Francisco Cuéllar lidera Tumi Robotics.
Francisco Cuéllar lidera Tumi Robotics.

Artefacto que caía en sus manos, lo abría, lo desarmaba y lo dejaba así. Radios, tostadoras, electrodomésticos, juguetes. En su memoria aún guarda la imagen de niñez, a los 4 años de edad, concentrado frente al televisor viendo el Mazinger Z. “¿Si quiero hacer robots qué tengo que hacer?”, le preguntaba a su padre, un ingeniero civil que le contaba lo que él hizo. También recuerda la influencia del primo hermano ingeniero electrónico. Escenas que se insertaron como chips para el futuro.

“¿Dónde está el aparato que voy a desarmar y construir?”, se preguntó en la universidad. Al parecer, no halló todas las respuestas que buscaba y quizás por eso partió a Londres para hacer una maestría en Mecatrónica. Ahora lidera Tumi Robotics, empresa que desarrolla proyectos de investigación aplicada con construidos en nuestro país.

Francisco Cuéllar adelanta que cuando se retire pondrá una tienda de reparación de electrodomésticos. Se lo dice a su familia medio en broma, medio en serio. Tal vez, para lograr lo que no pudo hacer de niño.

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-Algunos se preguntarán: ¿hay robótica en el Perú?

Sí la hay desde hace muchos años y creo que no se ha difundido mucho. Ha habido en el ámbito académico. Ha habido empresas que dan algunos servicios. Pero sí diría que no hay muchos especialistas para desarrollar tecnología.

-¿Estamos en pañales?

Eh, sí, no por la falta de conocimiento sino por la falta de recurso humano, de un ecosistema. Hay gente que está haciendo cosas bien avanzadas. Todavía no hay una masa crítica de empresas que pueda brindar servicios. En Japón, por ejemplo, hay exhibiciones donde van 200 proveedores de servicios que se dedican a la robótica. Pero está creciendo la cantidad de empresas que dan este servicio en el país.

-¿Cuánto puede aportar la robótica al Perú?

Creo que tendría un gran impacto, primero, en empresas manufactureras. Incluso, hay varias empresas que ya tienen sus robots instalados y han mejorado sus procesos productivos.

-¿Qué hace un robot en ese rubro, por ejemplo?

He trabajado en robots para soldadura automatizada porque esta empresa quería competir con la calidad de productos chinos. En Perú veo mucho la necesidad de mover cargas grandes. Pero también se pueden usar robots para aplicaciones que requieran mayor inteligencia como control de calidad, reconocimiento de objetos. He visto plantas donde para hacer ciertas operaciones juntan a tres, cuatro operarios, cuando lo podría hacer un robot. La idea no es que las máquinas dejen sin trabajo a las personas, sino que estas personas se dediquen a supervisar a estas máquinas.

-Pero estamos camino a que el robot adquiera, cada vez, mayor protagonismo. Vemos robots meseros, enfermeros.

En los últimos años, por la reducción de costos, se ha abierto un rubro que es robot de servicio. Hay robots que desinfectan áreas contaminadas. Y ahora en esta época, que no puedes tener muchas personas en un solo lugar, creo que se ha abierto una puerta grande de oportunidades. Esta tecnología ya estaba lista hace muchos años, sino que no había la oportunidad comercial para que escale. Otro rubro es el de entretenimiento y educación. Yo diría que viene un futuro cercano donde el robot enseñará a los niños, dictará clases. Conozco una startup en China que desarrolla robots para que enseñe inglés, por ejemplo.

-¿Qué hacer frente a ello?

Justamente, el ser humano se tiene que dedicar a hacer lo que él hace mejor: pensar y ser creativo. Dejar de hacer tareas repetitivas o que sean peligrosas. Quizás hacer actividades más culturales y creativas. Y simplemente supervisar a los robots que hacen el trabajo pesado. He tenido la oportunidad de ir a China a ferias y allá están invirtiendo muchísimo para que ese país sea potencia mundial en inteligencia artificial y robótica.

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-¿Es real que esta pandemia está acelerando los cambios tecnológicos?

Sí. Hay muchísimas inversión en robótica y salud. Ya venía con fuerza, por ejemplo, el tema de cirugía con robots, pero con esta pandemia han salido robots para todo tipo de servicios en el rubro de salud. Llevar medicinas, desinfectar espacios, doctores conectados de manera remota. En Perú ya hay robots meseros. Lo que va a faltar es recurso humano que le dé mantenimiento a este equipo.

-¿La robótica es una de las carreras del futuro inmediato?

Sí. Y es algo a lo que debemos apuntar en las universidades. Formar más gente especializada en esto, desde científicos hasta técnicos. Cuando veo los talleres de autos, me imagino que en unos 10 años veré talleres de reparación de robots. Promover un tema a través de los dibujos animados es una táctica muy interesante que usó un científico de cohetes para promover el desarrollo espacial en EE.UU. Le ofrecía esas ideas a Walt Disney, que algún día el hombre llegará al espacio. Mi hijo ve dibujos animados y cada programa tiene un robot; entonces, para él la palabra robot es común.

-¿Que el robot piense y sea creativo es una posibilidad?

Está lejos todavía. Hay gente que trabaja en eso, en robots que crean obras de arte, programas de software que redactan artículos, pero lo veo algo lejano.

-¿Tendremos que integrar a los robots en nosotros?

A eso se le llama humanos aumentados. Y ahí aparecerán muchos temas éticos que discutir. Ese futuro todavía lo veo un poco lejano, porque hacer que tu cuerpo acepte algo de hardware es difícil.

-¿Si fueras un robot, qué poderes quisieras tener?

Un cerebro que se conecte a la nube para tener toda la información en tiempo real y sacar ideas más rápido.

-¿Qué te gustaría inventar?

Está alineado con lo que queremos hacer con Tumi Robotics, poner uno de nuestros robots en el espacio. Desarrollar un robot que pueda estar en la luna operando. Es el sueño que tenemos.

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AUTOFICHA:

- “Soy Francisco Fabián Cuéllar Córdova. Tengo 43 años y nací en Lima, Perú. Primero hice mi bachiller en Ingeniería Electrónica en la PUCP, mi maestría en Mecatrónica en el Reino Unido y luego hice una maestría en Gestión de la Innovación en la PUCP nuevamente”.

- “También tuve la oportunidad de hacer un pasantía en Japón. Ves cosas más avanzadas en países desarrollados, pero por algún motivo siempre tuve la necesidad y ganas de volver al Perú. Recién ahora se nos ha metido el bichito de abrir Tumi Robotics en EE.UU.”.

- “Con Tumi Robotics hemos dado servicio a empresas como Antamina. Hemos realizado monitoreo de infraestructuras, relaves, túneles en minería subterránea, monitoreo en zonas de difícil acceso para las personas. Ahí apuntamos para cumplir con nuestro sueño de llegar al espacio”.

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