La festividad en honor a San Antonio de Padua se llevó a cabo el último 17 y 18 de junio. (Foto: Javier Zapata / Perú21)
La festividad en honor a San Antonio de Padua se llevó a cabo el último 17 y 18 de junio. (Foto: Javier Zapata / Perú21)

El mes de junio es una fecha esperada por bolognesinos que viven en Lima. Bolognesi es un distrito ubicado en la provincia de Pallasca, región . Y es que se celebra una fiesta en honor a San Antonio de Padua, una tradición colmada de coloridos trajes típicos, rituales religiosos y por supuesto mucha diversión. Trasladada a Lima en los años 60 con las grandes migraciones, la efeméride se estableció con tres propósitos básicos: conservar el vínculo entre los migrantes bolognesinos, perpetuar las costumbres que les dejaron sus antepasados y mantener la fe en el patrón protector del pueblo.

Tras el fin de la pandemia, esta festividad volvió a realizarse en Lima el último 17 y 18 de junio y congregó a aproximadamente 1000 personas entre las dos fechas. Óscar Salazar Gamboa, abogado de profesión, fue el devoto que, con solo 32 años de edad, quedó encargado de la organización.

Óscar Salazar Gamboa, devoto 2023 de la festividad en honor a San Antonio de Padua. (Foto: Ronald Ambrocio)
Óscar Salazar Gamboa, devoto 2023 de la festividad en honor a San Antonio de Padua. (Foto: Ronald Ambrocio)


Asumir la mayordomía de la fiesta fue un reto para él. Y es que, según contó a Perú 21, comenzó a trabajar en la fiesta hace ocho meses y para ello tuvo que laborar como docente hasta en cinco universidades a la vez, además de continuar con sus tareas en un estudio de abogados. ¿La razón? Poder financiar esta fiesta patronal, hasta reunir un monto que, afirma, superó los 20 mil soles, muy aparte de las donaciones de familiares, amigos, paisanos y miembros de la Asociación Deportiva Cultural Bolognesi.

Óscar recuerda que desde que era un niño, su madre Elizabeth Gamboa le inculcó la devoción por San Antonio de Padua y le enseñó amar sus raíces y costumbres cada vez que lo llevaba a la celebración. Es por ello que decidió lanzarse este año como mayordomo, para rendirle homenaje a ese ser que le dio la vida y que lamentablemente murió víctima del Covid-19 en marzo del 2021.

“Mi mamá fallece en la segunda ola del Covid-19. Fue un golpe duro del que ningún hijo se puede sobreponer. Pero cuando me puse a ver videos de las fiestas pasadas, mi mamá siempre salía con una sonrisa... Qué mejor homenaje, entonces, que recordarla como ella quisiera”, señala.


TRADICIÓN, GASTRONOMÍA Y JUERGA:

Portando sus instrumentos de viento y de percusión, los tradicionales chirocos deleitan a los asistentes en la primera fecha con un variado repertorio de huaynos, al igual que las bandas ancashinas. Mientras tanto, las diferentes comitivas hacen su ingreso al local para dejar sus ofrendas, recibidos botella en mano por el mayordomo y su compañía. Acto seguido, dos bandos (uno de la compañía del mayordomo y otro de los que llegan a hacer donaciones) se mojan con cerveza en medio de la algarabía y las arengas de los asistentes.

El prioste Óscar Salazar Gamboa moja a los ofertantes con cerveza como muestra de agradecimiento. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)
El prioste Óscar Salazar Gamboa moja a los ofertantes con cerveza como muestra de agradecimiento. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)


Según nos cuenta Óscar Salazar, se pueden llegar a gastar hasta 30 cajas de cerveza para rociarlas entre el mayordomo y los fieles que llegan a dejar sus donaciones, como muestra de gratitud.

Otra comitiva se hace presente con un robusto toro, y luego de pasearlo por el perímetro del local, la res es sacrificada para preparar el tradicional ‘matahambre’, plato típico de Bolognesi. Para cerrar el día, la quema de las llamadas vacas locas y ruedas de manos muestran a los desatan un vibrante espectáculo de fuegos artificiales.

Paseo de la res de muerte que servirá para la preparación del Matahambre, plato típico de Bolognesi. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)
Paseo de la res de muerte que servirá para la preparación del Matahambre, plato típico de Bolognesi. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)


En la segunda fecha, las Pallas Rosas de Caliap Sihuas (bailarinas con trajes típicos) y las mojigangas dan un colorido espectáculo antes de continuar con los actos litúrgicos. Luego de los tradicionales paseos de pata, cabeza y carrera de frutas, los peregrinos bailan al compás del repertorio de la banda de músicos y por supuesto no podía faltar el carnaval de cerveza.

Las Pallas Rosas de Caliap Sihuas rinden homenaje a San Antonio de Padua, patrón de Bolognesi (Foto: Ronald Ambrocio)
Las Pallas Rosas de Caliap Sihuas rinden homenaje a San Antonio de Padua, patrón de Bolognesi (Foto: Ronald Ambrocio)


Conversamos con Teresa Cabrera Fabián, cocinera de 74 años de edad que en los últimos años se encarga de preparar este potaje típico, el ‘Matahambre’ a base de carne, cebolla y hierbabuena para más de 1000 personas. Ella recuerda que desde que esta fiesta empezó a realizarse en Lima hace más de 60 años, no sólo ha permitido el reencuentro de familias y paisanos de su pueblo, sino también mantiene viva las costumbres de sus antepasados.

Teresa Cabrera Fabian, cocinera encargada de la preparación del Matahambre, plato típico de Bolognesi. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)
Teresa Cabrera Fabian, cocinera encargada de la preparación del Matahambre, plato típico de Bolognesi. (Foto: Javier Zapata / Perú 21)

Doña Teresa cuenta que antiguamente los asistentes no se mojaban con cerveza sino lo hacían con agua, licor y chicha de jora. Lo de la cerveza no siempre fue visto con buenos ojos y es que, en aquellas épocas, hasta el sacerdote del pueblo censuraba a los peregrinos por derrochar esta bebida alcohólica.

Algunas personas se molestaban cuando los mojaban, pero el resto le decía: ‘¿entonces para qué vienes si esas son nuestras costumbres?’. En Bolognesi el sacerdote renegaba durante el sermón y cuestionaba por qué botábamos la cerveza, que mejor donáramos ese dinero a la iglesia, pero nosotros le decíamos que esa era nuestra tradición”, comentó.

LAS FIESTAS PATRONALES Y SU IMPACTO ECONÓMICO

El Sistema de Información de las Industrias Culturales y Artes (SIICA) afirman que antes de la pandemia (2019), las fiestas patronales fueron el servicio cultural más Recurrente entre los peruanos, con 47.9%, cifra que lo coloca por encima de otras actividades como el cine (41%) y el teatro (40.3%).

Conversamos con Santiago Alfaro Rotondo, sociólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien explica que este tipo de festividades en Lima se mantienen vigentes por su alcance multidimensional, es decir, que además del fervor religioso agrega otras expresiones culturales como danzas, gastronomía y música, lo que lo convierte en una red de apoyo económico.

Además, agrega, tienen un alto significado social debido a que el prioste adquiere un estatus en su círculo cercano, ya que puede llegar a gastar una generosa suma de dinero en la organización de la fiesta costumbrista.

Quien se encarga de la mayordomía puede invertir muchísimo dinero, y uno se pregunta ¿por qué gastan tanto?, porque eso le genera una retribución simbólica de reconocimiento de sus redes de amistades. Después esas personas les van a dar un soporte a lo largo de la vida, no es un gasto, es una inversión. Ese capital social se convierte en un capital económico”, explica el experto.

Santiago Alfaro añade que este tipo de actividades culturales continúa siendo un mecanismo de conexión social que ha permitido mantener el vínculo entre personas con un origen geográfico común desde hace décadas.

Es altamente significativo para las personas, es su manera de mantenerse unida con otros, es tener un sentido de referencia territorial. San Antonio no es solamente un santo, sino es el que representa al pueblo y la comunidad”, enfatizó.

(Foto: Ronald Ambrocio)
(Foto: Ronald Ambrocio)

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