“El proceso era mágico, un hechizo”. Luis Eduardo Arenas Reátegui aprendió de muy chico las artes del revelado fotográfico. “Te metías a un cuarto oscuro donde revelabas la película mediante un proceso que implicaba temperaturas, tiempos... Sin embargo, lo apasionante era ver cómo esa imagen se convertía en papel”, comenta sobre el oficio que aprendió de su madre, María del Pilar. Pronto llegó el fin del milenio y, con ello, todo el boom tecnológico. Lo impreso pasó a ser digital y los cambios eran no solo novedosos, sino necesarios. El centro de revelado pasó a ser un estudio de impresión de imágenes digitales. Luis Eduardo vio que cada cambio traía también una oportunidad. Emprendió así Flash Lab, negocio con el que lleva más de unas dos décadas.
“Recibimos a artistas. También hacemos trabajos para centros culturales que preparan muestras o exposiciones, también empresas que quieren decorar sus instalaciones con imágenes en alta calidad”, refiere Arenas mientras nos muestra los trabajos enmarcados y que han convertido su estudio en una especie de galería de arte. Desde retratos hasta imágenes generadas por inteligencia artificial, cada cuadro enmarca una historia.
¿La diferencia entre ver algo en una pantalla y observarlo, tocar el papel con las manos? Acá la palabra clave es contemplación, explica Arenas. “Lo impreso evoca algo más artístico, te lleva a la meditación, a crear sensaciones”, agrega. Y hasta suelta un tip: “Si vas a tener la suerte de imprimir, hay que escoger bien”.
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-Luis Eduardo Arenas está al mando de Flash Lab, ubicado en Av. Mariscal Ramón Castilla 391, Surco.
-El estudio-taller realiza impresión profesional para artistas, fotógrafos y usuarios en general que buscan resultados de alta calidad.
-Además de usar equipos de alta tecnología, manejan hasta una decena de papeles para la impresión profesional. También realizan servicios de enmarcado.
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