Coti cantará en el Gran Teatro Nacional.
Coti cantará en el Gran Teatro Nacional.

No había dado ningún concierto como solista, dice que nadie lo conocía. No había publicado ningún disco. Pero ya componía desde las sombras. Venía de trabajar en la producción del álbum Honestidad brutal de Andrés Calamaro, con Enanitos Verdes, Alejandro Lerner, Natalia Oreiro, Diego Torres. Y estaba en Madrid para terminar de grabar su primer disco homónimo, que cumple 20 años. Una noche, después de haber tenido una primera entrevista con una compañía discográfica, escribió de corrido “Nada fue un error”, una frase que ya sonaba en su memoria. “Uno siempre trabaja desde la ilusión, pero no me imaginaba ni en los mejores sueños que 20 años después íbamos a estar hablando de esa canción”, me dice desde .

Y “Nada fue un error” se convirtió en un hit, canción que tuvo como invitadas a Paulina Rubio y Julieta Venegas. Canción que le abrió puertas como intérprete y que ahora lo trae al Perú para dar un concierto en el , este 23 de abril. Las entradas se pueden adquirir a través de .

Pero Roberto Fidel Sorokin, más conocido como , también fue el artífice de una canción incluso más popular: “Color esperanza”, que nació antes de “Nada fue un error” y que alcanzó la cúspide en la voz de Diego Torres. Pieza que tal vez sea fruto, junto con “Nada fue un error”, del momento que le tocó vivir a los 20 años como padre de mellizos.

Llegó a Buenos Aires desde Rosario, tras el sueño porteño. Le tocó golpear puertas, sin trabajo fijo. Tenía inquietud, ganas de crear, curiosidad y la responsabilidad de mantener una familia. Sus credenciales eran ser músico, productor y compositor, pero trabajó en lo que pudo: daba clases, tocaba en una orquesta, grababa para otros artistas, escribía canciones. En esa vorágine por sobrevivir, un día iba en autobús, volvía a casa, los mellizos ya habían nacido y se le ocurrió el estribillo. “Saber que se puede, querer que se pueda / Quitarse los miedos, sacarlos afuera”, imaginó. Al día siguiente, lo llamó Gerardo ‘Cachorro’ López, productor musical y quien fue parte de Los Abuelos de la Nada. Le dijo: “Necesito una canción para ”. Coti se la cantó por teléfono. “Me gusta, me gusta”, le respondió. Al otro día, terminó la canción, la presentó y gustó; todo de un momento a otro, eran tiempos muy urgentes.

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-“Nada fue un error” podría aplicarse a estos tiempos de pandemia, pero a la vez pienso que tal vez es una frase muy optimista.

Bueno, yo creo que es realista más que optimista, porque siento que se aprende de los errores. Los músicos y los científicos aprendemos de los errores, la mayoría de los logros humanos tienen que ver con el error, un niño para caminar aprende de sus errores. De esto que nos pasa como humanidad también tenemos que aprender. No es un positivismo en vano.

-¿Cuándo se comete un error?

Cuando uno arriesga.

-Pero le tenemos miedo a arriesgar, al error.

Y por miedo al error a veces no aprendemos. Lo peor es no hacer nada por miedo a equivocarse.

-Compones “Color esperanza” y para muchos se vuelve casi un himno. ¿Qué piensas en ese momento: acaso pasa por tu cabeza ‘debí cantarla yo’?

No. Capaz si la grababa yo no hubiera pasado nada. Lo que sucede conviene. Cuando uno es autor, siempre tiene la libertad de grabar la canción en cualquier momento, y lo hice, cuando grabé el disco Lo dije por boca de otro.

-Cuando escuché “Nada fue un error”, sentí que escuchaba a Duncan Dhu, a Calamaro, a Los Rodríguez. Me llamó la atención porque ya eran los 2000 y ese sonido era más noventero y no era la tendencia musical del momento. Pudo haber sido un error.

Siempre fui un poco a contracorriente. “Nada fue un error” pegó y sigue sobreviviendo. Era la única canción más rockera que aparecía en todos lados. Hasta hoy sigo así, nunca me sumé a las modas y sigo siendo muy fiel a lo que hago desde siempre, no me dejo llevar por las modas, porque, así como vienen, se van, uno tiene que sobrevivir a las modas; es más importante ser vigente que estar de moda; es mucho más difícil, pero a la larga el tiempo te da la razón.

-¿En qué no te ha dado la razón el tiempo?

Ningún éxito es tan importante, ningún fracaso es tan importante. Lo más importante es generar algo sostenible, algo creíble, algo que perdure en el tiempo.

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-¿Componer primero antes de ser intérprete fue algo planeado?

Tiene que ver con cosas de la vida misma. Empecé siendo un autor muy chico y con mellizos. La vida me llevó a tener la necesidad de ser responsable con eso y tratar de sobrevivir de lo único que sabía hacer. Tiene que ver con una cuestión humana, no con una elección profesional. No me podía dar el lujo de dedicarme a una carrera artística, me tenía que concentrar en darle de comer a mis hijos. Y me parece bien que haya sido así.

-¿Qué debe tener un compositor?

Sensibilidad y tiene que nutrirse de lectura, de música. Los compositores que admiro son aquellos que, desde un lugar de compositores cultos, crean música popular, me pasa con Caetano Veloso, Stevie Wonder, Bob Dylan, Charly García; esa conjunción es letal, porque genera una música con mucho vuelo y muy mágica.

-¿Tenemos relevos de la canción en Latinoamérica más allá del reggaetón?

Los géneros musicales me dan igual. No juzgo a los artistas por los géneros sino por su arte. Pero sí es cierto que la música más mainstream, comercial es un poco pobre. Sí hay muchas expresiones nuevas y buenas dentro, incluso, de lo urbano, el rap, el trap.

-¿Qué canción te falta hacer?

Siempre será la próxima (risas).

-¿Y dónde se encuentra la próxima canción?

En mi próximo disco o en mi corazón. Componer se trata de desempañar ese cristal y la única manera es trabajando, pasando el paño al cristal (ríe).

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AUTOFICHA:

-“Soy Roberto Fidel Ernesto Sorokin. Tengo 48 años. Nací en Rosario. A los 3 años, mi familia se fue a Entre Ríos y ahí viví mi infancia y adolescencia. Acabé el colegio y volví a Rosario para estudiar música; en casa dudaban, pero cuando uno está muy seguro convence a los demás”.

-“Mis ídolos en ese momento eran Charly García, Spinetta, León Gieco, Fito Páez. No tengo una contabilidad de las composiciones que hice, pero supongo que deben andar por las 400, 500 canciones. Puede ser que “Color esperanza” sea la que más lejos llegó”.

-“Como Coti he publicado 10 discos, y alisto el álbum número 11, que sale este año. En este momento no estoy componiendo para otros. Estoy muy orgulloso y contento de que esta visita a Perú sea en el Gran Teatro Nacional. Vamos a escuchar todas las épocas, toda la trayectoria”.

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