“El protocolo pone en escena el poder y para ello no solo hay que centrarse en la persona sino en el escenario. Hay jerarquías y espacios que resaltar”, expresa De la Serna (Jessica Vicente/Perú21).
“El protocolo pone en escena el poder y para ello no solo hay que centrarse en la persona sino en el escenario. Hay jerarquías y espacios que resaltar”, expresa De la Serna (Jessica Vicente/Perú21).

Nadie sale de casa sin llevarse un cuaderno y un lápiz para contar lo que va viviendo. Esa es la premisa que aprendió de su padre y es un ritual que hasta ahora replica con su nieta. De padre, hermanos, tíos e hijos periodistas, y una familia de escritores, emprendió la ruta menos esperada: el protocolo.

Actualmente, es la jefa de Protocolo en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España y llegó al Perú para ser parte de un seminario sobre el tema. Ya ha visitado nuestro país diez veces, está casada con un médico peruano y viene investigando una posible raíz peruana a través del apellido Tagle. Aunque lo suyo es el protocolo, escribe todo el tiempo, está en su vena, sea profesionalmente o por puro placer. Tal vez como una forma de honrar a su padre. “Él quería que seamos eminentemente felices. Lo extraño mucho”, nos dice y se le corta la voz.

¿A qué debemos llamar protocolo?
A las herramientas o técnicas que permiten, cuando organizas un acto, poner el foco en aquellas partes que deseas que resalten. Para las autoridades es una técnica que les permite resaltar su fuerza frente al resto.

El protocolo es una suerte de híbrido entre producción, imagen y relaciones públicas.
El protocolo pone en escena el poder y para ello no solo hay que centrarse en la persona sino en el escenario. Requiere saber colocar a las autoridades, pero también a los invitados. Hay jerarquías y espacios que resaltar. En España, el orden de las autoridades, incluso, se establece por ley.

En medio de una importante tradición de periodistas y escritores en su familia, ¿por qué elige el protocolo?
El protocolo es una herramienta de comunicación.

“No paro de abrir la boca por la cultura tan rica que tienen, sobre todo desde mi punto de vista del ritual. He conocido los rituales en la cultura Mochica”, dice De la Serna (Jessica Vicente/Perú21).
“No paro de abrir la boca por la cultura tan rica que tienen, sobre todo desde mi punto de vista del ritual. He conocido los rituales en la cultura Mochica”, dice De la Serna (Jessica Vicente/Perú21).

¿Pero por qué no quiso ser periodista o escritora?
Cuando vives en una familia tan periodista como la mía, siempre tienes que aportar algo más y no me vi capaz de aportar nada más por encima de lo que mi propio padre pudo haber hecho (risas).

¿O le ha costado escribir?
No me cuesta nada. En mi familia eso se transmite. Escribimos siempre. Mi padre no nos dejaba hablar, nos obligaba a escribir.

¿Cómo así?
Especialmente cuando viajábamos y estudiábamos afuera. A los 8 años salí de España para formarme. Estudiaba en un colegio alemán. Era el año 65. Le escribía todos los días y le contaba todas las experiencias diarias. Somos ocho hermanos y los ocho hemos hecho lo mismo. Mi padre respondía la correspondencia. Lo hacía corrigiendo nuestras cartas.

¿La niña María qué quería ser?
Nunca supo lo que quiso ser. Empecé estudiando Farmacia, pero no lo acabé porque me surgió un trabajo en un hotel en relaciones públicas y descubrí el mundo de los eventos. Tenía 22 años.

La escritura y la lectura son actos con uno mismo, que pueden llegar a ser reflexivos y de gran profundidad y, más bien, las relaciones públicas, el protocolo desde afuera se ven como frívolos, que habitan en la superficie.
Se ve así, pero nosotros trabajamos el protocolo desde adentro. Para llegar a esa imagen externa has tenido que reflexionar mucho y estudiar bastante lo que vas a hacer. En España llamamos filosofía del acto, que tiene un sentido, un por qué y un para qué. Y hay que entenderlo y transmitirlo. La labor de un técnico de protocolo no se puede ver.

"No paro de abrir la boca por la cultura tan rica que tienen (en Perú)", dice De la Serna (Jessica Vicente/Perú21). ,
"No paro de abrir la boca por la cultura tan rica que tienen (en Perú)", dice De la Serna (Jessica Vicente/Perú21). ,

No hace periodismo ni literatura, pero escribe en blogs al ritmo de ensayos. ¿Se siente escritora?
Me siento comunicadora. Cuento la realidad. No novelo. No tengo capacidad para ficcionar.

¿La ficción es como un cuarto oscuro al que prefiere no entrar por miedo a perderse?
Creo en lo que veo.

¿Cuán presente está el protocolo en la vida diaria?
Mi blog se llama Protocolo a la vista. Está en todas partes. Nos movemos por patrones. Cuando vamos a comer seguimos un ritual, donde los cubiertos tienen una posición determinada. Eso es protocolo. ¿Cómo comemos? Eso es ceremonial. ¿Cómo nos vestimos para comer? Eso es etiqueta. En la escuela ya hay una jerarquía que se marca cuando un profesor entra al salón y te pones de pie.

¿Por qué son importantes las jerarquías?
Existen desde el principio de los tiempos. Siempre tuvimos jefes y dioses. Se trata de que entendamos que es más sencillo movernos por patrones. Es cierto que cada vez tendemos a que las jerarquías sean menores, porque todos somos iguales, pero siempre alguien manda. Y también digo que si no hubiera vanidad humana, no habría protocolo.

¿El protocolo suma para ser mejores en esta sociedad?
Ayuda a la convivencia. Te enseña formas de tratar a las personas. Yo entiendo que en un mundo globalizado posiblemente no tenga sentido. Ahora, el protocolo no marca la preeminencia de la persona sino del cargo. Una autoridad siempre lo será, porque tiene una responsabilidad.

Su relación con el Perú se ha dado a través de su esposo, quien es peruano.
Al parecer, yo también tengo familia. En Lima está la casa Tagle. Tengo una bisabuela que es Tagle. Estamos estudiando en qué momento se da el entronque y una parte de esa familia se quedó en España y otra parte se vino para Perú. Estamos investigando.

¿Qué le atrae del Perú?
No paro de abrir la boca por la cultura tan rica que tienen, sobre todo desde mi punto de vista del ritual. He conocido los rituales de sacrificio, muerte y enterramiento en la cultura Mochica, y he comprado unos diez libros.

¿Qué más se lleva del Perú?
El cariño de las personas. Prefiero llevarme las sensaciones, más que las cosas. Me llevo esa necesidad del peruano de seguir avanzando.

Autoficha:
“Nací en Madrid, en junio del año 57. Por lo tanto, tengo 61 años de edad. Estudié mi bachillerato elemental y superior en el Colegio Alemán de Madrid, que casualmente está en la calle Concha Espina, apellido de mi bisabuela. Mis estudios universitarios los hice en la Universidad Complutense”.

- “Una temporada dejé de estudiar y me puse a trabajar para cadenas hoteleras. Luego he trabajado para editoriales, 16 años en líneas aéreas. De ahí volví a la universidad para estudiar Protocolo. Terminé y trabajé de profesora, como jefa de prensa del Ministerio de Justicia”.

- “Actualmente, también enseño en la Universidad Europea de Madrid, donde doy clases en la maestría de Eventos y Protocolo. Pero también quiero estudiar Historia. En la historia está el protocolo. De esos rituales y ceremonias extraes mucha información. La historia me enseña que la vida nunca se acaba”.