Gisela Ponce de León protagoniza 'Hedda'. (GEC)
Gisela Ponce de León protagoniza 'Hedda'. (GEC)

Su recuerdo más añejo retrata a una niña cantando y bailando. Se paraba frente al televisor. Seguro tratando de imitar a la cantante mexicana Yuri. Luego le tocó agitar los pompones en una presentación infantil. No tiene muy fresca la imagen, pero estima que a los 7 años fue su primer trabajo y 10 soles la retribución por este. Aprender ballet, ir a castings y concursos fueron los pasos siguientes. Pasos que los dio junto con su madre.

Solo cuatro horas reserva para el sueño nocturno, regularmente entre las 2:30 de la madrugada y las 6:30 de la mañana. Enseña, conduce un programa de TV, alista nuevas obras y, de jueves a lunes, a las 8 p.m., se para en el escenario del Teatro Británico para ser Hedda, una mujer soberbia, arisca, cínica, egoísta y vulnerable. Obra de teatro del escritor noruego Henrik Ibsen y dirigida por Vanessa Vizcarra, puesta en escena que se da en la sede de Bellavista 531, Miraflores.

Se quedó sola en el escenario del Teatro Marsano. Ya había acabado la función. Estaba triste porque llegaba a su fin la temporada de Annie, que Osvaldo Cattone acostumbraba poner en escena. Con 10 años había interpretado a Pepper. Mientras miraba las butacas y palpaba la magnitud del mítico recinto, sentía que quería volver a pararse en ese lugar.

¿Cuánto te pareces a Hedda?

Nada.

¿Nada?

Es encantadora, magnética, divertida. Pero todo está encauzado hacia manipular, herir. Sus impulsos son negativos. Se me hace difícil hacer daño decididamente.

Pero todos tenemos nuestro lado de maldad.

Sí, pero si he hecho daño, ha sido inconscientemente.

Reformulo la pregunta. ¿Cómo es la Gisela mala?

Bueno, a veces puedo ser un poco egoísta. Pero generalmente... Es que yo creo que soy una persona bien buena (ríe).

¿Eres tan buena que llegas al límite de la inocencia?

No, ya he aprendido bastante sobre el autocuidado, reconocer mi valor, tener autoestima. No te puedo dar una versión mala de mí porque digamos que soy un ser humano normal que intenta ser bien bueno.

¿Qué te saca de tus casillas?

No me gusta esperar y no me gusta que me mientan. Pero no reacciono agresivamente; más bien, me duele.

¿Qué de ti saca de las casillas a las personas que te rodean?

Mi poca paciencia. No pierdo los papeles, pero sí soy muy insistente. Hago todas las preguntas posibles hasta saber de qué me estás hablando para entenderte y eso puede ser un poco agotador.

Hedda está casada sin amar a su esposo. ¿Se puede vivir así?

Sí, hay un montón de gente así, pero llevas una vida horrible. Hedda no lo ama, pero lo necesita porque ella no sabe cómo cuidarse a sí misma. En su historia acaba de morir su padre, quien ha sido la única persona que la ha criado; entonces, se queda sin nada. Y viene este hombre con buenas intenciones que ofrece darle amor, cuidado y matrimonio. Todo. Ella un poco por conveniencia y soledad acepta.

¿Es necesario siempre estar enamorado?

La meta a la que debemos llegar todos es sentirnos completos solos, para luego aprender a amar sanamente. Si no estás contento contigo mismo en tus ratos de soledad, probablemente te enredes en alguna relación tóxica o dependiente.

¿Uno de los grandes dramas del ser humano es no poder estar solo?

Tenemos un montón de miedo. Buscamos parejas compulsivamente o buscamos enamorarnos cada fin de semana, cuando eso debería ser un regalo, un aditivo a tu felicidad personal.

Pero aún se vende la idea de que si no te casaste y/o no tuviste hijos, no estás realizado.

Por suerte estoy rodeada de gente que no me dice que tengo tantos años y debo casarme o tener hijos. Pero sí he pensado que quizá debería congelar mis óvulos.

¿La mujer debe ser mamá?

No. Yo no sé si seré mamá. Da mucho miedo traer a una persona al mundo, que está horrible.

¿Qué está horrible?

Latinoamérica vive injusticias políticas hace mucho tiempo. Está lo de Chile y Ecuador. Me duele un montón. Es un mundo violento, injusto, capitalista, con poco lugar para la simpleza para ser feliz.

Además de actuar, desde hace unas temporadas eres parte de la conducción de Jammin, programa de TV con música en vivo. Ahí luces espontánea, como si solo estuvieras parada en el mundo, sin impostar nada. Y pienso en esa simpleza para ser feliz de la que me hablas.

Yo no sé animar ni entrevistar. Yo ahí me invento. Me preparo, me pongo muy nerviosa y luego es un albur. No me siento ni carismática ni fresca. Es algo que escapa a mi rubro. Mi lado cómodo es que me den mi texto, lo aprenda, me den mi vestuario y ya. No me siento espontánea. Más bien, pienso cincuenta veces las cosas antes de hacerlas.

¿Te preocupa la idea de ser alguien en la vida?

No. Me gustaría actuar hasta viejita. Tengo un montón de suerte, siempre tengo trabajo. Pero con un solo trabajo los actores no podemos sostenernos.

Algunos de los prejuicios son que a los actores siempre les va bien, que tienen plata, que son famosos y felices.

Trabajamos un montón. Terminamos tarde, dormimos poco.

¿Cuál es la recompensa?

Es lo que dure tu obra de teatro, donde eres un poco el director de orquesta de los sentimientos del público. Los llevas a sentir cosas con tus emociones.

¿Cómo quién te falta ser?

Como actriz me encantaría tener el talento de Meryl Streep y tener una carrera como la suya, donde no deja de trabajar, no deja de hacer buenos trabajos, no está preocupada por la fama y se permite envejecer naturalmente.

AUTOFICHA:

-“Soy Gisela Ponce de León Franco. Tengo 34 años, nací el 12 de abril de 1985, en Lima. Estudié en el colegio De Jesús y luego me metí a la Católica, al TUC. He hecho muchas obras de teatro y novelas, están en Wikipedia (risas), alguien lo puso por mí”.

-“De obras que hice recuerdo con especial cariño varias, como Sobre lobos, Escuela de payasos, Nuestro pueblo, La tiendita del horror, Cabaret. No sé, un montón. Ensayo otra obra para 2020: la reposición de Mi nombre es Rachel Corrie. Y estoy en lecturas para otra obra”.

-“Soltera codiciada está en Netflix y le va bien. Y quizás se viene la segunda temporada de Un día eres joven. Actualmente, también hago el Jammin y dicto talleres los sábados, para adolescentes, pero ya se acaban. Me gusta cantar, pero no me gustaría hacer grandes lanzamientos ni grandes conciertos”.