(Perú21/ Jessica Vicente)
(Perú21/ Jessica Vicente)

La orquesta de los hermanos Silva estaba tocando en un parque limeño. El joven de 16 años José Luis Valverde, a quien ya llamaban Joselito, caminaba por el lugar y, sin rubor, se acercó. Preguntó si podía trabajar con ellos cargando equipos, jalando cables. Y los convenció. Ya había descubierto la música en Estados Unidos, donde radicó entre los 6 y 12 años, pero en ese parque tal vez estaba sembrando la semilla del emprendimiento, la gestión y el trabajo, inicialmente para llevar un pan a su casa y luego, para soñar con lo que hoy ha logrado.

Han pasado más de 30 años desde que decidió hacer empresa de la música. Las cifras dicen que se ha presentado en más de 1,800 matrimonios, animó todos los Año Nuevo desde entonces, ha llegado a tocar hasta quince horas seguidas y posee, como él dice, “una fila de cartones” en producción, instrumentos, finanzas, propiedad, marketing, gestión. Aunque él se define como “un muy buen vendedor”. Y ahora alista un tributo a Chabuca Granda a través de la reinterpretación de “Fina estampa”, mientras dirige el ensamble del Taller de Música en Vivo y asesora en la Facultad de Música de la USIL.

Un infarto adelantó la partida de su padre cuando él tenía 3 años y, a los 17, perdió a su madre cuando el bus en el que viajaba a Tacna se estrelló. Empezó cantando en misas, pero finalmente fue periodista durante una década. La versatilidad y perseverancia son lo que realmente lo definen. Conversamos con el vendedor, emprendedor, músico, comunicador, gestor, empresario, mánager, profesor. Al ritmo de Joselito.

Fuiste periodista. ¿En qué circunstancias?
Me encanta la comunicación y la creatividad. Siempre encontraba cosas que nadie veía. Ese es mi talento. Me fue súper bien, pero después el periodismo cambió la ruta con el gobierno de Alan García. Yo ya estaba con una carrera de música que me iba bien también. Aunque el momento era horrible. Hablamos del 87, la plata no alcanzaba, tenías tres trabajos, no había pan ni aceite, nada.

¿No era el peor momento para dedicarse a la música?
Yo he estado en locales donde las bombas han explotado. Nosotros estábamos tocando y la gente bailando. Pero del periodismo me botaron, de Pesca Perú. Yo era gerente de Relaciones Públicas. Me amenazaron de muerte para dejar el cargo.

¿Cuál fue la razón?
Un ministro me amenazó porque yo había descubierto una serie de planillas que se pagaban por debajo y no iba a firmar algo que no era correcto.

¿Por qué elegiste el formato de la orquesta que anima fiestas en vez del camino de los temas propios?
En la época que yo estaba en el periodismo, los medios vendían medio millón, 300 mil, 150 mil diarios. Una vez un judío me dijo: todo suma, pero si te haces cantante propio, ¿cuántos contratos vas a tener? Yo quería salir de mi pobreza. Entonces, si trabajo cien veces tendré mi casa muy pronto. Visité todas las empresas para venderles himnos. Y vendí mil himnos. Además, dictaba clases en un colegio y grababa jingles.

Eres un emprendedor de la música, Joselito.
Totalmente. Tenía que vivir, mis hijos eran primero. Y yo tenía que llegar a más. Es más rentable hacer 20 actuaciones al mes que una a la semana. Además, no existían productores de eventos. Mi madrina fue Marisa Guiulfo, que hacía catering.

El mundo de la música se suele dividir en, por un lado, los creadores y, por otro, los que tocan por encargo, a quienes se les llama ‘chiveros’. ¿Este último es un músico menor?
No lo es. El mundo artístico es un mundo de oportunidades. Se presenta la oportunidad y a veces no la quieres tomar. Hay una especie de cobardía, que viene de formación y de no haberte relacionado en la escuela o la universidad. La música no está hecha para aquellos que se aíslan. El verdadero ‘chivero’ es un magíster en la música.

¿Tanto tocar en Año Nuevo y fiestas corporativas qué te han enseñado?
El mundo económico del país y cómo se manejan las emociones.

¿Y es cierto que inventaste la hora loca?
Sí (sonríe). No existía la hora loca. En los noventa, las fiestas duraban hasta las 6 de la mañana. Se llamaban de toque a toque, por el toque de queda. Entonces, en la década del noventa la hora loca fue creada para despertar a la gente a las 4 de la mañana. Vi la hora loca gracias a un cliente que nos llevó a Cancún a tocar. Fui a una discoteca y vi que entregaban globos pencil. Después incluimos coreografía brasileña, un coreógrafo y sombreritos.

¿Y ahora por qué eliges “Fina estampa” de Chabuca Granda para reinterpretarla?
Las canciones de mi barrio en Barranco eran “José Antonio”, “Fina estampa”. Cuando empecé con la orquesta yo cantaba “Fina estampa”; entonces, aparece Kike Purizaga, que es productor musical de Carlos Vives y Alejandro Fernández, y me dice que saque una canción. Entonces, “Fina estampa” la tenía grabada del 86 y le pedí que la produzca, lo que coincide con que en 2020 será el centenario del nacimiento de Chabuca. Para mí es un milagro.

¿Chabuca es el Perú?
No, la música andina es el Perú. Por eso estudié gestión cultural. Mi primer proyecto es unir a los músicos de Puno con el rock. En mis fiestas, los huaynos eran un patrón obligatorio. Creo que el Perú va a ser una potencia musical de la fusión.

La música andina es tu conexión con el Perú.
Lo voy a llamar como yo lo veo, de manera comercial: es un nicho no explotado.

¿Qué es Joselito para el Perú?
Soy una marca y un personaje que siempre ha brindado ayuda.

¿Y quién eres hoy: vendedor, emprendedor, músico, comunicador, gestor, empresario o manager?
Todo (risas). Pero no me quiero morir sin la razón de mi vida: compartir.

AUTOFICHA:
- “Soy José Luis Valverde López. Nací el 13 de setiembre de 1960. Me enamoré de los Beatles y me moría por vivir en Estados Unidos, y así lo hice. Allá vi al hombre llegar a la Luna, en tv a colores. El hermano de mi mamá fue un gran artista. Y tengo una hermana. Estudié en EE.UU. y luego Periodismo, en el Perú”.

- “Llevé cursos de música para niños en España y he enseñado en colegios. Soy director de ensamble del Taller de Música en Vivo de la USIL y asesor de la carrera de Música. Publiqué 12 discos que son mix de covers. Hice cuatro canciones propias, una de ellas ‘Ritmo vuelta’”.

- “Ahora tengo en mente diez pequeñas bandas de Joselito, donde los alumnos puedan trabajar y les enseñe todo lo que tiene que ser una orquesta. Con USIL vamos a lanzar un congreso, que será el 22 y 23 de agosto. Serán mesas redondas sobre la industria del ‘jingle’, de la grabación, del rock, etc.”.