Visitar la Casa de la Literatura siempre es una experiencia enriquecedora, pero por estos días ese caminar resulta aún más alegre. Una exposición sobre Manuel González Prada (Lima, 1844-1918), uno de los poetas y pensadores más importantes de la historia peruana, es el centro de atención. Su obra y legado nos continúan dando mensajes, gritan, reniegan, denuncian, irrumpen, ironizan, explican los pesares de un país y desatan nuevos retos. En definitiva, no hacen sino hacernos afirmar: a un siglo de su muerte, González Prada vive.
La exposición Libertad d’escribir toma el nombre de uno de los más recordados artículos del escritor, publicado en el semanario La Integridad en 1889. Allí González Prada denuncia la censura contra el pensamiento crítico y destaca la importancia de la autonomía en la creación. “Esa libertad se hace evidente en su literatura, en su forma de escribir”, dice Yaneth Sucasaca, curadora de la muestra. Ese tono, directo y beligerante, denuncia males sociales como la corrupción y el racismo.
Carnés, fotos, imprentas manuales, libros, audios de discursos. González Prada nos espera. Su pensamiento vive.