El periodista Nicolás Yerovi aún no puede descansar en paz. La última broma que le ha jugado el Perú al humorista es el maltrato oficial que viene recibiendo su memoria por parte del Ministerio de Cultura.
Desde que trascendió su fallecimiento, el domingo 19 de enero, la familia de Nicolás Yerovi viene intentando comunicarse con el Ministerio de Cultura para poder velar al periodista. "Yo sé que a él le hubiera gustado y es un merecido reconocimiento", dice su hija, la también poeta y actriz Paloma Yerovi Cisneros.
A través de la hija del escritor, la familia ha enviado una carta formal a la institución, que ni siquiera ha publicado en sus redes el deceso del recordado hombre de letras. Esto a pesar de que sí ha publicado el deceso del conocido compositor de cumbia Víctor Yaipén, ocurrido el mismo día 19 de enero, a quien sí velarán en la sede de San Borja.
Al cierre de esta nota, no hay una respuesta formal del Ministerio de Cultura. Extraoficialmente, trascendió que un trabajador de la institución preguntaba a sus colegas si es que el escritor Nicolás Yerovi estaba inscrito en la lista de artistas que maneja el Ministerio de Cultura. Al parecer, si un artista no está inscrito en el Rentoca (Registro Nacional de Trabajadores y Organizaciones de las Industrias Culturales y Artes) o en alguna nomenclatura afín, no se le puede considerar artista o rendirle los homenajes correspondientes.
Absurda burocracia que dice mucho del abandono de nuestros artistas, estén inscritos o no. Y que también revela la falta de reacción y sentido común ante lo evidente, ceguera que lamentablemente campea en el órgano estatal.
¿O es que acaso es una venganza política por las ácidas críticas de Yerovi al gobierno de turno? Ésa sí sería una falta de grandeza y conocimiento del rol del Estado, por encima del gobierno de turno. Y una broma de mal gusto.