Tal vez Lima, con sus agudos contrastes y su falta de planeamiento, es una larga improvisación y para expresar su multiplicidad es necesaria la música experimental. Esa que desafía el orden convencional y, bajo la óptica del cine, invita a mirar la ciudad de otro modo. Esta es la premisa del documental '', que retrata la escena de música alternativa de la capital y que se estrena hoy en el Festival Transcinema. Conversamos con sus directoras Dana Bonilla y Ximena Valdivia, y su productora Lorena Tulini.

El proyecto fue posible tras ganar el año pasado el premio latinoamericano DocTV. Desde ahí, las realizadoras comenzaron a modelar su visión de la ciudad a partir de las propuestas de Pauchi Sasaki, Manongo Mujica, Veronik, Dante González, Liquidarlo Celuloide, Ale Hop, entre otros. Un espectro que abarca el punk, el rock, la psicodelia, la improvisación y la electrónica. La música es ecléctica porque Lima es ecléctica.

ENSAYOS AUDIOVISUALES
El proceso, cuentan, guarda similitudes con la producción de un disco. Grabaron a los músicos en vivo, siendo conscientes de que cada uno de ellos requería ser registrado de distinta forma y en locaciones que comulgaran con su propuesta.

Además, la música plantea la narrativa; el salto entre las escenas se logra con ensambles sonoros. Fluye como un disco: se arma como un catálogo en el que los artistas reflexionan, dialogan y performan, y a la vez hay inicio, clímax y cierre.

¿Cómo influyó la música experimental en su forma de registrar? “Ver romper paradigmas de cómo se hace música nos inspiró para romper el lenguaje cinematográfico. Partir del no miedo al error, un jamming audiovisual”, responden. Y es que la cámara, por momentos, se hace subjetiva y acompaña el viaje de los artistas.

Las locaciones son variadas: un paisaje desértico fuera del área metropolitana, el sótano de un local alternativo del Centro, el tradicional bar Monarca, un night club, una instalación en una galería de arte, entre otras.

La idea es reinterpretar los espacios a partir de la música, lo que incluye el contrapunto. Al retratar el baile dentro de una discoteca de salsa suena música electrónica; asimismo, las marchas de Ni Una Menos son filmadas en blanco y negro y tienen como trasfondo sonidos procesados y suaves.

“La ciudad no tiene que sonar como la ves”, agregan las realizadoras sobre su obra. Ahora preparan su llegada a festivales y mercados extranjeros tras ganar este año el fondo de promoción internacional de la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios.

La idea era retratar Lima como una sola pieza sonora: atípica, ruidosa, extática, pero sobre todo reveladora. Armar el soundtrack para una ciudad caótica, violenta, asombrosa e inconforme.

Datos: 
- El documental se estrena hoy en el CCPUCP (Av. Camino Real 1075, San Isidro). 8:30 p.m. S/10.

- Se proyectará también este viernes en la Sala Robles Godoy (Ministerio de Cultura). Libre. En señal abierta, TV Perú lo transmitirá este 15, a las 7 p.m.