Manolo Barrios, guitarrista, fundador y compositor de Mar de Copas. (Foto: Luis Centurión)
Manolo Barrios, guitarrista, fundador y compositor de Mar de Copas. (Foto: Luis Centurión)

En la prehistoria, Manolo Barrios fue técnico de , formó con Toto Leverone Los Inocentes y bajó el tentativo nombre de As de Copas compuso “Fugitivo”. Canción que se publicó hace 25 años en el primer álbum de y que es motivo de celebración con dos conciertos, mañana y el miércoles, en el .

El guitarrista y compositor de 51 años nos recibe en el segundo piso del mítico estudio de Pasaje Buckley –que en algún momento fue del autor de Akundún– para conversar de la ópera prima de la banda y nos adelanta que alista discos con MDC y Los Trece Baladas, proyecto paralelo con Leverone¬.

Todo en medio de una apretada agenda, que hace más de siete días llevó a los creadores de “Mujer noche” por Ilo y Arequipa; el último fin de semana en Jauja y Huánuco; y en unos días rumbo a Huancayo. “El año pasado hemos tenido 65 conciertos y este mes son 13 presentaciones”, detalla con orgullo y levemente extenuado, mientras un cigarro lo relaja.

Por comodidad y tiempo, Manolo Barrios evita las entrevistas, y antes de comenzar esta notamos cierta duda y apuro. Pero apretamos REC y se entrega a sus palabras.

¿Cómo eran los primeros días de Mar de Copas, hace 25 años?
Era otro mundo. Todo era distinto. Los géneros musicales que existían eran diferentes. Salía el grunge. Era otro planeta.

¿Se podría decir que venían apadrinados por Miki González?
No exactamente. Pero sí, él nos enseñó. Toto y yo trabajábamos con él, pero teníamos nuestro grupo. Wicho venía de Narcosis y La Banda Azul. César de Orgus...

¿En ese momento qué tan claro tenías el panorama de lo que querías hacer con el grupo que se estaba gestando?
Nunca tuvimos claro nada porque nada era planeado. Al comienzo uno quiere componer pero como no tienes el oficio, no te salen tan bien las cosas.

Pero esas primeras composiciones son quizá lo más puro que un artista puede lograr…
Suele suceder que en el primer disco todo es más fresco…

Cuando escuchas el primer disco, ¿qué piensas?
Sí, escucho cierta frescura, pero muchas imperfecciones técnicas y, sobre todo, compositivas. En la ejecución también, pero eso no ha cambiado hasta ahora (risas).

¿Sientes una suerte de distancia con ese disco?
Sí, totalmente. Ahora que estamos ensayando todos los días para el concierto de aniversario es toda una sensación extraña. Son canciones que ahora no haría nunca.

¿Ni “Mujer noche”?
Por ningún motivo…

¿Por qué?
No sé, trabajo otro tipo de armonías y letras. Además, “Mujer noche” es una canción que no está bien lograda, porque originalmente la intención era una y cuando se grabó salió totalmente distinta a lo que se quería. Ni siquiera era una canción importante para nosotros, sino que se hizo una videoclip y funcionó como single.

Pero fue la canción que los hizo conocidos.
A pesar de lo que piensa la gente, nunca sonó en las radios. Sonó años después como canción del recuerdo.

¿“Fugitivo”?
¡Esa sí! Si queríamos mostrar algo del grupo, era la canción que mostrábamos.

¿Dirías que es la más decente del disco…?
Más o menos la mitad del disco es bastante decente. Y esa canción era lo que en el momento fue lo mejor logrado.

¿Cómo nace esa canción?
En un viaje a Punta Sal que hice con Toto y Phoebe, en las mañanas me iba a acompañar a un amigo pescador a la caleta Punta Mero, que en esa época eran dos chozas, un sitio muy bonito. Mientras él iba a pescar, yo me quedaba escribiendo.

En el libro que publicaron el año pasado, en un pasaje se recoge una declaración tuya en relación con esos primeros tiempos de MDC: “éramos capaces de hacer cualquier cosa con tal de que nos contrataran…”.
Se refiere a que nos contratara una disquera para que el disco saliera publicado. Lo que pasa es que en esa época no era tan fácil sacar un disco como ahora.

Pero ese es el dilema de siempre del músico: hasta dónde cedes, hasta dónde te mandas…
Sí, pero es un decir, porque más bien fuimos totalmente cargosos y contreras con la disquera a nivel promocional. Hoy Mar de Copas te puede parecer muy comercial, pero en esa época no lo era para nada. Los artistas de la disquera a la que entramos eran el grupo Candela, Julio Andrade. Para la disquera éramos algo totalmente underground y extraño. Entonces, te hacían una campaña de prensa en la que tenías que ir a ocho mil programas de la TV que eran espantosos, para hacer playblack y a contestar de qué marca es tu calzoncillo. Simplemente no lo hicimos.

Recuerdo que se ganaron la fama de que no hacían playblack.
Así es. Y se volvió como una especie de bandera y una costumbre. Es algo que nos hizo mucho bien, porque hasta ahora no nos reconocen mucho en la calle y podemos llevar una vida tranquila.

¿Sientes que son una banda de culto?
Ya no. Pero sí lo fuimos en la máxima medida que te puedas imaginar durante muchos años. En 2001, con nuestro quinto disco comenzamos a sonar en las radios y dejamos de ser una banda de culto definitivamente.

¿Cuánto sumó en la carrera de Mar de Copas salir en las radios? ¿Generó un gran cambio?
Totalmente. Nosotros teníamos una carrera sólida y establecida por medios propios. Eso nos llevaba a conciertos de mil, dos mil personas, y giras una cada cinco meses. En radio empezamos en el 99, en medios chicos y con eso logramos pasar del auditorio de la Feria del Hogar al estelar. Pasamos a tener unas cinco giras al año. Y ahora tenemos como 30 al año.

¿Cómo se dio el ingreso a la radio?
La disquera del primer disco trató de presentar como single “Dulce y veloz”, y no funcionó para nada. Nosotros queríamos “Fugitivo” y me paseé con mi single por todas las radios y me lo tiraron por la cabeza. El disco ‘Entre los árboles’, al año siguiente, tenía singles buenos que sabía que eran número uno de todas maneras. Estaban “Entre los árboles” y “Tras esa puerta”. Y nada. En el disco ‘III’ llevé “L.B.”, tampoco. Y ya en el 99, al final del proceso del disco ‘III’, Jorge Arriola y Víctor Tejada, que manejaban Radio América, una radio chiquita, agarraron una canción extraña de ese disco: “A Dios” y la comenzaron a pasar. Y ya en el siguiente álbum, en ‘Suna’, esa radio y otras empezaron a pasar canciones de este disco: “Suna”, “La máquina del tiempo”, “Adiós amor”. Por el año 2001, Víctor Tejada pasó a Radio Planeta, una radio grande, y se fue con todo su estilo. Ya había armado una movida noventera bien fuerte de grupos peruanos, en un momento hubo hasta 10 bandas sonando en la radio. Y Planeta pasó “Ramera” y luego Studio 92. Y no dejamos de sonar.

¿Por qué fue la última generación del rock peruano que llegó a las radios?
Por un lado, se supone que este género ya no es lo que la gente quiere escuchar. Y esto muy entrecomillas. Por otro lado, las radios tienen un modus operandi distinto al pasado: las programaciones ya están establecidas y son funcionales como son, diseñar programaciones propias es complicado. Sin embargo, el rock nunca ha dejado de tener público. El año pasado hemos tenido 65 conciertos y todos llenos. Hemos tocado en festivales para 40 mil personas, 30 mil y 25 mil personas, y hablamos de siete u ocho festivales en el año. Y es público que también escucha a los grupos nuevos.

¿Entonces, las radios están perdiendo una oportunidad de negocio con los grupos nacionales?
Definitivamente. Hace falta iniciativa y una cuota de riesgo. Y no es una crítica a las radios, pueden hacer lo que quieran. También me parece que el grupo tiene que ser autogestionario, porque cuando un grupo crece bastante, la radio inevitablemente se da cuenta y se agarra de eso.

¿Cuán autogestionario fue MDC?
Total y absolutamente. Nos hicimos solos e inventamos una manera de trabajar. Y hasta ahora es así de algún modo… Ahora retomando lo de la radio, para terminar con ese tema, hay una cuestión cíclica. Yo trabajo en esto hace 30 años y he visto cómo la ola del rock peruano en los medios ha subido y ha bajado. Lo vi con la salsa romántica que desplazó al rock en español que estaba tan en boga. Luego volvió a sonar el rock, pero entraron El General y Natusha. Con la technocumbia también pasó, en el año 2000. Y ahora está el reggaetón.

¿Se acerca una nueva ola?
Te lo firmo ahorita: no sé si se acerca, pero de que se va a repetir el ciclo, se va a repetir. Y lo mejor que pueden hacer los grupos es ir haciéndose de un público, y volviéndose sólidos por su cuenta.

Se critica a los festivales, como Vivo x el Rock, porque repiten las cabezas de cartel nacionales: Libido, Amén, Mar de Copas y Rio. ¿Eso le hace bien a la escena?
Es una crítica totalmente desinformada. Lo que pasa es que no pueden poner a 500 grupos nuevos tampoco. Vivo x el Rock no sería lo que es si fuera un festival de 30 grupos nuevos. Es un absurdo pensar que a la gente le molesta que estén esos grupos. El público quiere escuchar esas bandas.

Se suele decir que son grupos que han pasado de moda, pero sus agendas de conciertos dicen todo lo contrario.
Por eso hay que informarse un poco. Yo soy el principal fan de los grupos nuevos. Pero el ataque a los grupos viejos no tiene ningún sentido. Hay que impulsar lo más posible a los grupos nuevos, pero no tienes que matar a los viejos. Son pataletas de ‘seudo undergrounds’.

¿Mar de Copas alista nuevo disco con composiciones actuales?
Sí. De todas maneras sale este año. Lo que pasa es que todos tenemos proyectos paralelos. Entre ellos tengo Los Trece Baladas, que estamos debiendo dos discos, que también van a salir. Saldrá un ‘Volumen III’ y ‘Protesta’. Así como rockeamos las baladas, ahora rockearemos canciones de protesta.

¿Como Víctor Jara?
Exacto, cosas por el estilo. Estoy viendo aún si saco primero el de MDC o Los Trece Baladas. Pero el material de ambos está.

¿Y el de MDC cómo se llamará?
En mi demo se llama ‘Mar de Copas 8’. Pero como siempre acá me van a cambiar el título. Así es que no sabemos cómo se llamará (risas).

¿Tiene algún referente de álbumes anteriores del grupo?
Sí, se parece a todos, porque es Mar de Copas y, como dicen nuestros detractores, todo lo que hacemos es igualito (risas).

¿Cuál es la clave para durar 25 años?
Somos bien tercos y estamos muy conscientes de que esto es nuestro trabajo. Y ello en la medida de que ha funcionado. Además, hemos aprendido a vivir como una familia.

¿Qué es el éxito para Mar de Copas?
Tener trabajo. Y que la música que te sale del forro le emocione al público.

Cuando ‘Wicho’ iba a ingresar a la banda le dijiste que entraba con la condición de que se quede hasta el final. ¿En algún momento han sentido cerca el final?
Todos los días. Tener un grupo de música es súper difícil, sobre todo en un medio como este, que parece una carrera con obstáculos.

DATOS:
-En el concierto del Gran Teatro Nacional tocarán todo el disco ‘Mar de Copas’. También un par de covers que interpretaban en esa época: “El tren de la costa” de Los Enemigos e “Insurrección” de El Último de la Fila.

-Para la segunda parte del show, escucharemos canciones de los demás discos. José Javier Castro, de El Aire, será el músico invitado en la guitarra en todo el concierto.

-Entradas en Teleticket. El concierto empieza a las 9 p.m.