A veces escribir es lo único que se puede hacer para aplacar el dolor. Le da voz a nuestros miedos. Nos permite decir lo inconfesable y hasta nuestra más íntima desdicha. Eran los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y la escritora francesa Marguerite Duras decidió volcar en su diario la amargura, angustia y desolación que le causó el deportamiento de su esposo Robert Antelme a un campo de concentración nazi.
Estos escritos, que forman parte de la novela 'El dolor', narran el tiempo interminable de su desesperación, la llegada de otros liberados que no eran su esposo, la impunidad y la tragedia de sus compañeros de resistencia frente a los alemanes.
La historia es puesta en escena en el teatro de la Alianza Francesa por Alberto Isola y protagonizada por Alejandra Guerra, quien a través de un monólogo de 50 minutos, nos lleva con fluidez de una escena a otra, de la certeza de la muerte a la esperanza de vida.
Pocas veces una actriz sobre el escenario es capaz de estremecernos como lo hace Guerra. Desde la primera escena su desgarrador diálogo nos transporta a la solitaria casa en París de Marguerite, donde solo el calor de la chimenea y el timbre casi esporádico del teléfono le hacen darse cuenta que aún sigue viva, en medio de su confusión y tristeza.
“La pieza muestra lo que hace una persona mientras espera a un ser querido que no sabes si va a regresar. Refleja el dolor humano y la esperanza como ese sentimiento que nunca perdemos en un momento difícil”, comenta Guerra a Perú21.
Asimismo, la obra que nos remonta al genocidio en los campos de concentración, busca ejercitar la memoria del espectador sobre los principales hechos que remecieron el mundo y que impactaron a la humanidad.
“Muchas personas nos son conscientes de cuántos desaparecidos hubo por el tema de Derechos Humanos. No saben quiénes fueron las víctimas o agresores. No hay memoria, por eso aparecen agrupaciones como el Movadef y los jóvenes lo ven como una opción”, enfatiza la actriz. Vea 'El dolor', una obra que lo conmoverá y lo hará reflexionar.