Esta es una vista aérea hacia las primeras cuadras del Paseo de la República en los años 30. (Imagen que es parte del libro).
Esta es una vista aérea hacia las primeras cuadras del Paseo de la República en los años 30. (Imagen que es parte del libro).

Las calles del Centro de guardan mucha historia. Las primeras fueron concebidas hace más de 400 años, algunas todavía se mantienen y de otras ya ni rastro queda. El abogado Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena ha publicado el libro Lima. Las calles de la Ciudad de los Reyes (Fondo Editorial del Congreso del Perú), que trata sobre el origen de los nombres que tienen estas vías de la antigua ciudad y las historias alrededor de ellas.

Lohmann sostiene que Lima ha evolucionado mucho y ha perdido demasiado, pero que todavía conserva varios elementos de su historia. Solo basta detenerse a mirar y admirar el Centro para ver cómo algunas calles se resisten a la presión de la modernidad. El investigador señala que su curiosidad por estas calles empezó cuando era universitario, en 1970. Inició tomando apuntes, pero en el 2000 comenzó a sistematizar la información que encontró.

Él no tenía planeado publicar un libro, solo pensaba presentar un estudio para su círculo cercano, pero lo convencieron. En 2019, el historiador Fernando Flores lo propuso al Fondo Editorial del Congreso para que lo publicara. Tuvo un retraso por la pandemia, pero ya está disponible.

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Sin avenidas ni jirones

“En el inicio de la ciudad no hubo avenidas ni jirones. Los jirones son creación formal en 1862 y las avenidas surgieron poco después cuando se derribaron las murallas y se hizo la avenida Nicolás de Piérola. Lo que hubo en la fundación fueron unas pocas calles, diseñadas en cuadrados en los alrededores de la actual Plaza Mayor. Apenas unas dos o tres cuadras. Naturalmente, con el desarrollo de la ciudad las calles se fueron, digamos, alargando”, dice Juan Guillermo Lohmann.

El investigador cuenta que la ciudad era amurallada y que dentro hubo muchas zonas ajardinadas, huertos particulares, de los conventos y monasterios. El primer pasaje fue el callejón de Petateros, hoy pasaje Olaya. El trazado de las primeras calles fue sobre los senderos existentes, respetando las acequias de riego, como la del canal de Huatica.

“Los nombres iniciales de las calles surgieron por designación informal. No hubo acto oficial de bautizo o de asignación. La calle Mantas fue llamada así porque había tiendas donde las vendían, la de Polvos Azules porque vendían polvos para teñir cueros, la de Bodegones por lo mismo. La de Espaderos, por los artesanos que fabricaban espadas. Muchas fueron conocidas por el apellido de algún habitante. Ahora bien, hay calles con nombres inexplicables, como Monopinta o Cuatro Cositas” detalla Lohmann.

La torre del reloj del Parque Universitario (imagen que es parte del libro).
La torre del reloj del Parque Universitario (imagen que es parte del libro).

La ciudad que no existe

De la Lima antigua queda poco. El investigador dice que los terremotos y los alcaldes destruyeron la ciudad antigua. El libro narra que para ensanchar el jirón Abancay y convertirlo en avenida, se demolieron la iglesia y claustro de Santa Teresa, y parte de los claustros de San Francisco. Para ensanchar el jirón Tacna fue derribada la antigua iglesia de Santa Rosa de los Padres. Al ensanchar lo que ahora es Emancipación se derribaron algunas casonas hermosas, como la llamada de Velaochaga.

“Sin duda alguna los terremotos perjudicaron más. Los más dañinos fueron el de 1687 y 1746, que solo dejaron 125 edificaciones indemnes. Puede decirse, casi sin temor a error, que de antes de 1746 solo quedan más o menos inalterados el Puente de Piedra y la pila de la Plaza; todo lo demás tuvo que ser reconstruido o rehecho por completo”, dice.

Estos y más detalles interesantes se encontrarán en el libro que cuenta con la colaboración de Vladimir Velásquez, director del proyecto Lima Antigua, quien aportó 10 mil imágenes (fotografías, planos, mapas) de su colección.

La plaza Santa Ana, hoy plaza Italia, en la segunda mitad del siglo XIX (imagen que es parte del libro).
La plaza Santa Ana, hoy plaza Italia, en la segunda mitad del siglo XIX (imagen que es parte del libro).

DATOS:

- El Cercado fue un pueblo muy pequeño llamado Santiago. Eran diez o doce manzanas, entre lo que hoy es el jirón Conchucos, Cinco Esquinas y la parte oeste del cementerio El Ángel.

- La Plaza Mayor cambió mucho. Lo más antiguo que queda es la pila y después la catedral. El Palacio de Gobierno es del siglo XX, como las edificaciones aledañas.

-El libro ya está a la venta en la librería del Fondo Editorial del Congreso y también puede comprarse a través de WhatsApp, escribiendo al 924 987 288.

La magna obra de Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena.
La magna obra de Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena.
El autor, Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena.
El autor, Juan Guillermo Lohmann Luca de Tena.

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