“La crisis nacional que vivimos es un problema de falta de cultura, porque las autoridades no se han parado a reflexionar, un segundo, sobre la realidad”, nos dice el director de teatro (Piko Tamashiro/Perú21).
“La crisis nacional que vivimos es un problema de falta de cultura, porque las autoridades no se han parado a reflexionar, un segundo, sobre la realidad”, nos dice el director de teatro (Piko Tamashiro/Perú21).

está de vuelta. Luego de dejar la dirección del Centro Cultural de la Católica, en 2015, viajó a Madrid para enseñar en la Universidad Complutense. Tiempo y distancia que le han permitido regresar al teatro, a paso firme y prudente. Esta vez para dirigir 'Dos hermanas', obra que ya empezó su temporada en el Teatro de Lucía (Bellavista 512, Miraflores). Va de jueves a lunes a las 8 p.m. y los domingos, 7 p.m. Esta entrevista la hacemos sobre el escenario del teatro, iluminados por las luces del entrañable recinto, pero también por las luminosas respuestas del director y por el alma de niño que conserva.

Hace tres años me comentaste que esperabas que la próxima entrevista sea como escritor. Un año después publicaste el libro 'Bertolucci nunca vino a cenar' y ahora vuelves al Perú con 'Dos hermanas'. Hablemos con el escritor y director.
Sin embargo, 'Dos hermanas' es una detención del tiempo y es lo que pasa con la cultura. El otro día me preguntaron sobre la crisis nacional que vivimos, la que considero que es un problema de falta de cultura, porque las autoridades no se han parado a reflexionar un segundo. No se han colocado al costado de la realidad para poder mirar sobre ella.

¿Y colocarse al costado significa hacer teatro, leer, ver cine?
Si vas a una exposición, el tiempo se detiene. Si lees, también.

Retrocedamos en el tiempo. Estudiaste Derecho y Literatura.
Pero quería ser médico. En mi época había un programa parecido a 'Dr. House' y estaba la serie de TV 'Perry Mason', que era un abogado; entonces, yo quería ser como ambos. Hasta que me di cuenta de que no eran ni médico ni abogado, sino actores (risas).

Y decidiste por lo escénico.
Empecé actuando, pero me interesó más la creación de mundos. Por ejemplo, aquí en 'Dos hermanas' he creado un mundo para que pueda ser habitado por dos hermanas en la ficción y dos hermanas en la realidad, que son Sandra y Cécica Bernasconi, que creo que después de 20 años no trabajan juntas. Y me parece muy hermoso poder colaborar con un teatro pequeño, pero de un gran corazón y que lo han sacado a pulso.

Vienes del CCPUCP, de la Complutense y el ego podría dictar que el siguiente paso debe ser rimbombante.
Tengo un proyecto importante que espero que se pueda realizar en 2019. Es una obra de ficción: ‘¿Quién mató a José María Arguedas?’. Está bastante avanzada. Es la historia de un PIP de la época, al que por borracho y mujeriego sacan de la Policía. Para reivindicarse decide que Arguedas no se suicidó sino que lo mataron y empieza una investigación a través de personajes reales, como Cortázar, Vargas Llosa, Szyszlo, la familia. Será controversial.

“En el amor pasas de la sombra al rayo de luz y viceversa. Es la revelación de una forma interior que hemos tenido, pero que se presenta en la persona amada”, expresa Edgar Saba (Piko Tamashiro/Perú21).
“En el amor pasas de la sombra al rayo de luz y viceversa. Es la revelación de una forma interior que hemos tenido, pero que se presenta en la persona amada”, expresa Edgar Saba (Piko Tamashiro/Perú21).

¿Tiene lugar y fecha?
Están interesados los del Centro Cultural PUCP y La Plaza. Es un proyecto grande y fuerte. Quiero a Carlos Alcántara como el detective.

¿Y va?
Vamos a ver pues, porque es tan famoso y yo no soy tanto. Lo interesante es que Arguedas aparece a los 17 años, mirando lo que hacen los otros. He estado haciendo este estudio con la historiadora Carmen María Pinilla, especialista en Arguedas. Y también tengo otro proyecto: es un trabajo para niños. Lo haré con La Plaza Joven. Es una adaptación de los cuentos fantásticos de Gustavo Adolfo Bécquer.

Volvamos a 'Dos hermanas', donde uno de los temas es la traición de pareja.
Es una obra donde las dos hermanas se pelean entre sí por un hombre. Después se dan cuenta de que no vale la pena. Hay traición. Es una comedia negra. Pero lo hermoso es que estas mujeres van tomando consciencia, que es lo que nos hace libres. Tengo mis seis mandamientos: saber escuchar, comprender, esperar, perdonar, perder y ganar.

¿Has perdido mucho?
Sí. A los 10 años de mi dirección en el centro cultural, conseguí la financiación del Grupo Fierro (grupo español) para poder extender el centro cultural a toda la cuadra. Iba a ser algo espectacular, pero la universidad decidió construir un edificio.

¿Y cuándo ganaste?
Creo que cuando escribí 'Bertolucci nunca vino a cenar'. Mi sueño sigue siendo ser escritor. Y ahora escribo una novela: ‘Los hijos del amor silente’. Empieza en 1914 y termina en 2015. Es una saga familiar. Estudié Literatura, pero me dediqué al teatro porque en esa época los escritores me deprimían. Entrar al café y verlos sufriendo. Escribían sobre las servilletas con sus cafés cortados y hablaban de la revolución, pero eran revolucionarios de café.

¿En algún momento creíste en la revolución?
No, porque, como diría Octavio Paz, la moda es la madre de la muerte. No podía creer en Stalin. No podía creer en la masa, sino en el pueblo. Los partidos políticos de izquierda querían transformar al pueblo en masa. Soy contrario a la revolución de tarjetas postales, pero sí soy de izquierda.

¿Los políticos de antes eran realmente mejores que los de ahora?
El gran tema y problema de nuestro tiempo es la ética. Antes había ética, hoy no. La ética es la coherencia entre lo que piensas, dices y haces.

"Quería ser médico. En mi época había un programa parecido a Dr. House y estaba la serie de TV Perry Mason, que era un abogado; entonces, yo quería ser como ambos", comenta Edgar Saba (Piko Tamashiro/Perú21).
"Quería ser médico. En mi época había un programa parecido a Dr. House y estaba la serie de TV Perry Mason, que era un abogado; entonces, yo quería ser como ambos", comenta Edgar Saba (Piko Tamashiro/Perú21).

¿Los políticos de antes eran realmente mejores que los de ahora?
El gran tema y problema de nuestro tiempo es la ética. Antes había ética, hoy no. La ética es la coherencia entre lo que piensas, dices y haces.

'Dos hermanas' es, finalmente, una historia de amor. ¿Cómo definirlo?
El amor es como la felicidad: pasas de la sombra al rayo de luz y del rayo de luz a la sombra. El amor es la revelación de una forma interior que hemos tenido siempre, pero que de pronto se presenta en la persona amada.

Hace tres años, te pregunté con qué sueñas y te fuiste por la tangente. Te vuelvo a hacer la misma pregunta.
Ahora soy director de una obra y tienes la generosidad de entrevistarme aunque ya no esté en un puesto (supuesto) de poder.

¿Extrañas el sillón del centro cultural?
Sí. Pero lo más importante es sentirse bien en tu piel. Y aún me estoy acomodando a esta piel.

¿Te está costando?
Cada vez menos. Será por ego, ¿no? Pero soy un ser humano felizmente. No sé si Dios exista, pero con toda seguridad Dios no soy yo.

AUTOFICHA: 
“Antes pensaba que uno hacía las cosas por dinero. Luego me di cuenta de que uno hacía las cosas por fama. Pero no, y dije: por lo menos por reconocimiento. Me percaté de que nadie te reconoce nada. Al final, ahora que regresé como gestor cultural y director de teatro, concluí que lo hago por cariño”.

- “El cariño me da una sonrisa en la boca. Una relación con el otro. Una grandeza de saber que formas parte del universo. Y ese cariño lo siento aquí, en el Teatro de Lucía, que es casi un espacio de resistencia. De una familia con una tradición artística muy fuerte”.

- “Soy muy vanidoso, pero no soy ni celoso ni envidioso. ¿Dónde muestro la vanidad? Quiero que no se me caiga el pelo. Quiero ser eternamente joven. Me deprimo porque las chicas más jóvenes no me hacen caso. Me gusta vestirme bien, verme al espejo. Eso me parece bonito, me divierte”.