Cada noche, el escenario principal del festival colombiano se cierra con fuegos artificiales. Fue así después de The Killers el primer día, de Gorillaz el segundo y de LCD Soundsystem en la despedida. En ese momento, el público se detenía a admirar, aplaudir, fotografiarse con las luces que sellaban el recuerdo del concierto. El picnic llegó a su fin este domingo con una de sus mejores ediciones, con un cartel que lo situó, durante un fin de semana, en el centro de la escena musical latinoamericana.

Fueron 74 bandas en un festival de amplio espectro, que acoge propuestas de rock, pop, hip hop, electrónica y nuevo foclor. Fueron tres escenarios en el extenso Parque Deportivo 222 de Bogotá, que recibió a unas 80,000 personas este viernes, sábado y domingo. En uno de esos estrados, a las 10:15 p.m. del sábado, retumbó la electrónica tropical de los nacionales Dengue Dengue Dengue. Durante una hora y media sonaron las raíces peruanas convertidas en ritmos y melodías sintéticas, para el baile de un público internacional.

En la primera jornada, los estelares fueron The Killers, que presentaron una antología de sus éxitos y canciones de su nuevo álbum. Con ello, no dieron descanso al público, que respondió con saltos y gritos a la intensa lluvia. Era la segunda presentación del grupo de Las Vegas en el festival, que deslumbraba con la energía, los coros evocadores y los tonos altos de Brandon Flowers. En “For Reasons Unknown”, invitaron a un joven del público, Andrés, a tocar la batería con ellos. Antes, en la misma tarima, Lana del Rey dejó notas cálidas con su particular voz.

Gorillaz.
Gorillaz.

El segundo día tuvo en el escenario mayor a Bomba Estéreo, quienes tocaron en la primera edición del Estéreo Picnic. En ese momento, eran poco conocidos y el evento tenía menores dimensiones. Ambos crecieron y, en esta novena edición, dieron pase al momento más esperado, Gorillaz, que se develó como una banda de primer orden. Algunas canciones eran anticipadas por videos de sus álter egos digitales, develando una trama que se conjugaba con la lluvia y el despliegue vocal y anímico de Damon Albarn y los invitados (algunos colombianos).

Gorillaz llegó por primera vez a Colombia a presentar el disco Humanz, tras siete años de silencio. La banda virtual -que adoptaba personajes animados y anunciaba un futuro apocalíptico- era real, y dominaba el estrado con un despliegue impecable. Incluso hubo ocasión de cantar “Feliz cumpleaños” a Albarn. Durante ese intenso viaje, los británicos exploraron melodías inolvidables como "On Melancholy Hill". Seguidamente, los saltos y el desenfreno llegaron con "Stylo", "19-2000" y "Clint Eastwood", el gran cierre.

El domingo tuvo lugar para dos de los mejores discos de 2017: el Sleep Well Beast de The National y American Dream de LCD Soundsystem, ambos reconocidos con un Grammy. En el escenario Budweiser se oyeron notas del primero a las 8:45 p.m. Los estadounidenses de The National dieron forma a una presentación aplastante. La voz lacónica de Matt Berninger se alzaba con las guitarras para gritar un mensaje desolador. La melancolía se podía recitar, aclamar. Un camino propio en el rock alternativo en el que los instrumentos se ensamblaban en ese viaje progresivo, con picos sonoros, momentos extáticos.

Estéreo Picnic.
Estéreo Picnic.

LCD Soundsystem, a continuación, actualizó su propuesta, el sonido bailable perfecto. La banda se había separado en 2011 y estaba ahí, con James Murphy cantando con vitalidad, tras un retorno notable, el American Dream. Un álbum que consolida su carrera, que reescribe magistralmente su historia. Aquel sueño de los neoyorquinos empañó las canciones que siguieron: era una danza provocativa, veloz en algunos momentos, densa en otros. Habían dado vuelta a su esencia (por eso sonó Kraftwerk antes de comenzar): la rabia de la orquesta, la explosión instrumental y la euforia del baile. En una hora y 40 minutos, consagraron algunas de sus clásicas pistas para el regreso más emocionante.

Mención especial merecen Technicolor Fabrics, Royal Blood, Cohetes, Kali Uchis, Ondatrópica y Buscabulla. También se resalta a los reconocidos Hardwell, Metronomy, Zoé, Mac Demarco y The Neighbourhood. Tráfico, lodo, lluvia y largas colas en las salidas no impidieron la peregrinación de la tribu de fanáticos que a lo largo de un fin de semana buscaron escuchar a bandas admirables, vigentes, en un festival que crece año tras año. Una legión de creyentes con el mismo horizonte: Un Mundo Distinto (concepto del festival), donde la música se hace fe. Solo al pisar el avión, el lunes, habíamos abandonado aquel mundo sonoro que habitamos por tres noches. El ritual había acabado. La fiesta continúa en el recuerdo.