Columna vertebral: "Arámbulo: el desierto, la sed y los fantasmas"

“Un lugar como este, más allá de las observaciones realizadas, es un buen libro de cuentos que delata a un escritor talentoso en la búsqueda de un camino propio”.
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En 1993 Carlos Arámbulo (Lima, 1965) debutó en las lides literarias con un libro de forma alargada titulado Acto Primero. Se trataba de un poema río que por su ritmo trepidante y su temática recordaba al célebre Nudo Borromeo de Rodolfo Hinostroza.

Acto Primero adolecía de algunos defectos formales e ingenuidades, pero no dejaba de ser un trabajo interesante, especialmente por la capacidad imaginativa de su autor, bastante más afinada que la de la mayoría de sus colegas generacionales. Luego de esa incursión, Arámbulo dejó de publicar por un par de décadas.

Lo imaginábamos ya definitivamente retirado cuando de pronto nos llegó la noticia de que había llegado a la final del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez por su libro Un lugar como este, el cual ha sido reeditado hace pocas semanas por Estruendomudo.

Se trata de seis relatos que giran en torno a la fundación, tragedia y decadencia de Calderas, pueblo erigido en un desierto infernal que nunca llegó a consolidarse por la falta de agua, constante flagelo que ha convertido a sus habitantes en seres resignados y endurecidos que parecen vivir en una dimensión tan hostil como irreal.

En el primer cuento, que comparte su título con el del volumen, somos partícipes de la desolación y frustración que han reducido al pueblo a un triste despojo en medio de la nada. Un grupo de amigos viaja hasta ahí para enterrar al idealista fundador de Calderas en el patio de su casa, hecho que le sirve a Arámbulo para hacer una crónica donde lo abandonado y lo inservible conforman una atmósfera angustiante y espectral. El final de la aventura es una reivindicación tan irónica como tardía.

Si algo queda claro luego de la lectura de este libro es que a Arámbulo le va mejor con los relatos cortos que con los de amplia extensión. Mientras que La inundación y Escena prima destacan por la concisa efectividad de sus tramas, Esperando la brisa de otoño y Oficio de epifanía generan en el lector la inconformidad de haber presenciado una elaborada faena que nunca consigue concretarse.

Son cuentos concebidos con exceso de ambición, ideados como alardes técnicos que acaban por ser víctimas de sus propias pretensiones. Los argumentos se diluyen entre el recargado tinglado de voces, puntos de vista y monólogos que nunca se hilvanan ni benefician a la narración. Esto sucede sobre todo con Oficio de epifanía, el texto más largo del libro, que como agravante padece de un exceso de páginas que vuelve la lectura tan árida y áspera como el yermo que describe.

Mención aparte merece el lenguaje con el que Arámbulo ha trabajado estos cuentos. Una prosa pulida, por momentos sorprendente y enjoyada de imágenes llenas de poesía que refuerzan el ambiente onírico de las calles y casas de Calderas y que redondean escenas de notable fuerza expresiva, como aquella con la que finaliza Oficio de epifanía: el caballo que, ahuyentado por la grotesca carcajada del padre Daniel cae en una fosa y milagrosamente resulta ileso, desatando un diálogo en el que vida y muerte se confunden entre la locura y la soledad de los protagonistas.

En resumidas cuentas Un lugar como este, más allá de las observaciones realizadas, es un buen libro de cuentos que delata a un escritor talentoso en la búsqueda de un camino propio. Ojalá que esa búsqueda no se traduzca en una larga peregrinación por el desierto.

Ficha

Carlos Arámbulo

  • Un lugar como este
  • Estruendomudo, 2016. 117 pp.
  • Relación con el autor: ninguna.
  • Puntuación: 3/5 estrellas

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