Gina Olaya, líder Cherokee: Un pie debe estar en el pasado y otro en el futuro”

“El rol de la mujer era más importante que el rol del hombre. Con la influencia europea, en el siglo XVIII, empiezan a cambiar esos roles: les quitó ese liderazgo a las mujeres Cherokee”, dice la hija de Wilma Mankiller, primera mujer electa gobernadora de la nación Cherokee.

Su padre es el ecuatoriano Héctor Hugo Olaya. Su madre fue Wilma Mankiller, primera mujer electa gobernadora de la nación Cherokee. Ambos se casaron en San Francisco, California, ciudad donde nacieron sus dos hijas. Crecieron como parte de la cultura latina, visitaron tres veces Ecuador y en la década del 70, finalmente, las hijas y la madre dejaron California y partieron a Oklahoma. De la línea paterna, Gina, la menor, solo se llevó el apellido; su formación tuvo como espejo a su madre.

Gina Olaya volvió a Latinoamérica. Esta vez para presentar el documental Mankiller, que celebra la vida y obra de su madre, quien fue ejemplo de empoderamiento femenino. La proyección será mañana, a las 6 p.m., en el C.C. Inca Garcilaso, en Jr. Ucayali 391, Centro de Lima.

Viste un chaleco azul oscuro con líneas y puntos blancos que se asemejan a la iconografía Cherokee, donde los puntos simbolizan a los pueblos. También lleva un collar hecho con mostacilla, similar al estilo de la joyería de los nativos americanos. Y trae una mirada prudente, la sonrisa serena y la voz firme, muy parecidas a las de su madre.

-¿Hay puntos de encuentro entre la cultura ecuatoriana y la nación Cherokee?

Nos encanta comer (ríe). En ambas naciones hay diversas comunidades empobrecidas.

-¿Las comunidades Cherokee sufren de discriminación?

No. Se ha progresado mucho, pero todavía hay algunas personas que viven en pobreza y que dependen del subsidio del gobierno. De repente representan el 30%, pero que no es comparable con el 60% que vivía en pobreza cuando mi mamá asumía la jefatura de los Cherokee.

-¿Cómo era su madre?

Cuando yo tenía 11 años, dejamos San Francisco para irnos a Oklahoma y ella pasó a ser madre soltera con dos hijas. Y se volvió una lideresa acompañada de sus dos hijas. Éramos muy pobres, tenía que salir adelante, no había opción. Ella empezó el proyecto de darle agua a la comunidad, que se menciona en la película Mankiller. En ese proyecto mi madre se dio cuenta de que la gente la podía apoyar y seguir.

-¿El nivel de pobreza del que hablamos llegaba a no tener agua potable o peor que eso?

No había agua potable y vivían cinco familias en una casa con cuatro espacios.

-¿Cómo cambió esa realidad?

Mi mamá consiguió trabajo con la nación Cherokee, y consistía en hacer este proyecto de agua potable. Tuvo que convencer a la comunidad de que donara su tiempo para construir agua potable en 18 millas y que el gobierno ponga los suministros. Así salimos de la pobreza.

-Entonces, repito la pregunta: ¿cómo era su madre?

Muy inteligente, determinante, sabía cómo conseguir las cosas. Un jueves podía estar hablando con el presidente de Estados Unidos y el domingo estaba sirviendo comida en la comunidad.

-¿Cómo recibió la comunidad el liderazgo de su madre?

Mi madre sacrificó el tiempo con la familia. Era una lideresa al 100%. Entendíamos eso, pese a que se perdía cumpleaños, navidades, fechas importantes.

-¿Tuvo que enfrentarse a las miradas de desconfianza de los hombres?

La gente tenía escepticismo de que sea una líder. Te cuento un caso: las naciones nativoamericanas tienen un consejo y cada líder tiene un sitio. Son cinco. El primer día que fue representando a los Cherokee no había una silla para ella. Buscó una y se sentó. No la saludaron. Cuando quería participar, no le hacían caso; levantaba la mano y la ignoraban. Dos años después, fue la presidenta del grupo, porque trabajó fuerte. Logró más cambios en su nación que los demás líderes.

-¿Las comunidades nativas están en riesgo?

No, porque hay una fuerte consciencia. Se dice que si pierdes tu lengua, pierdes tu identidad. Hay un gran esfuerzo por mantener la cultura para no perder identidad.

-¿Por qué es importante hablar de empoderamiento?

Es parte de tu alma empoderar a otros. Los líderes tienen la responsabilidad de empoderar.

-¿El espíritu Cherokee tiene instalado el concepto de empoderamiento?

Sí. Desde los tiempos ancestrales el rol de la mujer era más importante que el rol del hombre. Nuestra herencia se pasa a través de la mujer. Había un consejo de mujeres, ellas tenían liderazgo. Con la influencia europea, en el siglo XVIII, empiezan a cambiar esos roles. La influencia europea les quitó ese liderazgo a las mujeres Cherokee. Desde que mi mamá rompió esa barrera, ha habido mujeres en posiciones de liderazgo. Mi mamá fue un hito.

-¿Y la herencia del padre?

Hace dos o tres años lo vi luego de 40 años. Yo tenía 10 años cuando dejé de verlo. Crecí cherokee, no me ven como latina.

-¿Qué pasó en ese reencuentro con su padre?

No hubo ninguna conexión.

-¿Hay rencor?

No, porque no hay relación.

-¿Qué debemos aprender de la nación Cherokee?

Que todavía están vivos y luchando. Que estamos orgullosos de nuestra cultura, que la mantenemos viva. Hacemos gran esfuerzo por crear trabajo dentro de nuestras comunidades.

-¿Las comunidades originarias deben integrarse al mundo o deben construir en su entorno un propio espacio?

Es un balance delicado, como hacer malabares. Es importante mantener tu cultura, pero se tiene que salir para ir al colegio. Mi mamá decía: tienes que mantener un pie en el pasado y un pie en el futuro para progresar.

-¿Qué le enseñó ella?

Que no importa cuánto avances en la vida, eres exactamente la misma persona. Y que tienes la responsabilidad de preservar e inculcar tu cultura.

AUTOFICHA

- “Nací en el año 66, en San Francisco y ahora vivo en Oklahoma. Estudié Comunicaciones en Northeastern State University. Soy la directora de arte de la nación Cherokee. Cada vez que se hace un edificio institucional, se debe sentir la cultura Cherokee”.

- “Trabajo con los arquitectos para que todos los colores e iconografía sean los adecuados, luego trabajo con artistas para comprar arte y contar su historia dentro del edificio. También hago joyería con mostacilla. De hecho, los regalos de Navidad los hago con mostacilla”.

- “Y actualmente me encuentro trabajando en un libro de ficción para el público infantil. Trata sobre la relación que tuve con una ardilla blanca cuando viví en Boston por unos seis meses. El libro se llamará Ardilla blanca pero escrito en cherokee. Se tratará del primer libro que publique”.

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