Tras los pasos del monstruo
Tras los pasos del monstruo

Redacción PERÚ21

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Hace pocas semanas, el historiador Antonio Zapata publicó La guerra senderista, un libro en que hace un destacable análisis del grupo terrorista Sendero Luminoso. Examina su largo periodo de actividad y los numerosos crímenes que cometió, incluyendo en su trabajo la versión de Elena Iparraguirre, miembro del comité central de la nefasta organización. De esta manera, Zapata enriquecía su punto de vista con el de una de las representantes más conspicuas de nuestros enemigos, ejercicio que nos permite contrastar la perspectiva de los dos bandos en conflicto.

Justo en estos días en los que se conmemora un cuarto de siglo de la captura de Abimael Guzmán, acaba de aparecer La hora final de Carlos Paredes. A diferencia de Zapata, Paredes elige ampararse en el testimonio de parte del lado heroico de esta historia: el protagonizado por los integrantes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN), unidad policial que, después de un paciente trabajo de años, consiguió apresar a quien el escritor inglés Simon Strong catalogó como el líder del movimiento subversivo más letal del mundo.

Paredes tiene menos pretensiones que Zapata. A diferencia de él, no quiere profundizar demasiado en las causas y consecuencias del terrorismo senderista en nuestra sociedad o en sus destinos particulares. Más bien, aspira a contar con la mayor eficiencia e interés posible la gesta de los oficiales del GEIN y las muchas desventuras, privaciones e incomprensión que debieron pasar estos hombres y mujeres que persiguieron por largo tiempo al escurridizo Guzmán y sus lugartenientes, desechando las pistas falsas e incluso enfrentando el constante peligro de muerte que su trabajo les deparaba.

Paredes logra cumplir con este objetivo casi sin mayores inconvenientes. Su labor de investigación le permite construir un relato sólido, detallado y compuesto por las distintas voces de quienes participaron en la gesta del 12 de setiembre de 1992, e incluso se permite revelar algunas pequeñas historias y hechos en los que muy poco se ha profundizado. Hay datos meramente anecdóticos, pero que le otorgan ocasionales matices de humor a la narración (como descubrir que el cuestionable cantante salsero Antonio Cartagena participó muy brevemente en las labores de inteligencia del GEIN), así como otros más complejos y decisivos, entre los que podemos contar el desenvolvimiento de las relaciones humanas dentro del grupo o las decisiones del día a día que permitieron descubrir la morada de Guzmán antes de que este pudiera escapar una vez más.

Pero quizá lo más perturbador del libro sea el ominoso retrato del general Ketín Vidal que perfilan los miembros del GEIN entrevistados por Paredes. Es descrito como un traidor que se apropió de los fondos que el gobierno otorgaba a esta unidad, como delator y un maleable elemento de la dictadura fujimorista; las intervenciones de sus compañeros y subalternos desdibujan página a página su imagen de héroe de la lucha contra el terrorismo.

El resultado de todo este esfuerzo es que La hora final se lee de un tirón. Sin embargo, hay repeticiones, párrafos mal escritos y muchas erratas que entorpecen de cuando en cuando la fluidez de la lectura y el adecuado orden de las acciones consignadas. Son errores y descuidos que pueden subsanarse en una segunda edición y que, en todo caso, no son determinantes ni empañan un libro que significa un buen aporte a una historia que de ninguna manera ha tocado su hora final.

Valoración

Carlos Paredes
- La hora final. La verdad sobre la captura de Abimael Guzmán.
- Planeta, 2017. 240 pp.
- Relación con el autor: ninguna.
- Puntuación: 3.5 estrellas de 5 posibles.