Estamos de fiesta. La cumple este año medio siglo de intensa labor creativa. Durante este tiempo han formado nueve generaciones de artistas, investigadores y grupos de teatros, en Perú y el extranjero, logrando más de 40 grandes obras en escena. No hay duda alguna: Cuatrotablas es sinónimo de teatro en el Perú.

Y uno de los pilares de la agrupación, como su nombre mismo nos advierte, es Pilar Núñez. La directora escénica recuerda que llegó a la asociación en 1978, cuando tenía 21 años. Encontró a la primera generación liderada por el actor y director, Mario Delgado Vásquez. Ella estudiaba Literatura y en las tardes asistía al Teatro de la PUCP (TUC). Cuando terminó clases pasó a ser pupila a tiempo completo de Cuatrotablas.

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“Siento mucha emoción y orgullo de pertenecer a una institución que se ha mantenido fiel a sus principios. Yo estuve en escena por más de 20 años, desde 1978 hasta el 2001. Participé en 20 obras e hice giras por diferentes regiones y muchos países. Luego tuve un break, para dedicarme a la familia y los hijos. Después me hice directora de teatro y me dediqué a la investigación y la docencia. Da mucha satisfacción de tener vigente este espacio por 50 años”, contó a Perú21, Pilar Nuñez, memoria viva de la institución.

Entre las obras más populares que interpretaron están los dramas clásicos de Brecht, Shakespeare, Calderón de la Barca, Lope de Vega, entre otros. También han puesto en escena un gran número de obras de creación colectiva y de autores peruanos. Todos fueron presentados en diferentes regiones como Ayacucho, Cusco, Piura, Trujillo, Ancash y más. También en el extranjero, en países como México, Italia, Alemania, España y Colombia. Los actores de Cuatrotablas han pisado los mejores teatros del mundo, pero jamás encontraron problemas en actuar en las calles. Quizás ahí está su grandeza.

PASIÓN POR EL ARTE

Pilar Núñez cuenta que el nombre nació porque una vez tuvieron que actuar en un pueblo joven y los vecinos les pusieron unos cilindros y cuatro tablones como escenario para que actúen. “Lope de Vega decía que para hacer teatro se necesitaba solamente cuatro tablas y una gran pasión. Así quedó el nombre”, recuerda.

El 4 de octubre de 2016 se apagaron las luces para el director y fundador Mario Delgado. Su muerte repentina fue devastadora para el grupo. Se había ido el hombre inspirador de cientos de actores.Sin embargo, su legado continúa. “Él no está muerto.Nos ha dejado muchas tareas pendientes, como seguir “arguedizando” el país, que más de un millón de niños conozcan quién fue José María Arguedas. Con Mario fuimos a decenas de colegios para actuar en los patios. Eso no se olvida”, cuenta Miguel Gutti, actor de la octava generación de Cuatrotablas.

Y con 50 años a cuestas el grupo continúa firme en esa misión. Aplausos de pie.


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