Josué Méndez es el director artístico del Festival de Cine de Lima. (Foto: Mario Zapata)
Josué Méndez es el director artístico del Festival de Cine de Lima. (Foto: Mario Zapata)

A los 10 años de edad veía películas “a un punto no muy sano”. Así lo revela. Alquilaba betamax y VHS. Todo era pirata. Eran unas cinco cintas al día. En vacaciones todos se iban de viaje, menos él, atrapado frente al monitor. Hoy, a sus 41 años, el autor de la aclamada película Días de Santiago es el director artístico del , que llega a su 22ª edición. Precisamente, nos reunimos en las instalaciones del Centro Cultural PUCP, que será el epicentro del cine en Lima, del 3 al 11 de agosto. Sin embargo, Josué Méndez nos aclara que, más allá del cine, lo suyo es contar historias. A continuación, nos cuenta un breve episodio de la suya.

¿Por qué dejó de escribir y dirigir largometrajes?
Mi interés principal nunca fue hacer cine como tal. Me siento más alguien apasionado por contar historias y, ante la oportunidad de explorar nuevos medios, tomé esas oportunidades. Cuando pude hacer televisión y teatro, lo hice. Y ahora estuve metido en una serie de Netflix: El Chapo, que rodamos un año en Colombia. Me apasiona mucho probar nuevos territorios. No me entusiasma la idea de volver a hacer lo mismo.

Netflix ha llegado para cambiar la vida de muchos.
Hay una revolución que no tenemos ni idea de en qué va a terminar. Nadie lo sabe.

A series del corte de El Chapo se les criticó porque, de alguna forma, retrataban a los narcotraficantes como antihéroes.
La diferencia es que esta serie critica al gobierno mexicano, a los presidentes que no solo dejaron crecer, sino que promovieron y fueron cómplices del narcotráfico. Que El Chapo haya contado esa parte es un aporte muy interesante.

¿Cuánto afectan estas plataformas al cine?
Hay películas que ya no tienen por qué ir al cine, de frente van a Netflix. Está cambiando todo el modelo, particularmente en países como el nuestro, en que la oferta es tan pobre en salas. Todos buscamos otras cosas, nadie está satisfecho con la cartelera. Pero sí creo que el cine va a seguir, para cierto tipo de espectáculos. La gente sigue yendo al cine, las entradas aumentan año a año, pero la gente va al cine a ver un tipo de espectáculo, que son las películas de cómics; las cintas de 200, 300 millones de dólares; para ver show, 3D, efectos.

¿Cómo se posiciona el Festival de Cine de Lima frente a ello?
Es un desafío porque cada vez más películas, particularmente latinoamericanas, van a estrenarse en Netflix mucho más rápido que antes. Ahorita queda seguir escogiendo lo mejor, lo que menos se haya visto en festivales.

¿Cuál es su rol como director artístico del festival?
La función es mantener la identidad del festival, que nos diga algo. Y en lo práctico, supervisar la programación, ver las películas junto con un comité asesor, seleccionar para cada sección y ver el programa. Venimos trabajando desde febrero. En el comité asesor hay filtros, porque es imposible que uno solo vea 400 películas. Aunque debo haber visto unas 200.

A ese paso, solo se dedicará a ver películas.
(Risas). Encuentras la manera, en la mañana, en la noche. Al día ves de dos a tres películas.

¿Y el festival qué nos dice para este año?
Tenemos las competencias de ficción y documental, el plato fuerte; tendremos ‘Las Irresistibles’, cintas para todo público, más accesibles. En ‘Búsquedas’ hay cine de autor, más exigentes, osadas. También están ‘Las aclamadas’, filmes de autor, internacionales. Y la gran novedad es la presencia fuerte de cine peruano. Es el año en que más películas peruanas vamos a mostrar, no solo porque tenemos cuatro ficciones en competencia y tres coproducciones en documentales, sino porque mantenemos nuestra sección ‘Hecho en el Perú’ con seis cintas de estreno absoluto en el país; y también hemos creado una nueva sección: ‘Tierra en trance’, dedicada al cine producido en regiones, que tiene 22 años, al igual que el festival. Será una muestra de lo mejor en los últimos años. Ocho largos y 15 cortos.

¿Por qué es importante ponerle atención al cine hecho en regiones?
Hay una deuda que el festival tenía. El cine producido en regiones no es solo un fenómeno cinematográfico, sino cultural. Cuestiona muchas cosas, como las propias reglas de distribución y de marketing. Funciona en circuitos de distribución autogestionados y tienen cosas muy importantes que decir.

¿A nivel de la legislación, qué se puede hacer por el cine peruano?
Que el cine financie el cine: un porcentaje de la taquilla que vaya a financiar el cine nacional; que haya beneficios fiscales, tributarios a empresas que quieran invertir en cine; que haya una film commission que dé retorno a productoras extranjeras que vienen a filmar al Perú. Eso existe en Colombia, Brasil, Argentina, México. Andamos muy retrasados.

¿Y por qué?
Por los gobernantes.

¿Es por ignorancia?
Es porque toman ciertos principios del libre mercado a rajatabla. A otros países que invierten en su imagen, en su cultura les revierte millonariamente, pero no al año, sino a los cinco o diez años. Ahí a las autoridades se les escapa la tortuga.

¿Qué alista?
Varias cosas, pero mejor hablemos del festival (risas).

¿Se viene un largo, teatro?
Estoy en varias cosas. Tengo un pie en todo, como siempre.

¿Qué temas le interesan hoy?
Me interesan personajes que tienen la oportunidad de vivir más vidas. La nostalgia por las decisiones tomadas en la vida lleva a que me interesen esos personajes que pueden multiplicarse. Pero no quiere decir que se convertirá en un próximo proyecto.

Entonces, su próxima película no será así.
¿Quién sabe? (Risas).

AUTOFICHA:
“Nací en Lima. Estudié Cine y Estudios Latinoamericanos en Yale. Hice algunos cortometrajes y dirigí y escribí los largos Días de Santiago y Dioses. He producido largometrajes de otros directores como Paraíso, Las malas intenciones. He dirigido teatro: El hombre del subsuelo, Reglas para vivir”.

“He dirigido bastante televisión en Perú, como La Gran Sangre, Los exitosos Gómez, etc. Y últimamente, fui supervisor de rodaje, productor asociado y coproductor de El Chapo, además de guionista en algunos capítulos. La tercera temporada se estrena el 27 de julio”.

“He vuelto a películas como Bajo la piel, que me parece la mejor escrita y actuada. También vuelvo a La ciudad y los perros, La boca del lobo, a las del grupo Chaski: Gregorio y Juliana, que son hitos. La muralla verde de Robles Godoy es fundamental. Y Metal y melancolía me hace llorar perdidamente”.