Crítico de cine Isaac León Frías presenta el libro 'Más allá de las lágrimas'. (Foto: Piko Tamashiro).
Crítico de cine Isaac León Frías presenta el libro 'Más allá de las lágrimas'. (Foto: Piko Tamashiro).

Sigue siendo el mismo chico de siete años que vio la película 'Tambores apaches' en el ‘La pulga’ de La Punta, a tres cuadras de donde vivía. Sigue siendo ese chico que se deslumbra frente a la pantalla grande y las historias que ocurren allí. 

“Me cuesta asumir la edad que tengo, pese a que físicamente lo hago. Entonces, toda mi energía se va en seguir produciendo”, dice con voz serena el entrañable profesor y crítico de cine Isaac León Frías

Mira unas 400 películas al año y en la última década ha publicado 10 libros. El último de ellos es 'Más allá de las lágrimas' (Fondo Editorial U. de Lima, 2018), en el que aborda el cine clásico de México y Argentina, que presenta el 3 de noviembre en la Feria del Libro Ricardo Palma

‘Chacho’, como le puso su madre, estudia su primera maestría en una universidad local, aunque afirma que nunca le interesaron los títulos, ni que lo llamen licenciado. Nosotros lo llamaremos maestro.

En la dedicatoria de 'Más allá de las lágrimas' escribe: “El melodrama está en mis raíces”. ¿Por qué?
El melodrama está muy ligado a los infortunios, a las frustraciones, a la pérdida, a la orfandad. Tengo un doble vacío en mi vida: mi abuela madrileña falleció a los 21 años y cuando mi mamá tenía solo cuatro. Y mi madre se fue cuando yo tenía tres años y medio. Ella y mi padre eran primos por el lado materno y paterno.

¿Qué recuerda de su madre?
El vacío de la muerte de mi madre ha sido muy importante. Pero no tengo memoria de esa época.

¿Cómo fue su primera conexión con el arte?
El cine tuvo una importancia sustancial. La primera película que vi fue Tambores apaches, y vino el enganche con el cine. Estamos hablando de los años 50.

¿Qué pasó con esa película que fue decisiva en su vocación?
Muchos años después, volví a verla, aquí en la sala de la Ventana Indiscreta de la U. de Lima, y me confirmó que era una buena película, un buen western. Tiene dos escenas que están relacionadas con el terror: indios pintados, con un cuchillo en la mano, dispuestos a atacar, ingresando por las ventanas de una iglesia y bajando de unas cuevas. Eran imágenes terroríficas. Y hoy el terror es un género por el que tengo especial debilidad. Así surgió la necesidad permanente de ir al cine.

Isaac
Isaac

¿Y cuándo vino la necesidad de escribir sobre cine?
Estando en el colegio comencé a hacer crítica, a los 15 años de edad. Lo hacía en el periódico mural. La primera fue de La dolce vita, un filme que se estrenó en el 61. El director del colegio me llamó porque era una cinta calificada para mayores de 21 años y era considerada casi una película anticatólica. La vi en la cazuela (localidad más alta) del cine Lido. También íbamos a las cazuelas para las películas de Brigitte Bardot y ver alguna que otra escena de teta o de poto.

Entonces, salió del colegio con la convicción de que el cine era lo suyo.
Sí, pero estudié Sociología. Yo tenía claro que no me interesaba la dirección de cine sino la crítica. Además, apuntaba al cineclubismo y a la docencia.

Pensando ya en el libro, ¿cómo se dio su relación con el cine argentino y mexicano?
A los 20 años empecé a hacer crítica de manera regular en la revista ‘Hablemos de cine’. La primera película que tengo memoria que vi fue la argentina Pelota de trapo. Me abrió a un nuevo mundo: las cintas de América Latina. Luego vinieron los filmes con Pedro Infante, Cantinflas, Tin Tan.

¿Cuál es la necesidad de publicar el libro?
El periodo clásico de ambos cines fue muy rechazado durante mucho tiempo por los sectores intelectuales. El director de cine peruano Armando Robles Godoy decía que hay cuatro tipos de películas: las buenas, las regulares, las malas y las mexicanas. En los últimos tiempos se está estudiando, replanteando y descubriendo que la cosa no era así, y yo quería contribuir a eso. Es el primer libro que aborda un panorama histórico del cine mexicano y argentino en forma conjunta. Por ello, lo voy a presentar en Buenos Aires, Mar del Plata, hay la posibilidad de hacerlo en La Habana y luego en México.

¿Y en qué momento enganchó con el cine peruano?
Siempre nos ha interesado el cine peruano como un compromiso natural. Pero me interesa el cine de todo el mundo y, sobre todo, sigo siendo un espectador de sala, me cuesta mucho ver películas en pantalla chica. El placer del cine está en la pantalla grande.

Isaac León
Isaac León

¿Cuál es el futuro del cine de sala ante el streaming?
Yo creo que no va a desaparecer, pese a que se verá muy afectado. Esto de Netflix se va a extender enormemente. Tienes Disney, Fox, HBO, Amazon, Movistar. Pero hay la necesidad de ver espectáculos de manera colectiva.

Se viene la tercera parte de la taquillera Asu Mare y Wiñaypacha competirá en los Premios Goya. ¿Qué nos dicen esos dos extremos?
Ambos son importantes. Si bien prefiero Wiñaypacha, eso no significa que dejo de ver las Asu Mare, porque es un cine que se necesita. El cine también es industria y eso también convoca al público. Ahora, el cine de Wiñaypacha debemos defenderlo.

Entonces, ¿cuál es el futuro del cine peruano?
Se estima que el público seguirá aumentando. Hay futuro para el espectáculo cinematográfico, por ende para el cine peruano, masivo y de nicho. Pero necesitamos más espacios, salas de arte.

¿Y cuál es el futuro de ‘Chacho’ León?
No lo sé (risas). Me estoy preparando para mis próximos 25 años. Estoy estudiando mi primera maestría, de Periodismo.

¿Por qué seguir estudiando?
Porque quiero seguir enseñando. Mientras que pueda estar de pie y conserve la lucidez, seguiré. Mario Vargas Llosa dijo que uno tiene que seguir actuando en su vida como si fuese inmortal. No hay que limitarse. Lo importante es la actitud.

Isaac León
Isaac León

AUTOFICHA:
“Soy Isaac Fernando León Frías. Tengo 73 años de edad. Me dicen ‘Chacho’. Mi madre me lo puso para diferenciarme de mi papá. Estudié Sociología, terminé la carrera. Fui profesor en la Universidad de Lima durante 45 años. Ha sido mi gran referente. Aunque en los años 70 enseñé en la Católica”.

“He publicado once libros, de los cuales uno con Ricardo Bedoya, que se llama Ojos bien abiertos. Diez de estos libros los he publicado en los últimos 10 años. Nací en Lima. Mi padres fueron limeños, pero ambos de familias piuranas. Y mi abuela de Madrid, España”.

“Siempre vuelvo a Alfred Hitchcock, a La ventana indiscreta, Vértigo, Psicosis, que tienen de melodrama y terror, también hay historias de amor. Son mis películas de cabecera. Actualmente, enseño en la Universidad Católica. Enseñando se aprende más que los alumnos. Nunca se termina de aprender”.