Marc Martel, la voz de “Bohemian Rhapsody”: “Inyecté mi propia identidad en la música de Freddie Mercury”

Me agrada porque es muy especial y extraño. En realidad, nadie tiene la voz de otra persona y pudo haber sido cualquiera, pero me tocó a mí. La verdad es que para mí es un honor ser quien represente a un artista tan grande como él.

Sí, creo que la manera que he elegido para representar la música de Freddie es muy mía, como Marc. La gente sabe que no pretendo ser Freddie, por ello no uso la casaca amarilla ni el bigote. Trabajé con Roger Taylor y Brian May por muchos años. Luego, en la película. Y parte de ello hizo que logre inyectar mi propia identidad artística en la música de Freddie Mercury.

Mucho. En principio, fue un gran honor que me pidieran ser parte de la película. Cuando trabajé con Roger Taylor, el manager de Queen me dijo que harían esta película algún día. No sabía cuándo porque toma mucho tiempo toda la producción, pero me dijo que cuando la película fuera aprobada, les encantaría que me uniera. Entonces, en 2016 recibí la llamada de uno de los productores de la película diciendo que se realizaría. Para mí, fue como un sueño hecho realidad poder llevar a cabo lo que sé hacer mejor, pero en un contexto diferente. Millones de personas habían estado esperando eso por tanto tiempo. Yo sabía que sería algo importante y para mí fue un honor ser parte de ello.

En ese entonces, yo ya llevaba cinco años haciendo presentaciones y giras con la música de Freddie. Volamos a Londres al estudio más famoso del mundo, el Abbey Road, pasamos semanas reemplazando y grabando la voz de Freddie en sus canciones para la película. No sabía en qué parte exactamente usarían mi voz, Recién cuando vi la película me di cuenta de cuánto había puesto de mí. Cada vez que escuchaba mi voz era como ¡Wow! Ha sido la mejor experiencia que podía imaginar.

Fue mi primera experiencia como músico, formamos la banda en la universidad. Yo era el único cantante en el grupo y cantaba las partes altas. Era muy colaborativo, escribía las canciones y, ahora, cuando hago música estoy escribiendo para mí mismo. Downhere era una banda cristiana, muy espiritual, aún hacemos un poco de esa música y mis gustos musicales no han cambiado, pero ahora el contexto lírico de las canciones que toco es muy diferente.

En Downhere tocábamos solo en iglesias para creyentes y estaba acostumbrado a eso, no tanto a multitudes de personas. Al inicio, mi mayor preocupación de saltar al mundo del rock era que no cantaría mis propias canciones. Para mí, es importante cantar algo que no contradiga mis propias creencias. Lo bueno de Queen es que toca temas que son mundiales y temas que todos experimentan. Solo hay un par de canciones que decidí no cantar y, personalmente, prefiero no hacerlo, pero, en general, las canciones son buenas.

El espectáculo será asombroso. El año pasado estuvimos también en Lima, con la banda, y es genial saber que volveremos tan pronto. El público de Latinoamérica, en general, es reconocido por su gentileza, por su buen espíritu y por su amor por el rock. Yo amo el rock and roll, así que siempre es genial volver a tocar en el Perú.

Tuvimos un momento genial la vez pasada, la comida es increíble y la gente aún mejor. Estoy muy feliz y ansioso por volver. La comida es increíble, no esperaba que estuviera tan deliciosa; el cebiche fue mi favorito. Un plato inolvidable, muy fresco, lo comí dos veces en tres días. Fue una experiencia maravillosa. Sin embargo, recuerdo que tuvimos un momento complicado porque el siguiente show que teníamos era en Santiago de Chile y hubo problemas con los pasaportes, así que los últimos días en Lima tuvimos que practicar el show completo en el hotel. Nunca olvidaré las horas que pasé tocando la guitarra.

En realidad, sí. Cuando he estado en el Perú, yo tocaba el cajón todo el tiempo. Era muy divertido y me gustaría incorporarlo alguna vez, pero ahora no hacemos sesiones acústicas en nuestros shows. En general, me gusta la música latinoamericana, pero no he tenido el gusto de conocer a algún cantante o músico peruano todavía.

- Nací un 16 de noviembre en Montreal. Estudié música y, en la universidad, formé una banda con la que tocábamos rock cristiano en las iglesias. Soy muy reservado y tranquilo, pero en el escenario me transformo y soy otro. Eso es algo que tengo en común con Freddie.

- Soy casado. Le agradezco a mi esposa por darme la libertad para cumplir mis sueños. Siempre me apoya. No pretendo ser Freddie Mercury y mi banda no quiere ser una copia de la original. Tenemos una visión propia y tocamos la música de Queen con nuestras características.

- Al inicio, tocaba mis propias canciones y le decía a mi banda, como broma, “mi objetivo de hoy es no sonar como Freddie”. Con el tiempo me di cuenta que era imposible, así que decidí aceptarlo y sacar lo mejor de mí. No crecí inspirado en él, pero llevo 10 años representándolo y me encanta.