Lucy Fernández: Dos mujeres frente al espejo

"El lenguaje que nos presenta Lucy Fernández en su libro 'Rojo' es sencillo, bastante directo en sus descripciones...", dice el columnista literario Jaime Cabrera.
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Lucy Fernández: Dos mujeres frente al espejo
Lucy Fernández: Dos mujeres frente al espejo

La escritora Lucy Fernández acaba de publicar su primera novela titulada 'Rojo'. Lo primero que llama la atención es la época y lugar en que está ambientada la trama. No es en el Perú sino en Chile, no es en la actualidad sino en la década del 30 del siglo pasado. Así, resalta la línea narrativa principal de la obra: la circunstancia opresiva de una mujer que ha sido entregada a un matrimonio por conveniencia económica, muy al margen de sus sentimientos. Por otro lado, el autocuestionamiento a su libertad sexual.

Trabajar con arquetipos tiene sus riesgos y por momentos la narración roza el melodrama, pero hay un aspecto que despierta mucho interés en el libro. Esto es cuando Matilde –la joven protagonista de 15 años– se mira a sí misma a través de la lectura del diario de Lavinia, la exesposa fallecida de Artemio, el hombre de 40 años con quien se acaba de casar forzada por su familia. Matilde es casi una niña y su formación religiosa la llena de culpas. Artemio es un hombre libertino y es descrito como un animal sexual, entregado a las fiestas y, sobre todo, al alcohol. En tanto, Lavinia es una pianista italiana, que en su diario consigna su vida sexual y sus cuestionamientos a un matrimonio que la ha llevado a “la aburrida familiaridad de lo ya conocido”. El color rojo que da título a la novela se insinúa como un símbolo del amor, del odio y de la venganza.

El lenguaje que nos presenta Lucy Fernández es sencillo, bastante directo en sus descripciones. Las cumbres más altas de esta historia las encontramos en la lectura del diario de Lavinia y las razones de su misteriosa muerte. Esto permite contrastar dos visiones distintas sobre el erotismo y, además, lleva a Matilde a tomar una decisión para replantear su vida. Es cierto que hacia el final se nota el apuro por cerrar la obra, de allí que el desenlace resulte precipitado. Esto no afecta a la premisa de la novela, pero le da un bajón.

No obstante los descuidos de edición de este libro, estamos ante un aceptable debut de una autora que ya prepara una segunda novela.

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