La escritora cuenta a partir de dónde recogió el título del libro. (Daniel Mordzinski)
La escritora cuenta a partir de dónde recogió el título del libro. (Daniel Mordzinski)

Redacción PERÚ21

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La poesía siempre acompañó a (Lima, 1975). O mejor dicho, se colocó detrás suyo esperando un turno paciente como un sombra "en la que no te fijas, pero que si un día te acuerdas, la miras y está allí". Y llegó el día en que la escritora volteó la mirada para dar luz verde a ese oficio secreto. En Ejercicios para el endurecimiento del espíritu (Peso Pluma, 2016) Gabriela escribe sobre sí misma. No se trata de una novedad, ya que, a sus cuarenta y pocos años, la escritora ya cuenta con tres libros de crónicas y ha formado parte de diferentes antologías: su experiencia con el parto, la inmigración, la muerte, clubes swingers y otras aventuras en primera persona parecen contarlo todo, pero no. Las 100 páginas de este primer poemario demuestran que varios cajones de su armario aún estaban por ser descubiertos.

Desenfado

"Yo siempre escribo sobre mí misma. Esto lo digo siempre, porque es lo que más y lo que menos conozco. Pero, a diferencia de lo que hago como periodista, donde me uso a mí misma para intentar entender a los demás, en poesía uso a los demás para intentar entenderme a mí. Son dos caras de la misma moneda", menciona desde España, donde radica hace más de una década.

Ejercicios para el endurecimiento del espíritu es un respiro, quizás el más profundo y crudo que ha tenido la escritora hasta ahora. El libro deja escenas conmovedoras, poemas violentos que se ubican en la casa de Lima, la playa, una calle de Barcelona, fotografías, conversaciones con los padres, miedo, soledad. Emociones.

Recuerdos crudos escritos con lo más parecido al dolor, como si se tratara de heridas de una guerra vivida a diario.

"Cualquiera que se asome a este libro tendrá la impresión de que lo hace a través del ojo de la cerradura (…)", dijo sobre la obra la escritora colombiana Piedad Bonnett y es así. Al otro lado de la puerta esperan unas historias ocultas que nos perturban, desnudan y, sobre todo, nos endurecen el espíritu.

"En cierto sentido, vivir ya es un ejercicio de endurecimiento, ¿no? De eso se trata, de asumir que hay aspectos de la vida que pueden ser oscuros o tristes o violentos. De todas maneras, el libro no se llama 'el espíritu endurecido', no es un libro sobre un logro, sino sobre un intento (quién sabe si infructuoso) de supervivencia", explica, con la crudeza de sus versos, Wiener.

Tenga en cuenta

  • Ejercicios para el endurecimiento del espíritu consta de cuatro partes y un epílogo, en los que la escritora cuenta a partir de dónde recogió el título del libro.

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