MIRANDO EL MAÑANA. En cinco ocasiones Nicanor Parra fue postulado al Nobel de Literatura. (EFE)
MIRANDO EL MAÑANA. En cinco ocasiones Nicanor Parra fue postulado al Nobel de Literatura. (EFE)

“Durante medio siglo / la poesía fue / el paraíso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices”, escribió en Versos de salón (1962) el académico y poeta chileno , quien falleció ayer a los 103 años.

Nació el 5 de setiembre de 1914 en el seno de una talentosa y prolífica familia de nueve hermanos, entre ellos la gran cantautora Violeta Parra (1917-1967). Era el superviviente del grupo insignia de la poesía chilena junto con Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Aunque Parra fue un antagonista de Neruda.

Se definió a sí mismo como un “antipoeta” y a su obra como “antipoesía”. Su primer libro, Cancionero sin nombre, vio la luz en 1937 y en 1954 lanzó Poemas y antipoemas, capital texto con el que rompió moldes, paradigmas y esquemas.

REBELDE SIN PAUSA

Su voz revolucionó la poesía hispanoamericana. Jaime Cabrera, columnista literario de este diario, apunta que lo original de Parra es su irreverencia, la antisolemnidad. “A la poesía tradicional, la que solo se fijaba en el verso, en la forma, en la musicalidad, él le da vuelta y explora con la palabra e incluso dialoga con el lector”, explica.

Para el poeta limeño Miguel Ildefonso, el también matemático y físico irrumpió con una voz cercana al coloquialismo, a la oralidad, al lenguaje popular, para remecer un sistema que miraba de lejos a la gente común. “Revolucionó con su coloquialismo”, subraya.

Parra ha sido reconocido con el Premio Juan Rulfo, en 1991; el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2001; en 2011 fue distinguido con el Premio Miguel de Cervantes, considerado el más importante de la lengua española, y al año siguiente obtuvo el Premio Iberoamericano de Literatura Pablo Neruda. Y en cinco ocasiones fue postulado al Nobel de Literatura.

En el conjunto de poemas “Últimas instrucciones”, del compendio Obra gruesa (1969), el autor de Chistes para desorientar a la poesía (1982) deja una suerte de testamento poético sobre cómo proceder tras su deceso. Pide incorporar cuatro objetos a sus honras fúnebres: un par de zapatos de fútbol, una bacinica floreada, sus gafas negras que usaba para manejar y un ejemplar de la Biblia.

DATO:

* “Chile pierde a uno de los más grandes autores de la historia de nuestra literatura y una voz singular en la cultura occidental”, dijo la presidenta Michelle Bachelet.

TENGA EN CUENTA:

* Nicanor Parra también incursionó en las exposiciones artísticas. En una mostró a los ex presidentes chilenos colgados por el cuello, y en otra exhibió una cruz semejante a la de Cristo con la leyenda “Voy y vuelvo”.

* En una oportunidad utilizó urinarios para montar una muestra de arte. En esa misma línea irreverente y experimental, el autor de Poesía política (1983) llegó a exponer un ataúd con un manubrio en su interior y en la tapa se leía: “Por si acaso”.

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