Conversamos con Elisabet Casanovas, actriz de la serie Merlí. (Perú21/Marcos Ramón)
Conversamos con Elisabet Casanovas, actriz de la serie Merlí. (Perú21/Marcos Ramón)

Su madre fue cantante de ópera y su padre es filósofo. “Mi padre es muy Merlí, pero mucho, ¡eh!”, advierte Elisabet Casanovas mientras sonríe. Pero no tuvo un profesor de filosofía como Merlí, aunque sí en Literatura; tal vez por ello afirma que esta materia e Historia del Arte le “abrieron la mente” en la adolescencia, como pasó con los personajes de la entrañable serie española, donde ella es Tania, y que está en Netflix.

Hace unos días estuvo en Lima para ser Kassandra, la princesa de Troya que recibe el don de ver el futuro, pero que ejerció la prostitución para sobrevivir y asegura ser una mujer en un cuerpo masculino. Monólogo que fue parte del Festival Internacional Temporada Alta, encuentro teatral que va hasta el 23 de febrero.

Cuando está nerviosa repasa todos los factores que intervienen en la función. Lucha contra sí misma. “Para de pasar texto que te vas a volver loca y no te está llevando a ningún lado”, se dice. Fuma un cigarro y luego piensa: “no fumes porque te hará daño a la voz”. Luego se toma un té, pero se arrepiente porque le sube la adrenalina. “Eso es estar nerviosa”, me dice a unas horas de su función en Lima.

¿Cómo te defines?

Soy una mujer CIS, significa que estoy conforme con el cuerpo que tengo, nací mujer y soy mujer; entonces, para ponerme en la piel de Kassandra me pregunté si yo era la persona ideal para contar eso. Su transexualidad forma parte de su pasado y en su presente ella se siente mujer, y cuenta la guerra de Troya. Es una mujer llena de dolor y busca sanar la humillación que ha recibido en su vida contándolo al público.

Me dices que tienes un grito interno. ¿Qué dice ese grito?

Es el grito contra el patriarcado y el abuso de poder en general.

¿Cómo te ha tocado sufrirlo?

A todas nos ha tocado sufrirlo, en una escala más o menos. No he sufrido nunca abuso sexual, pero sí que he sufrido la paternalidad de muchos. No se trata de que te toque o no, el mundo funciona así. Todos y todas tenemos que hacer una gran revisión de ello.

¿En dónde lo has notado especialmente?

Cuando se te sexualiza, a nivel social el placer de la mujer ha estado muy menospreciado: un chico que liga mucho es un crack y una chica que hace lo mismo es una puta.

Pienso en Kassandra, ¿qué te disgusta de ti misma?

Soy demasiado sufridora, todo lo vivo desde el drama.

¿En el amor también?

Claro, el amor es la gran fuente dramática del mundo mundial (ríe). Y creo que todos tenemos complejos con el cuerpo, pero en mi caso me disgusto cuando pongo foco en el cuerpo. En el momento que pasa, digo: “me estoy creyendo la mentira que me han querido vender para tener un determinado cuerpo”. Todos los cuerpos son maravillosos.

¿Y cuándo te gustas?

Cuando estoy tranquila con la gente que quiero y donde quiero estar. ¿Y qué te gusta de ti?

Entrevistar, pero no me gusta responder preguntas.

(Ríe). A mí también me pasa eso. Estoy más cómoda preguntando que respondiendo. Fíjate, ¡eh!

¿Eres hermética?

No, soy un ser social. A lo mejor la protección que me pongo es en las redes sociales, a veces las encuentro tan absurdas, pese a que conectan al mundo.

¿Contra qué más te rebelas?

Llevamos millones de años donde las historias son contadas por los hombres y, por lo tanto, se pierde mucha información. Además, las personas que tienen el altavoz para contar las historias son hombres, dominan los relatos. Hay que rebelarse contra eso.

Sin embargo, ¿dirías que ya se escucha más a la mujer?

Está cambiando, para que siga así hay que revisar mucho, pero es incómodo porque desde el privilegio es muy incómodo, pero se tiene que hacer.

¿El hombre no quiere que eso cambie?

Yo creo que no, estaba muy bien. El machismo sirve en bandeja el capitalismo, es un sistema de poder, va perfecto. Pero hay muchas ganas de cambiar eso.

Merlí triunfa porque, de alguna forma, se subleva contra un sistema educativo caduco.

Por supuesto, pero también porque la filosofía es el hilo central complementado con las tramas adolescentes.

¿Fuiste como Tania en tu adolescencia?

Bastante, aunque yo era más eufórica que Tania. Cuando me enamoraba, me enamoraba mucho. Bueno, al menos estamos vivos, sino qué aburrimiento esta vida.

¿Los profesores deben ser como Merlí o esa idealización es solo para la pantalla?

Deberían, es posible. Este sistema de notas que hace que memorices y lo vomites en el examen, y tengas una nota del 1 al 10, y ese número te llevará a alcanzar otro número, que te llevará un día a cobrar un sueldo con más números, es absurdo. Nos hablan del éxito y el éxito está tan poco preparado para la plenitud espiritual, que debe cambiar el sistema educativo.

¿Qué es el éxito?

Es estar tranquilo, donde quieres estar y con quieres estar.

¿Qué huella ha dejado Merlí?

La huella de rebelarte contra un sistema, un canal donde hacerse preguntas, replantearse el sistema educativo, cómo relacionas la filosofía con lo que le pasa a uno, fue darle una dimensión popular a la filosofía. Y hacerse preguntas es lo que el sistema capitalista no quiere, y eso sí que es inspirador y me quedo con eso de la serie.

¿Y Kassandra qué ha hecho en ti?

¡Ufff! (Se queda en silencio y mira al vacío). Ha sido el reto actoral más heavy que he tenido hasta el momento.

AUTOFICHA:

- “Soy Elisabet Casanovas i Torruella, nací en Sabadell, una ciudad que está cerca de Barcelona. Tengo 25 años. Luego del colegio estudié Teatro, desde los 11 años tuve claro que quería ser actriz, cuando hice una ópera infantil sobre los gritos judíos”.

- “He sido parte de seis obras de teatro. Cine todavía no hice. En series, hemos terminado una que se llama Drama, una comedia que está en la web de Televisión Española, es abierta a todo el mundo y es gratis. Son seis capítulos de 20 minutos.Está recién salida del horno”.

- “Me gustaría mover más Kassandra. Me gustaría llevarla a Madrid. Y ahora vuelvo a Barcelona para ensayar una obra de teatro con Sergi Belbel , el mismo director del unipersonal Kassandra; será en el teatro nacional. Y todavía no puedo decir qué más se viene este año”.