Desde 1985, cada 12 de junio se celebra a la única raza de perro originaria de nuestro país: el perro peruano sin pelo, Patrimonio Cultural de la Nación desde hace más de 20 años.
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No es un perro cualquiera, en el Perú su raza forma parte de la construcción de la identidad cultural de nuestro país y de su historia también.
Reconocido como raza oriunda del Perú un 12 de junio de 1985 en la Federación Cinológica Internacional (FCI), el perro peruano sin pelo fue registrado en la nomenclatura de razas con el número 310.
Conocido como viringo o perro calato, el perro peruano sin pelo fue reconocido como patrimonio cultural de la Nación el 22 de octubre de 2001.
En enero del 2001, el Instituto Nacional de Cultura (que pasó a ser el Ministerio de Cultura), estableció una medida de protección, mediante la Resolución Directoral N°001-INC, donde se dispuso que el perro peruano fuera incluido en los museos de sitio y zonas arqueológicas del Sistema Nacional de Museos y Zonas Arqueológicas de la costa peruana, que presentaran condiciones para asegurar la crianza, cuidado y desarrollo normal de este inteligente y hermoso compañero.
Perro con historia
Los historiadores señalan que el perro sin pelo hace su aparición entre el año 300 a. C. hasta 1460: así se ve en los ceramios que los representan y restos óseos huesos hallados en entierros rituales de tiempos precolombinos.
El perro sin pelo fue representado en la cerámica y la iconografía de distintas culturas como Vicús, Mochica, Chimú y Chancay.
En estos ceramios el perro sin pelo se convierte en un personaje central, suplantando a las representaciones del puma, la serpiente o el halcón, destacándose con mayor interés en la cultura Chancay.
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