Giovanna Pillaca es arquitecta, docente y artista digital. (FOTOS: JOEL ALONZO/GEC).
Giovanna Pillaca es arquitecta, docente y artista digital. (FOTOS: JOEL ALONZO/GEC).

Construía juguetes. Muñecas con botellas. Dibujaba. Usaba colores, trazaba figuras abstractas. Todo lo mantenía en reserva, escondía o desaparecía sus obras de . Lo que no pudo ocultar fue el mural que tuvo que pintar a los 5 años de edad. El encargo era retratar la identidad de su colegio. La primera vez que proyectaba una realidad para que las personas puedan entenderla.

De madre enfermera y obstetra y padre policía asediado por el terrorismo, ambos naturales de Ayacucho, Giovanna Pillaca pensó que sería médica. Pero se inclinó por el arte y por la sensibilidad de construir más allá del acto mismo. Es arquitecta y docente, con un pie en la tecnología y el otro en el arte. Es cocreadora de la edificación futurista , que ganó el financiamiento de la Fundación Telefónica Movistar-Cultura Digital y que es de acceso gratuito. Proyecto que tuvo su génesis en medio de la . Sus trabajos han llegado hasta la Universidad de Tongji-Shanghái.

“Siento que a través del medio virtual me puedo expresar más libremente”, me dice en una videollamada la profesora de Orgánica. La curiosidad, valorar la identidad y repensar el futuro con base en la memoria son los cimientos de Giovanna Pillaca.

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-¿Qué significa El Poder de la Data, una torre digital en 3D con datos de redes sociales: 35 mil imágenes, 100 mil comentarios, más de un millón de likes?

En la actualidad, para construir un proyecto de arquitectura necesariamente se tiene que hacer una visualización tridimensional en una computadora y hacer una serie de pasos para que los especialistas puedan tener un mapeo claro de cómo funcionará el edificio. Pero también sirve para poder comunicar al cliente el resultado final del diseño. En este caso, el proyecto es ‘recorrible’ en realidad virtual, a través de . Se descargan una pequeña app, se crean un usuario y accederán a esta torre. Claro, si medimos la torre y queremos construirla en la realidad, sería una torre de más de 200 metros de altura, que son como 100 pisos. Iniciamos el proyecto preguntándonos qué estaba sucediendo con toda la data que estábamos generando por Internet, quién tenía realmente el poder de toda esta data y dónde se estaba almacenando. Llegamos a la conclusión de que la data está influenciando mucho en lo cotidiano y, por ejemplo, mediante algoritmos de inteligencia artificial nos empiezan a llegar anuncios publicitarios. La data se vuelve comercial. Esa data se almacena en un lugar, son como containers que guardan servidores.

-Servidores que, entiendo, están, incluso, debajo del mar, ¿no?

Exactamente. Se necesitan lugares fríos por el procesamiento de la información. Eso puede significar que en algún momento ya no haya espacio suficiente y lo otro es: ¿debajo de qué mar o de qué tierra, de qué zona del mundo se está guardando esta información? Cada zona tiene un dueño y ese dueño puede hacer lo que quiera con su terreno. Como parte de la investigación, encontramos que en la Antártida hay una zona que no está reclamada por ningún país en el mundo. Entonces, como parte de la propuesta de nuestro proyecto era considerar democratizar la información, de repente era necesario almacenarla en una zona que no tenga un dueño y que principalmente se convierta en un edificio autónomo, autosostenible.

-Con respecto a la data que se vuelve comercial, cada vez es más evidente: uno está hablando por WhatsApp y, de pronto, sale ese contenido de la conversación en Facebook.

No somos conscientes de que la libertad de expresión en las redes sociales está dando contenido e información de lo que sucede en la actualidad a otras entidades de poder más interesadas en influenciar ciertas áreas. Entonces, la data no es visible y quisimos volverla material con el proyecto; como tenemos una base de arquitectura, quisimos más bien traducir esa información y empezamos a diseñar espacios, usar la data extraída de Instagram para convertirla en espacios ‘recorribles’ y visitables, para comunicar que la data es invisible pero sí se puede materializar y que la materialización tiene influencia y poder.

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-Entonces, ¿acaso este proyecto es una forma de decirnos que no debemos estar tanto tiempo en las redes sociales o saber qué información compartir?

No es un proyecto para darle una respuesta al usuario. Es un medio para que el usuario pueda vivir una experiencia y que conozca que esta data tiene ciertos propósitos y pueda generar ciertas problemáticas, pero también que esta data se pueda usar de una manera creativa. En el proyecto hay tres zonas: pasado, presente y futuro. Y en el presente pueden ver esculturas generadas sobre la base de la data de ciertos perfiles.

-¿Pero está bien que ocurran así las cosas, que la humanidad ingrese de lleno a esa forma de relacionarnos?

Nosotros, aparte de ser personas de carne y hueso, también somos personas virtuales; no es ciencia ficción, es una realidad. Tenemos perfiles en diferentes redes sociales, usuarios en diferentes plataformas. Ya somos seres virtuales.

-Y muchas veces el ser virtual es diferente a su ser físico.

En el proyecto lo sintetizamos en cinco dimensiones: social, emocional, espiritual, físico y mental. La base para entender a las personas en la virtualidad.

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-¿Cómo seremos en el futuro?

El futuro no es muy lejano. Será muy tecnológico y la tecnología quizás sea el medio que nos permita sobrevivir a la realidad. Por ejemplo, no somos conscientes de que el ecosistema donde nos estamos ubicando está rodeado de otro tipo de biología.

-¿Vivir mucho en las redes sociales también contamina ese espacio?

Es inevitable usarlas. Hay exceso de información muchas veces. Pero el respeto y la empatía no se deben perder. Seamos conscientes de que no somos las únicas personas que estamos en el medio virtual, y no somos los únicos que estamos en el mundo real. Somos sociedad, somos una red.

AUTOFICHA:

- “Soy Giovanna Elizabeth Pillaca Morote. Nací en Lima, tengo 29 años. Mi familia es de Ayacucho. Estudié en una escuela que tenía como base aprender de lo técnico y vincularte al medio. Había pequeñas granjas, zonas de panadería y vegetación. Nos permitían involucrarnos”.

- “Egresé de Arquitectura en la Universidad Ricardo Palma, donde empecé a enseñar. Posteriormente, ingresé a la UCAL a enseñar en las áreas de Diseño, Estructuras, Matemáticas pero aprendidas desde la experimentación de geometrías tridimensionales”.

- “Ahora soy asistente de cátedra de los talleres de Diseño, Arquitectura y Arquitectura de Interiores. Eventualmente, genero proyectos más de remodelaciones interiores y remodelaciones como proyecciones de fachadas. También he llevado cursos de impresión 3D y modelado computacional”.

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