Con sabor criollo.
Con sabor criollo.

Mon Laferte mira al suelo, como esperando un gran momento. Suena la guitarra . La Lá empieza a cantar y la artista chilena sonríe. Sigue con la mirada abajo, pero con la seguridad de que ya empezó el gran momento. La cantautora peruana termina la primera estrofa y llega un primer silencio. Mon Laferte levanta el micro y entra a la canción. Vuelven la guitarra y el cajón. Las dos cantan “Selva negra”, el primer vals que compuso Giovanna Núñez, La Lá, hace más de 10 años.

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¿Dónde está la belleza de la música criolla? “Es juguetona, las guitarras son preciosas, las armonías son lindas, hay voces hermosas y hay un registro del pasado”, me dice La Lá. Tiene más piezas que podríamos inscribir dentro del género que eternizaron Lucha Reyes y Felipe Pinglo, pero desde su registro libre y con raíz.

¿Renovación? “Lo que ya está grabado será eterno. Pero siempre es natural seguir creando. La música criolla es una autoridad en la música peruana. Y yo estoy alrededor, jugando y saltando”, me dice.

HUMOR CRIOLLO

Lo iniciado por Los Juanelos hace ocho años puede ser una herejía. Vestirse de criollos de antaño y transformar los éxitos del reggaetón y otros géneros populares en canciones virales. Con guitarra y cajón, alteran las letras con temáticas actuales. Criollazos.

El padre de Christian Ysla siempre escuchaba música criolla los fines de semana. En un casete sonaban el Zambo Cavero y Óscar Avilés. Música que desde la sala viajaba por toda la casa, mientras la familia cumplía con las labores dominicales.

Pero todo empezó con el padre de su padre, el abuelo que nunca conoció y al que le encantaba la música criolla. Pedro Juanelo, el personaje de Ysla, es un homenaje a su abuelo. Muy bohemio, muy criollo.

“Con Los Juanelos la gente ya tiene algo que le toca. Pero la música criolla está viva; es como tu madre: cuando tocan a tu madre, te movilizas”, me dice.

SONIDO LATINOAMERICANO

Y la música criolla ya es patrimonio de la cultura latinoamericana. En Colombia, la explora y la canta Victoria Sur. Ella interpreta “Tierra de mis soledades” en el disco Íntima, que se acaba de publicar. Álbum que reúne poemas inéditos de Chabuca Granda (1920-1983) y que son musicalizados por diversos artistas.

Tenía 10 años y en casa de sus abuelos sonó la voz de María Dolores Pradera (1924-2018). “La flor de la canela” se escuchaba en el ambiente. Ya en los 20 años, la siguiente parada fue Caetano Veloso y su disco Fina estampa. El siguiente destino fue la misma Chabuca Granda, en un casete.

“Me enamoré de su manera de hacer canciones, de esa sofisticación, de esa dulzura, pero también de ese enraizamiento con la música que suena no solo a Perú, sino realmente a montaña latinoamericana, con el fuego del cajón”, me dice.

¿Y si nos cuestionamos la vigencia de nuestras músicas? “Hay un sector conservador que mantiene vivas las músicas tradicionales, y es valioso y necesario. Pero también es muy importante que haya nuevos exponentes que hagan fusiones para que llegue a nuevas generaciones”, responde.

LA PRESENCIA DE JORGE

El apellido Madueño ya es una institución de la música peruana. Jorge Madueño partió en agosto de este año y deja un camino también transitado desde la música criolla. Produjo Así canta Rubén Flórez, el primer disco del padre del tenor Juan Diego Flórez. También fue parte de la misa criolla de Chabuca Granda a pedido de ella; fue el arreglista y el productor fonográfico.

Jorge Madueño ha compuesto más de una decena de valses originales. Canciones que José Luis, su hijo, ya empezó a tocar. José Luis recuerda las peñas caseras, con la presencia de músicos como Lucho González, Félix Casaverde o Ronaldo Campos, fundador de Perú Negro, donde Jorge fue director musical durante un tiempo.

José Luis terminó el colegio y grabó en el disco Landó de la vida y yo, de Eva Ayllón. Y así se volvió asiduo músico de cantantes como Cecilia Barraza, Cecilia Bracamonte, Jesús Vásquez y la misma Eva. Siempre desde el piano. “La música criolla y afroperuana está muy viva en mí”, me dice.

Formado en la música clásica y en las músicas del mundo, José Luis Madueño tiene una visión panorámica sobre la música criolla. “Se espera que haya nuevas canciones también. Es importante que las canciones que se hagan tengan un discurso de lo que uno está viviendo hoy en día”, dice.

Aquella noche limeña de noviembre de hace un año, al final de “Selva negra”, La Lá y Mon Laferte se abrazaron, en medio de aplausos. “Esta mujer es maravillosa, cuídenla mucho, es un tesoro que tienen en el Perú”, le dijo Mon Laferte al público.

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