(María Laura Hernández de Agüero)
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Redacción PERÚ21

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Por: María Laura Hernández de Agüero

Cuando se anunció que una cerámica de la cultura Chancay sería la mascota de los XVIII , a Walter Tosso se le ocurrió que era un buen momento para dar a conocer este ícono cultural y ponerlo en valor. “Ya que el personaje Milco se ha hecho conocido, entonces que sea conocido en su totalidad”, dice el arqueólogo. Tosso es el curador de la exposición Cuchumilco, que se inauguró el jueves último en el de Miraflores.

En el depósito del museo, donde se guardan ceramios, tejidos e instrumentos de uso cotidiano, gran parte pertenecientes a la , el arqueólogo nos mostró, días previos a la inauguración, las 50 piezas, en su mayoría nunca antes expuestas. Esta muestra será parte de la ruta cultural de los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Cuenta Walter Tosso que durante más de cuarenta años, el empresario Yoshitaro Amano se dedicó a reunir estas estatuillas de arcilla cuando muy pocos valoraban estas piezas. Entre los años 40 y 50, Amano viajaba los fines de semana a Huaral. Algunas piezas las fue recolectando él mismo tomando lo que los huaqueros desechaban en el campo; otras las compraba.

Conocidos como cuchimilcos, los personajes se caracterizan por la posición que tienen sus brazos. (Perú21/ Mario Zapata)
Conocidos como cuchimilcos, los personajes se caracterizan por la posición que tienen sus brazos. (Perú21/ Mario Zapata)

Dice usted que cuchimilco es un nombre creado por alguien a mediados del siglo pasado.
El nombre pudo haber nacido entre los años 40 y 50 cuando había un gran negocio en el valle de Huaral, cuando las antiguas familias de Lima veraneaban en el norte. Las familias de la alta sociedad partían a Ancón, que era el balneario de moda. Mucha gente iba al Hotel Boza, que era famoso por sus baños medicinales, y entre las actividades recreativas estaba la del huaqueo. Contrataban varios peones y se ponían a escarbar. Hay fotos de revistas antiguas de embajadores, políticos, empresarios en Huaral posando con sus cuchimilcos como trofeos.

¿Y qué hacían con esas piezas?
Algunas se dejaban tiradas, otras se llevaban a Lima porque comenzó a surgir una demanda por estas piezas que salían de contextos funerarios. Alguien le puso cuchimilco como nombre comercial y así surge todo un argot entre los huaqueros, que definía qué tipo de huaco Chancay buscaban. El interesado pedía, por ejemplo, “tráeme una china”, que eran las figuras con los brazos en posición de ofrenda y ojos jalados; o “pásame dos patones”, eran otros huacos grandes que tienen la cabeza como triangular y los pies largos; o “dame un huaco rey”, que son cántaros, más decorados, más imponentes. Eran referentes muy simples para reconocerlos más rápido. Así era el negocio. Ahí nace el nombre genérico de cuchimilco.

¿Cuál sería entonces el nombre utilizado por los arqueólogos?
En realidad llamamos a esto “figurines antropomorfas”. Llamamos figurines a todo el conjunto, excepto a las de tiempos tempranos. Después se cambió al nombre comercial. Los arqueólogos durante mucho tiempo nos hemos referido a cuchimilcos cuando hablamos de una cerámica específica que son esos personajes grandes con los brazos extendidos como en posición de saludo. Después del 900 d.C., estas figuras comienzan a exagerar la sexualidad. Este tipo de cerámica que tiene gran virilidad se encuentra mucho en Huacho. Después del 1,100 d.C., aparecen representados solamente en mujeres. Hay un carácter que sintetiza la fecundidad, la reproducción, la creación. Después ya vienen los Chancay clásicos que deben ser 1,300 d.C. Existe poca información al respecto para definir las épocas.

El curador cuenta que durante más de cuarenta años, el empresario Yoshitaro Amano se dedicó a reunir estas estatuillas de arcilla cuando muy pocos valoraban las piezas. (Perú21/ Mario Zapata)
El curador cuenta que durante más de cuarenta años, el empresario Yoshitaro Amano se dedicó a reunir estas estatuillas de arcilla cuando muy pocos valoraban las piezas. (Perú21/ Mario Zapata)

Usted dice que esta es una “muestra contestataria”.
Contestataria en el sentido de reivindicar a este personaje Chancay, ponerlo en valor. La elección de Milco como símbolo en estos juegos es un buen momento para dar a conocer este ícono cultural y transformarlo en un valor de identidad. Ya que se está haciendo este enorme gasto, que esta experiencia sirva para educar y dejar una herencia. Esta mascota encanta a los niños y hemos visto que es un excelente vinculador o comunicador que transmite valores propios de su cultura. Como arqueólogo trato de transmitir el verdadero significado de esta simpática mascota, ir más allá con el personaje, dar a conocer lo que representa históricamente. Este personaje es un ejemplo de todo lo que se puede trabajar con diferentes culturas de diversas localidades y así crear eso de lo que tanto hablamos: una identidad.

Datos: 
- La exposición va hasta el 26 de agosto en el Museo Textil Precolombino Amano (Retiro 160, Miraflores). Puede visitarla de lunes a domingo, desde las 10 a.m. Entradas a S/30, S/20 y S/10.