(Difusión)
(Difusión)

Varios directores de cine intentaron llevar a la pantalla grande la novela La naranja mecánica de Anthony Burgess, pero fracasaron. Hasta que, en 1971, Stanley Kubrick (1928-1999) presentó su versión y se convirtió en una película de culto que generó gran controversia.

La cinta, que está a puertas de cumplir 50 años desde su estreno, narra las fechorías de DeLarge, un psicópata que es detenido y condenado. Para tratar de curarse se somete al proceso Ludovico, en el cual los actos violentos se asocian con náuseas y malestar físico. Al salir, se enfrenta al mundo desde su nueva conducta.

Este y sus demás filmes son evidencias de que Kubrick fue un director que buscaba la perfección. Así, la composición en las escenas de películas como El resplandor y 2001: Odisea del espacio son ejemplos claros. Cada elemento en el encuadre parece estar milimétricamente pensado.

LA IMAGEN Y EL SER

Otra de las características del estilo Kubrick es la atención al lenguaje audiovisual. Él exigía que el cine sea capaz de narrar con imágenes y que no sean solamente un acompañamiento del relato literario. Hacía uso de tomas de seguimiento, la perspectiva y los acercamientos lentos para darle protagonismo a los actores. No solo nos dejaba verlos, sino contemplarlos.

La línea transversal en sus películas era la exploración del ser humano en sus distintas facetas. Desde la relación de una pareja a través de los años en Ojos bien cerrados, hasta las dinámicas de un grupo de marines en Cara de guerra.

Stanley Kubrick fue un director que no seguía las modas de su tiempo, más bien, supo hacer caso a su instinto, ese que lo convirtió en la figura icónica del cine.

Ilustración e infografía de Brian Tejeda.
Ilustración e infografía de Brian Tejeda.

Dato:

- Kubrick era un gran aficionado al ajedrez, juego que inspiró una de las escenas más famosas del filme 2001: Odisea del espacio.