Tiene un formato muy ágil, muy ameno, nadie usa corbata. En segundo lugar, hay mucho humor. Es un festival de divulgación y si uno, por ejemplo, habla de ciencia, jamás lo va a hacer con terminología que nadie entiende. Los encuentros se convierten en charlas divertidísimas, hay un espacio para el público y luego el entrevistado sale a firmar sus libros. La atmósfera que se crea es muy acogedora y estimulante. El centro de la ciudad de Arequipa se convierte en un foro vivo. Uno se encuentra en la calle o en cafés con los premios Nobel, escritores, científicos. Y ellos gozan de la arquitectura, de la gastronomía. Las famosas picanterías se convierten en espacios de encuentro.