Conversamos con el pentacampeón de marinera Hugo Romero. (Perú21/ Eduardo Cavero)
Conversamos con el pentacampeón de marinera Hugo Romero. (Perú21/ Eduardo Cavero)

El destino de los Romero Quevedo era Tumbes. Un viaje en familia al que, asegura, lo llevaban “a la fuerza”. Tenía 14 años, un adolescente que pensaba en la playa y la tabla de skate. “Bienvenidos al concurso de marinera”, así los recibió Trujillo. Su madre propuso, antes de continuar el viaje, ir a ver el concurso en el coliseo Gran Chimú. No fue un amor a primera vista; a Hugo Romero le pareció monótono el baile, pero por mandato de su madre se quedaron hasta la final. Y ahí vio a una pareja que fueron su inspiración: Verónica Pujazón y Renato Benavides, campeones juveniles de ese año. “Son mis ídolos hasta ahorita”, me dice con la emoción marcada en su rostro.

Hoy, en los 45 años de edad, es pentacampeón de marinera, ha sido tres veces campeón de campeones, por lo cual le dieron los laureles, máximo título honorífico. El baile lo ha llevado a ciudades como Osaka, en Japón. Y ahora alista Amor de Marinera, musical con 28 bailarines, seis campeones de marinera norteña, músicos, coreografías especiales, una historia y tecnología. Todo en el Teatro Municipal de Lima, los próximos sábado 21 y domingo 22 de marzo. Las entradas ya están a la venta en .

Los Romero Quevedo no llegaron a Tumbes, se quedaron en Trujillo. Tras la deslumbrante final, fueron a la calle Gamarra, en el centro de la ciudad. Entraron a la tienda de discos Gilberts y compraron un casete de marinera. Regresaron a Lima escuchando los lados A y B, una y otra vez. Era el viaje de regreso a casa, pero en realidad era el inicio de un viaje más largo que continúa hasta hoy, al ritmo de marinera.

¿El espectáculo que propones es una manera de modernizar la marinera?

Trato de mantener la esencia máxima de la marinera norteña, que es el cortejo, el enamoramiento de la pareja. Amor de Marinera es una obra teatral que no se ha enfocado en hacer simplemente un espectáculo sino en devolverle la esencia máxima.

¿Esa esencia se ha perdido?

No se ha perdido al 100%, pero ahorita la marinera está más involucrada con la competencia. Y cuando compites, quieres ganar y por ganar vas a la fórmula que te hace ganar. Por pensar en hacer bien las cosas para obtener un buen puntaje, a veces pierdes eso de bailar relajado, escuchar la música, mirar a tu pareja y simplemente dejar que las cosas fluyan. Te vuelves medio mecánico.

Se vuelve casi un deporte.

Por eso en el teatro queremos transmitir la emoción, contar una historia y con música en vivo. Entonces, te envuelve como puede hacerlo el cine.

¿A la marinera le falta convertirse en espectáculo?

No, es una forma de llegar. ¿Por qué la marinera no es mundialmente conocida?

¿Tal vez porque solo se ha quedado en el plano de la competencia?

Exacto. ¿Se ha internacionalizado?, sí, porque el Club Libertad, la entidad máxima de la marinera en competencia, ha llevado la marinera a EE.UU., Europa y Japón. Pero queda en el concurso porque generalmente van los peruanos. Nosotros apuntamos que este espectáculo que producimos salga por distintas partes del país y llegue a grandes escenarios. Las características de la marinera son más que suficientes para encantar a cualquier persona que le guste el arte. Tiene elegancia, coquetería, picardía, música, encanto, carisma.

Llegas a la marinera casi de casualidad, pero rápidamente te involucras.

En marzo de ese verano que no llegamos a Tumbes, empecé a bailar y en enero del próximo año, ya estaba concursando en Trujillo, y quedé en cuarto lugar.

¿A los 14 años no tenías otros planes para tu futuro?

Yo quería ser piloto, mi padre era del Ejército. Pero él me contó cómo era la vida militar. Una vez mi papá estaba sirviendo en el batallón de tanques, en el Rímac, y el comandante le dice para ir a comer un cebiche. “Ahorita voy”, le dijo mi papá. Pasó 15 minutos y cuando llegó a la cebichería, los terroristas ya habían entrado y dispararon contra todos los que estaban ahí. La persona que lo invitó recibió una bala en el cerebro. Es increíble cómo el destino cambia con una simple decisión. El año que fuimos a Trujillo, en diciembre a mi papá lo cambiaron a esa ciudad. Él no lo pidió, es el destino puro. Y estuvimos 12 años en Trujillo.

¿Te sientes trujillano?

Literal. Hasta me sé el himno de Trujillo (risas). Es mi ciudad.

¿Qué es bailar marinera?

Es una sensación de éxtasis, poder imitar la música con tus movimientos, cantar la melodía de la marinera con tu cuerpo. Te desestresa, te divierte, te pone de buen humor.

¿Te enamora?

Así es.

¿Te has enamorado de una pareja de baile?

(Risas). La verdad que no.

Pero el público tiene que creer que están enamorados.

Claro. Pero la marinera tiene que ser elegante, sutil, fina. La idea es que evolucione, pero que no se distorsione. El gobierno debería inculcar más la marinera, es un baile que nos representa.

¿La marinera es intocable?

Si la marinera mantiene el ritmo musical, cadencia, elegancia, la complicidad en la pareja, el salero de la mujer y la caballerosidad del hombre, todo vale.

Antes declaraste que la marinera es la mejor danza del mundo. ¿No es exagerado?

No. O estoy loco de amor.

¿Cuáles son las posibilidades de la marinera?

Todas. Está la labor del Club Libertad, que es fantástica, y lo que estamos haciendo nosotros: llevar la marinera teatralmente. He estado en Broadway y he visto shows en Las Vegas...

¿La marinera puede llegar a Broadway y a Las Vegas?

Claro que sí, sin perder la esencia. La tecnología puede embellecer el baile. Por eso Amor de Marinera es como el Grease de la marinera norteña.

AUTOFICHA:

- “Mi nombre es Hugo Martín Romero Quevedo. En Lima, el 3 de junio de 1974, nació un bello y robusto bebé (risas). Mi mamá era tacneña y mi papá nació en Iquitos. Mi abuelo, como mi padre, también era militar. Tengo una hermana fallecida y un medio hermano”.

- “He estudiado Comercio Exterior y creo que lo hice porque pensé en estudiar algo que me dé dinero, y no en hacer algo que me apasione. Enseño marinera y quienes deseen aprender, pueden escribirme a Hugo Romero Escuela de Marinera, en Facebook o Instagram”.

- “Tenemos clarísimo que el 21 y 22 de marzo serán el gran inicio de un conjunto de presentaciones. Ya estamos en contacto con el teatro de la UPAO para que Trujillo vea Amor de Marinera. También en Arequipa. Vamos a tratar de ir a los mejores escenarios del Perú, e incluso en países como España e Italia”.