“Íntimamente es el primer disco que rompe aquí, pero es el cuarto en mi carrera. No sé qué ocurrió, que nueve de las diez canciones fueron número uno", declara el cantante mexicano (Rolly Reyna/Perú21).
“Íntimamente es el primer disco que rompe aquí, pero es el cuarto en mi carrera. No sé qué ocurrió, que nueve de las diez canciones fueron número uno", declara el cantante mexicano (Rolly Reyna/Perú21).

Apago la grabadora, pero seguimos conversando. Así es él. “Cuando el mundo se cae, es cuando descubres tu oficio y tu sensibilidad”, me dice Jesús Emmanuel Acha Martínez, o simplemente , el popular cantante mexicano, quien tras 40 años de carrera y casi 20 álbumes, está de vuelta por estas tierras.

La distancia entre Emmanuel y el Perú ha cumplido la mayoría de edad. No pisaba suelo limeño desde hacía 18 años. La relación empezó en la niñez, cuando se estableció en Chosica, donde estudió el colegio. Pero el Perú está con él hasta en las casualidades de la vida. El fotógrafo que le hizo el retrato para esta entrevista es el hijo del profesor Víctor Reyna, quien fue maestro particular de matemática del pequeño Jesús Emmanuel. “Claro, él me enseñaba la teoría de conjuntos”, recuerda con emoción el artista, que se presenta esta noche en la Pelousse del Jockey Club del Perú como parte de ‘The Hits Tour’.

No busca el aplauso sino el corazón. Porque el aplauso se va en una noche y el corazón dura toda una vida. Hablamos del éxito y del amor con el intérprete de “Todo se derrumbó dentro de mí”.

¿Cómo se hacen los hits?
(Risas). Si lo supiera, estaría lleno de hits.

Pero en 40 años de carrera has lanzado muchos.
Creo mucho en dos cosas: es una manifestación del arte que, de pronto, está en ti y pasa cuando bajan los duendes, como dicen los gitanos; es decir, viene la inspiración; y el otro factor es el oficio. Nace una idea que luego te arrastra y empiezas a escribir sin parar hasta que un punto te corta la inspiración. Y luego viene el oficio, que es darle forma a ese primer impulso. El oficio le da continuidad a lo que hiciste. Eso es un hit: inspiración, oficio y sentimiento. Pero eso no se compra en ninguna esquina, llega.

¿Qué te inspira?
La vida, el dolor, la tristeza, la alegría, la injusticia, la inocencia, la sonrisa de un niño, un ave, una puesta de sol. Todo.

Se dice que se compone y se interpreta mejor desde el dolor. Y antes de empezar esta entrevista comentaste que no has tenido una vida tan dolorosa.
No soy una persona que haya pasado por esos silencios horribles que pueden ser la droga o el alcoholismo. Esos sí son los infiernos. Y admiro a la gente que lo supera, que se puede volver a encontrar. Que he sentido dolor, por supuesto; que he tenido desamores, también. No hay ser humano que no haya pasado por el desierto. Pero en ese desierto a uno le puede picar un alacrán, una culebra y otros pasan sin que lo piquen. Yo fui ese, no me picaron (risas).

Volvamos a los hits. Tienes uno de los discos de música romántica hecha en español con más éxitos como lo es Íntimamente (1980). ¿Eras consciente de ese potencial?
Lo eres cuando te golpean bien fuerte en el espíritu. Hablemos de los pintores, los poetas y los cantantes. Los primeros pueden pintar una puesta de sol con 20, 40 y 70 años. Y tal vez la obra sea la misma aunque creo que con más intensidad y, a la vez, más simpleza. Pero con el escritor no es lo mismo. El poeta escribe el descubrimiento de la vida, el primer amor. Y luego habla de la madurez, de la muerte.

“Recuerdo que me enamoré de una chavita que vivía cerca de mi escuela en Chosica y que la conocí gracias a que me puse a cantarle en la ventana”, dice Emmanuel (Rolly Reyna/Perú21).
“Recuerdo que me enamoré de una chavita que vivía cerca de mi escuela en Chosica y que la conocí gracias a que me puse a cantarle en la ventana”, dice Emmanuel (Rolly Reyna/Perú21).

¿Por eso a veces los primeros discos son los mejores?
Es ese momento de inspiración joven, donde descubres tantas cosas, donde estás entregado al máximo, donde el dolor te duele como la fregada, porque te duele mucho el dolor. 'Íntimamente' es el primero que rompe aquí, pero es el cuarto disco en mi carrera. No sé qué ocurrió ahí que nueve de las diez canciones fueron número uno. Eso no vuelve a pasar. Y yo no sabía ni que estaba ocurriendo ni que no volvió a ocurrir.

Mejor ni saberlo.
Cuando escuchaba a mis artistas preferidos, no los relacionaba con el primer lugar de las radios sino por lo que ocurría en mi corazón. Y luego te das cuenta de que tener un primer lugar es un milagro, pero nueve es una locura.

En Íntimamente fuiste intérprete, pese a ser compositor. ¿Qué pasó?
El proceso fue una plática de cuatro a cinco horas con el compositor Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez (conocido como Manuel Alejandro), y en ese lapso fueron saliendo las canciones.

¿Qué le dijiste en esas horas?
Hablamos del amor, de la mujer, de los padres, de la muerte, de la alegría, de la tristeza. Hablamos. Y hablamos. Yo escribía, yo hacía mis canciones, entonces cuando me presentan a Manuel Alejandro para mí fue una ofensa. Yo tendría unos 25 años. Pero en esa plática maravillosa descubro a un tipo que estaba más allá de las esferas. Y él me descubre a mí, a mis sentimientos. Descubre quién soy. Y de lo que soy escribió.

Canciones como “Todo se derrumbó dentro de mí” parecen estar hechas a tu medida.
Y “Quiero dormir cansado”. Luego hicimos otro disco que trae “Detenedla ya”, “Pobre diablo”, “Hay que arrimar el alma”. Yo necesito canciones con fuerza, que pesen. Las canciones ligeras me cuestan mucho cantarlas. Imagino que por la cantidad de sentimiento que hay dentro de mí.

Tu padre torero y tu madre cantante de flamenco. Casi estabas predestinado para los escenarios.
Yo tenía clarísimo que tenía que cantar, y que creaba cosas. Mi hermano y mi hermana cantaban. Yo sí creo que hay un gen.

¿Cuando vivías en Chosica ya se expresaba ese ADN?
Iba a la escuela cantando. Recuerdo que me enamoré de una chavita que vivía cerca de mi escuela y que la conocí gracias a que me puse a cantarle en la ventana, a las 5 de la tarde. Le canté “La malagüeña”. La música es la mejor celestina, ¿no?

"(Me inspira) a vida, el dolor, la tristeza, la alegría, la injusticia, la inocencia, la sonrisa de un niño, un ave, una puesta de sol. Todo", dice el cantante (Rolly Reyna/Perú21).
"(Me inspira) a vida, el dolor, la tristeza, la alegría, la injusticia, la inocencia, la sonrisa de un niño, un ave, una puesta de sol. Todo", dice el cantante (Rolly Reyna/Perú21).

Tras 40 años de carrera, ¿qué hiciste bien y qué mal?
Lo más bonito es que he podido dar alegría a la gente, a través de las canciones, de cambiar sentimientos. Nuestra obligación en este mundo es crecer, pero para dar. El amor guardado en mi corazón no sirve para nada.

Autoficha: 
- “Acabo de publicar el disco Navidad, un disco fusión con clásicos de esta celebración, como “Jingle Bell Rock”, “Rodolfo el reno”, entre otras canciones. También soy un luchador por el respeto de la naturaleza y su conservación. Por eso en el año 1996, fundé la asociación civil Hombre Naturaleza”.

- “Sueño con seguir creciendo internamente. La parte espiritual crece continuamente o se deteriora. El ejercicio espiritual es para siempre. Cuanto más crezca tu interior, mejor ser humano serás. El espíritu es un músculo invisible y que es instransferible”.

- “Mi padre nació en Argentina de una gira que hizo mi abuelo bailarín. Ahí nacieron sus tres hijos. Mis abuelitos, que eran españoles, regresaron a España. Y mis papás se conocieron en ese país. Mi papá tenía 14 años. Ellos, al final, no son de ningún lugar. Es como sentirse abandonado del mundo”.