Retrato de Montesinos Pastor. El único reconocimiento que tuvo en vida fue una medalla de cobre en un concurso. 
(Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón).
Retrato de Montesinos Pastor. El único reconocimiento que tuvo en vida fue una medalla de cobre en un concurso. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón).

Alrededor de las 6:30 a.m., una de sus hijas veía a Guillermo Montesinos Pastor (1877-1925) bajar a casa tras haber estado esperando el amanecer. Desde el mirador instalado en una de sus residencias, el fotógrafo contemplaba cómo la luz ejercía sus transformaciones en aquella ciudad íntima. Hacía unas tomas. Luego entraba a casa a desayunar.

El Misti capturado por el lente de Montesinos Pastor. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)
El Misti capturado por el lente de Montesinos Pastor. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)

El particular hábito revela una obsesión por retratar la naturaleza. Su intención era hacer estudios de luz en los momentos más críticos del día. El resultado son fotos de crepúsculos, celajes, arboledas. Una obra que ha sido rescatada del olvido en un libro editado por Jorge Villacorta (ATA) y Andrés Garay (Udep).

Nubes que muestran su interés por los efectos de luz. 
(Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)
Nubes que muestran su interés por los efectos de luz. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)

En lo aparentemente anodino está la magia. Los investigadores lo consideran el primer creador peruano de una visión netamente expresiva de la fotografía. Ello debido a una interioridad que se vuelca en el paisaje.

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Panel con fotos que tenía en una de sus casas. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)
Panel con fotos que tenía en una de sus casas. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)

Se trata de un personaje novedoso. Practicó la fotografía de forma privada. Tuvo contacto muy puntual con los círculos culturales. Casi una isla. Y era un fotógrafo amateur. No le interesó comercializar su arte. Solo quería ser libre, fuera de los cánones de la fotografía artística profesional. Una revolución íntima.

Paisaje. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)
Paisaje. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón)

El camino hacia el libro ha sido largo. En 2012, Villacorta y Garay, que investigaban la fotografía arequipeña de inicios del s. XX, conocieron a los nietos del artista y lo que encontraron sería una obra a partir de la cual los estudios sobre la fotografía nacional tendrán que reacomodarse.

Paisaje del contorno de Arequipa. El artista mismo hacía los revelados y aplicaba distintos tonos. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón).
Paisaje del contorno de Arequipa. El artista mismo hacía los revelados y aplicaba distintos tonos. (Crédito: Archivo fotográfico Montesinos Belón).

Montesinos es parte de una época dorada (1890-1930) de este arte en una ciudad que era un crisol. Es así que Martín Chambi, en su etapa de mayor reconocimiento, declaró: “Mi arte es arequipeño porque ahí aprendí a retratar y a tomar paisajes”. Ello porque de adolescente se formó en la ciudad de los grandes Max T. Vargas, Emilio Díaz y los hermanos Vargas.

Portada de Guillermo Montesinos Pastor. Fotografía (1916-1924) (KWY, 2020). Bastaron ocho años para desarrollar una obra relevante.
Portada de Guillermo Montesinos Pastor. Fotografía (1916-1924) (KWY, 2020). Bastaron ocho años para desarrollar una obra relevante.

A la hora del crepúsculo, Montesinos acudía de nuevo a retratar el acontecimiento, con su mirada auténtica, en el mirador, donde permanecía hasta que las sombras eran totales.

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