Junio Béjar es el actor ayacuchano que protagonizó la aplaudida película ‘Retablo’. (Foto: Elías Alfageme).
Junio Béjar es el actor ayacuchano que protagonizó la aplaudida película ‘Retablo’. (Foto: Elías Alfageme).

Alucinante e increíble. Así describe el momento que le toca vivir a sus 21 años, como actor y testigo de una pandemia. Interesante es otra palabra que usa para definir este tiempo de confinamiento porque, luego de ser parte de Aprendo en casa, ahora conduce el programa de Generación bicentenario, pero desde su casa. Le mandaron los equipos y él ha armado algo parecido a un set de televisión. Hace las veces de productor, cámara, revisa las luces, los encuadres. En la conducción lo acompañan de manera virtual Manuel Gold, Vanessa Zeuner y Brigitte Jouannet.

Asegura que le gusta aprender, hacer cosas nuevas. era un estudiante de quinto de secundaria que había decidido estudiar Psicología cuando de pronto se convirtió en actor, casi tan sorpresivo como cuando llega una pandemia. Participó en un casting en su natal Ayacucho. Se presentó y desde entonces el camino ha sido en ascenso hasta llegar a una cima llamada Retablo, película que lo encumbró precozmente.

Son cuatro hermanos y es el único que nació en una casa, en Mayucancha, el pueblo de su padre, la casa de sus abuelos paternos. Un campo y casas dispersas. Dice que cuando vuelve a su tierra, la quiere abrazar. Por estas semanas ha vuelto a , a un lugar fuera de Huamanga. No revela dónde. Fue para “respirar”, alejarse de la ciudad y volver a Lima. “Sigo en modo de preparación”, dice.

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-Al margen del nombre del programa, ¿te sientes parte de la denominada generación bicentenario?

En mi familia desde siempre hemos creído que la política era muy compleja, porque ves las noticias y es corrupción, robo. No nos metíamos en temas políticos ni hablábamos de esos temas. Pero cuando sucedió esto (la crisis política) en noviembre, el año pasado, sí me tocó bastante. Fue algo natural. Con todo lo que pasaba sentí muchísima impotencia. ¿Cómo era posible que en tremendo estado de emergencia podía pasar eso? A partir de ahí mi mirada hacia la política cambió. Es compleja la política, pero estamos metidos, inmersos, porque es nuestro derecho y deber elegir a un gobernante. También en mi familia se inició un punto de partida para poder hablar de eso. Es importante elegir, no sé si al mejor o al menos malo. Y me siento parte de esta generación, los jóvenes estamos cambiando, decimos lo que pensamos, actuamos sobre lo que creemos que es correcto.

-¿Cómo definir a la generación del bicentenario?

Las redes sociales son un antes y un después. Y las redes sociales fueron importantes para lo que se dio el año pasado y salir a protestar, marchar por el bien de nuestro país. Yo la definiría como una generación informada, porque tiene la información a la mano, podemos opinar, participar. Pero a la vez en la generación bicentenario estamos incluidos todos aquellos que queremos que el Perú cambie para un futuro mejor.

-Sin embargo, parece que este 11 de abril elegiremos al menos peor.

Es complejo por la pandemia. Los políticos prometen y prometen, pero al final pasa lo que pasa. Con el presidente anterior (Vizcarra), me llamó la atención y era algo interesante, pero todos sabemos cómo terminó esa historia.

-Hace un año tenía una aprobación alta y por estas fechas muchos pensaban que teníamos al mejor presidente. Y ahora está a punto de ir a la cárcel.

Exacto. Te digo una cosa: por primera vez en Facebook le di ‘Me encanta’ a un político (como Vizcarra). Entonces, ya no sabes en quién creer y nos queda elegir el mal menor.

-Si te lo ofrecieran, ¿entrarías en política?

No, no, no... Todavía no. Sería para evaluarlo a profundidad. Aunque sinceramente no quisiera meterme a política como tal, pero sí contribuir de otras formas.

-En todo caso, hagamos un ensayo: ¿si fueras congresista o presidente, qué harías por el Perú?

Trabajar bastante en la educación que es la base de todo. Luego la salud. Y trabajar lo cultural. Yo creo que el Perú puede llegar a ser una potencia cultural, por la diversidad que tenemos.

-Eres actor, ahora conduces un programa de TV y tienes una sensibilidad política. Pero estudias Psicología, ¿por qué?

Estoy en el tercer ciclo. Estudiar Psicología lo decidí en cuarto de secundaria, antes de que la actuación llegara a mi vida. Pero la actuación también estaba en mi mapeo de la vida desde siempre.

-¿Cómo así “desde siempre”?

Mi mamá fue cantante de joven. Se llama Flor y su nombre de cantante era Florcita. Sus hermanos, mis tíos, tienen la agrupación que se llama Hermanos Roca, que son muy conocidos en Cangallo. El arte siempre ha estado en mi vida. De niño he hecho absolutamente de todo, he escenificado Warma kuyay, la obra de Arguedas. He cantado, he declamado poesía.

-Entonces, ¿por qué eliges ser psicólogo?

Lo de artista creo que ya estaba inoculado en mí, pero no era tan consciente de estudiar algo por ese lado. Pero tengo un tío al que le gusta leer mucho a un espiritualista, un iluminado, que habla sobre el poder mental; y eso me llamaba mucho la atención. Cómo todo lo que pensamos o sentimos viene de la cabeza. ¿Qué ocurre ahí? ¿Por qué actuamos así? Y, claro, en Retablo confirmé que tenía que estudiar Psicología por la complejidad misma del ser humano. Y sí quiero profesionalizarme en la actuación, pero también terminar Psicología. La carrera de actuación y la psicología van de la mano.

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-¿Aún sientes las réplicas de Retablo?

Siguen y seguirán por siempre. Seguirá vivo para mí.

-¿En algún momento de la pandemia no pensaste en irte a Ayacucho y confinarte allá?

Justo un mes antes de la pandemia mi familia se mudó a Lima, mis papás y hermanos. Me quedé con ellos, feliz. Fueron el gran soporte para que yo pueda trabajar en Aprendo en casa, y más la universidad. Me ayudaron a sobrellevar todo porque estuvieron aquí.

-¿Has vuelto a Ayacucho?

Recibí el 2020 allá, en Año Nuevo. Fuimos a mi pueblo a visitar a mi abuelito. Y por estos días volveré a Huamanga para volver a sentir algo de lo que soy y regresar recargado para poder arrancar el año universitario y el trabajo.

-¿Cuál es tu lectura de cómo llegamos al bicentenario?

También hay que reconocer que se están haciendo cosas buenas. Por ejemplo, en medio de esta pandemia se están dando clases de quechua por las redes sociales y tiene más alcance. Puedes enseñar quechua hasta en TikTok. Se trata de mostrar con orgullo quiénes somos.

-Hay quienes dirían que es más primordial aprender inglés antes que quechua.

Claro, inglés es primordial, pero el quechua es identidad. Es como que no reconozcas a tu madre. El quechua es parte de nosotros y tenemos que valorarlo. Gracias al quechua pude protagonizar Retablo. Gracias al quechua ha pasado todo lo que me ha pasado.

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AUTOFICHA:

- “Soy Junior Javier Béjar Roca. Tengo 21 años. Acabé el colegio en Ayacucho y entré a Psicología en Lima. Luego de Retablo hice un par de cortometrajes a modo de entrenamiento con Amiel Cayo, y ahora tengo encaminadas varias cosas”.

- “El programa Generación bicentenario es un aporte a los jóvenes para ser la voz de ellos, ser eco de lo que piensan y dicen los jóvenes. Es parte del Perú. Se tratan temas reales. El programa se estrenó el 27 de marzo. Va todos los sábados, a las 6 de la tarde”.

- “Mis papás son comerciantes de siempre. Ellos apuntaron a que su hijo sea mucho más. Las metas que tengo son muy, muy grandes. Siempre hay que soñar en grande y trabajar para ello. Pero estoy viviendo paso a paso las cosas que tengo por hacer. Quiero llevar bien este proceso. Poco a poco lo iré consolidando”.

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