Emilia Drago, actriz y mamá de Luna. Perú21 entrevistó a la también bailarina de marinera. (Fotos: Renzo Salazar).
Emilia Drago, actriz y mamá de Luna. Perú21 entrevistó a la también bailarina de marinera. (Fotos: Renzo Salazar).

Ha sido la chica buena de la historia. “Pero también me ha tocado ser mala, ¡ah!”, aclara, aunque admite que en Asu Mare fue “la exageración de la bondad”.

Es cierto, no siempre interpretó a la bondad. En la teleserie Ven, baila, quinceañera grabó dos años siendo la mala. “Fue muy divertido”, añade. Y en ‘Un día eres joven’ tampoco es la más buena de la historia; serie peruana que acaba de ser estrenada –con comentarios positivos de por medio– a través de Movistar Play.

Es la última de cinco hermanos, hija del futbolista Roberto ‘Tintín’ Drago, esposa del actor Diego Lombardi y madre de Luna, que tiene un año y nueve meses. Aunque es ante todo Emilia Drago, destacada actriz y bailarina de marinera.

“¿Quién es?”, me señala y pregunta la hija de cabellos ensortijados y dorados. “Es un periodista”, responde la mamá, mientras la abraza. “Periodista”, repite Luna y nos regala una sonrisa. Y el periodista suelta la primera pregunta.

¿A tus 30 años cuántas veces ya tuviste que decir “cuando era joven”?

Me pasa cada vez más. En la actividad física, por ejemplo.

Porque 30 tampoco es tanto.

Sí, pero tampoco es 20 (risas). Ahora soy más responsable. Hago más cosas. A los 20 no cocinaba, no limpiaba. Bueno, la maternidad trae mil y un cosas también.

¿Ser madre te pone en otra edad?

Te pone en otra posición de responsabilidad. Cuando eres mamá, tu vida es en función a ese ser, lo cual me encanta.

¿Qué es lo más bonito de ser madre?

Es una motivación mayor: estar con ella, enseñarle. He descubierto un lado que no conocía del amor. El amor a un hijo es tan grande, que recién entiendo la idea de dar la vida por alguien.

¿Y dónde está lo complejo?

Tener paciencia todo el tiempo. (Luna hace una travesura y Emilia pide que la lleven a otra habitación). Es bien difícil criar, enseñarle a una persona desde cero. Y ahí empiezo a valorar el trabajo que han hecho mis papás.

¿Qué tal hija fuiste?

Creo que fui buena, obediente. No he sido rebelde, no le contestaba mal a mis papás, no ‘juergueaba’. Una adolescente casera.

¿Esa adolescente que se quedaba en casa ya imaginaba ser actriz?

Yo fantaseaba más con la idea de ser bailarina, y me encantaba el folclore peruano. Cuando ya estuve en cuarto de secundaria tuve mi primera experiencia en actuación, fue en una novela que se llamó Besos robados. Cuando estuve por salir del colegio, decidí estudiar Artes Escénicas, aunque me pasé a Comunicaciones.

¿Fue tu primer trabajo?

Ya había trabajado en shows infantiles, también había hecho algo de anfitrionaje.

Podrías haber encajado en un programa infantil.

Tuve mi época de animadora infantil, en el programa Zoombate. Tenía un perfil para animadora infantil, pero no me encantaba, entonces no insistí.

¿En qué has insistido?

Pucha, en ser actriz, en ser bailarina. Hay que estudiar, hacer miles de castings en los que te van a decir no. Hay que tocar puertas y ser constante.

Emilia Drago.
Emilia Drago.

Desde afuera se ven luces, fama y dinero. ¿Pero qué tiene de especial realmente la actuación?

Me gusta la capacidad de ponerte en otra piel. La capacidad de generar sentimientos en el otro, que la otra persona piense, se divierta, que se conmueva, que reflexione. Somos como un instrumento para el entretenimiento de los demás. Ser actriz me daba la posibilidad de cantar, bailar y actuar.

De alguna forma, has construido una imagen de la chica buena de la historia. ¿Cómo es la Emilia Drago mala de la vida real?

No tengo tanta maldad. Mi maldad tal vez es más perder la paciencia, regañar.

¿Nunca has hecho una maldad, Emilia?

No siento que haya hecho alguna maldad, pero a veces he mentido y me siento mal. Lo que pasa es que soy bien culposa. Incluso cuando algo me genera envidia, reflexiono y entiendo.

Entonces, sí eres la chica buena de la historia.

No sé, ah. No soy una santa ni la felicidad andante. No. También regaño, puteo, me molesto.

¿Qué te molesta?

La mentira. La gente mala, la gente que hace daño. Los abusadores, los que matan. Los que manejan en la calle y no les importa pasar la luz roja.

¿Cuando revelaste, hace unos años, que fuiste víctima de abuso sexual conociste la maldad de las personas?

Fue más lo positivo. Mucha gente se solidarizó, abrí muchas puertas para que otras personas también hablaran. Publiqué un libro (Cómo aprendí a quererme). Un papá me escribió para agradecerme porque a su hija le había pasado algo parecido. La gente cree que la vida es como en Instagram o en las redes sociales. Pero de pronto pones una foto con tu celulitis y la gente lo agradece, porque es algo que pasa, es normal.

¿Has dudado mucho de ti misma, de tus talentos?

¡Sí! A todos nos pasa. Cuando ocurre, trato de levantarme, de buscar una terapia que me ayude, de hacer nuevos proyectos, un libro, realizar actividad física.

¿Hoy qué quieres aprender a hacer?

Disfrutar más de la vida, de las situaciones. Pasa que de pronto tienes un trabajo lindo o te vas de viaje y por equis razones no logras disfrutar ese momento. Estoy tratando de disfrutar.

Bueno, hoy disfrutas ser mamá de Luna.

Así es (y justo vuelve Luna y nos dice “hola”). Y a veces quisiera disfrutarlo más. Te distraes por el celular, pero lo apago, porque tengo que estar con ella.

Emilia Drago.
Emilia Drago.

AUTOFICHA:

-“Soy Emilia Drago Espinosa. Nací en Lima, tengo 30 años. Estudié Comunicación Audiovisual en la PUCP. Llevé bastantes talleres de actuación aquí y en Argentina. He estudiado canto y baile. También me dedico a bailar marinera de forma un poco más profesional, aunque solo lo hago para disfrutar”.

-“La marinera tiene que ver con la actividad física: moverte, crear sobre el momento. Es una cosa distinta a la actuación, genera algo químico en tu cuerpo que es diferente. Te genera demasiada felicidad. Y en actuación, en Asu Mare es el papel donde más he resaltado”.

-“Estoy por empezar a escribir otro libro sobre la maternidad, pero del lado de la autoestima: cómo nos sentimos siendo mamás. Tratar de empoderar a la mamá primeriza. Te enfrentas a muchos cambios corporales y emocionales de los que nadie habla. Aún no tiene nombre. Saldría al próximo año”.