tiro por todos lados, las escopetas son más baratas, hay menos trabas para las licencias.

-¿Qué tiene el tiro de especial?

He estado en el mundo del tiro desde joven por mi familia. Disparar está en mi sangre, lo he hecho siempre. Es una sensación que es difícil de describir. Sientes una explosión que es parte de tu cuerpo porque el arma se convierte en parte de tu cuerpo. Lograr romper el plato es una sensación muy bonita. Pasa todo muy rápido, pero tú lo ves en cámara lenta.

-¿Es requisito tener puntería?

Este deporte no tiene nada que ver con precisión. Lo que nosotros hacemos es un tiro reacción, es un tiro instintivo, automático. En 10 milésimas de segundo tienes que subir la escopeta, encarar, apuntar, controlar el plato, darle el adelanto, disparar y romperlo. La mente es lo que más influye. Es romper los platos en el momento decisivo.

-¿Cómo se entrena a la mente?

Hago coaching, que me ayuda con la preparación mental. Yo mismo trabajo mi mente todo el día. En este deporte compites contra ti mismo, contra tu mente y tus pensamientos. En este deporte el agotamiento y presión mental que tienes durante la competencia te mata. En este deporte también tratas de anteponerte a los errores. El tiro es un deporte de perfección. No puedes fallar. Trabajamos para la perfección y para eso tienes que conocerte muy bien.

-¿A qué edad agarraste por primera vez un arma?

Era muy chico, no recuerdo. Imagino que desde los tres años. Mi primera arma fue una carabina de aire que me regalaron a los seis años. Mi papá me ayudó a usarla. Pero mis tíos sí competían y son ellos quienes, finalmente, me introdujeron en este deporte.

-Desde pequeño has convivido con las armas; por lo tanto, también con la responsabilidad de tener una.

Es un tema muy importante. La gente piensa que este deporte es peligroso, pero nunca hemos tenido un accidente. Mi papá siempre me dijo: “Tienes en tu mano una herramienta que puede matar. Nunca le apuntes a una persona con un arma por más que esté descargada, ni siquiera con un arma de juguete”. La seguridad es lo más importante en este deporte.

-¿Cómo suma tu experiencia en Londres para Tokio 2020?

Londres me enseñó mucho, pese a que no tuve buenos resultados. Un año después de Londres gané todo, hasta lo que no tenía que ganar (ríe) y desde ahí mi carrera subió muchísimo. Hoy estoy mucho más preparado y mi meta es estar en ese podio. Estoy seguro de que lo puedo hacer.


AUTOFICHA

- “Soy Nicolás Rodolfo Pacheco Espinosa. Rodolfo por mi papá y mi abuelo, que se llaman así. Nací en Surco. Tengo 25 años. Estoy en sexto ciclo de Administración y Agronegocios, pero me gustaría también estudiar algo relacionado al deporte y ver en qué puedo aportar”.

- “He competido desde muy joven y en todo tipo de torneos. Pero tal vez las medallas que más valen son las que obtuve en los Panamericanos 2019; en el mundial de Lima, donde conseguí plata y oro; en Bolivarianos he logrado 10 medallas; en Odesur soy bicampeón”.

- “Gracias al deporte he conocido países como Corea, Qatar, Emiratos Árabes, Europa, conozco casi toda América. Eso es lo lindo de este deporte. Son más difíciles los estudios que el tiro (ríe). Me gusta aprender, pero es difícil estar en la clase. Solo puedo estar concentrado hasta 40 minutos”.

TAGS RELACIONADOS