Rubén Fernández quería tener una banda en su colegio de San Borja. Él era de Yauyos y allá existe una extendida tradición bandera, por eso añoraba tanto tener un grupo propio. Así, a finales de la década de los 90, recién pudo reunir el dinero y viajar con su hijo César a comprar los instrumentos. Fue en ese momento –nos cuenta César– cuando se enamoró de los vientos. “Veía los catálogos de saxo y decía ‘¡wow, qué mundo tan bello!’”. Rubén le compró su primer saxo a César cuando tenía 15 años y ahí empezó su aventura con la música, que ahora se vuelca en un proyecto llamado La Patronal, una banda que intenta representar y poner en escena esa tradición del interior del país, que está poco visibilizada en Lima y es casi inexistente fuera de nuestras fronteras. Sentados en la alameda Chabuca Granda, mientras los músicos de la banda se cambian y guardan sus instrumentos, César nos cuenta su historia.

¿Cómo nació la idea de conformar La Patronal?
Mi papá, para recordar su pueblo, su tierra, quería tener su banda, aunque en esa época todos mirábamos hacia afuera. Lo que yo quería hacer cuando era chibolo, por ejemplo, era jazz. Por eso me metí a hacer una brass band –que es así como le dicen los norteamericanos a las bandas de bronce–. Tenía un grupo que se llamaba Marcha, pero no era música nuestra. Yo ahora también soy director de fotografía, y por mi trabajo me he ido a festivales de cine o a grabar escenas fuera del país. En esos viajes te das cuenta de que el Perú se conoce, pero muy poquito. Por eso pensé en crear un proyecto sobre nosotros, sobre nuestro país. La Patronal es mirarse a uno mismo.

Las bandas van muy de la mano con las tradiciones religiosas, ¿no?
Claro. Por ejemplo, en Paucartambo (Cusco) hay una fiesta increíble por la Virgen del Carmen. Me quedé impactado por cómo se organiza todo un pueblo. Hay un compromiso, una entrega... vas entendiendo que la fiesta no es solamente beber por beber, sino que hay un sentido, hay una relación de pertenencia, de roles, de estatus. En ese caso, son 19 danzas y toda la experiencia se vuelve como un gran teatro multisensorial. Y es que la fiesta popular peruana es así. A cualquier fiesta que vayas, la celebración entra por tus ojos, tus oídos, los sabores de la gastronomía, pero sin la música, no habría nada. Cuando viví esa fiesta por primera vez, pensé en qué chévere sería llevar la banda a la ciudad.

¿En Lima no existen?
Lima está llena de tradición bandera, pero en una especie de circuito paralelo. Si te vas a Lima Norte, por ejemplo, Ericko (uno de los músicos) tiene sus papás y abuelos que son músicos de tradición, la familia de Joe también se dedica a la música. Todos los fines de semana hay bandas tocando en Los Olivos. En Facebook hay grupos en los que te dicen los horarios y lugares de las presentaciones de bandas, pero todo fuera de la Lima moderna, si se quiere, como Barranco y Miraflores.

¿No son muy visibilizadas?
Claro, a pesar de que las bandas siempre han estado. Son de finales de 1800, cuando la república ya estaba arrancando. Las bandas tradicionales que disfrutamos ahora se las debemos a las Fuerzas Armadas, porque un filipino fue traído a Lima y fue el primer director de una banda de nuestras fuerzas militares. Luego los instrumentos llegaron al interior del país y nos apropiamos de ellos.

La Patronal

¿La música es un medio para comunicar nuestra cultura?
Por supuesto. El Perú tiene muchas culturas, te lo dicen en el colegio, pero no te das cuenta realmente hasta que lo vives. Es una herramienta para cerrar esas brechas de desconocimiento, no solamente afuera, sino aquí también.

En la banda está presente el mayordomo. ¿Qué representa este personaje?
Es la persona que se encarga de la fiesta. En muchos lugares hay diferentes términos: el alférez, el carguyo, el mayordomo. Las fiestas populares cambian según el lugar, no hay una sola forma de celebrarla. Pero para todos es un honor serlo, hay mucha gente que quiere ser nombrada así porque está rindiéndole homenaje a su tradición y quieren que sea de lo mejor.

¿Todos pueden participar en las fiestas populares?
Tú puedes estar en un pueblo caminando y de casualidad pasas por una fiesta patronal y justo están repartiendo el almuerzo y te reciben y te invitan sin que te conozcan. Me ha pasado. Es por eso que mucha gente de Lima va a Paucartambo, por ejemplo, pero a todos lados hay que ir con humildad y respeto. Siempre somos bienvenidos.

Este tipo de grupos tocan vals, cumbia, salsa, marinera...
Tocamos de todo porque las bandas tradicionales son como una radio. Tú tocas lo que la gente quiere en el momento. Lo bacán es que la banda no se tiene que enchufar. Cuando hay una buena cantidad de músicos, solo bastan los instrumentos. La idea de La Patronal es tocar el repertorio tradicional y contemporáneo del Perú. De hecho, algo que no existe en la tradición son las composiciones inéditas y eso es algo a lo que apuntamos luego.

Parece que ha crecido un movimiento por revalorar lo nuestro.
Se siente que valorar lo nuestro es lo correcto. Hemos estado mirando hacia afuera bastante tiempo; tratando de ser parte del mundo, pero haciendo lo que otros hacen. Las nuevas generaciones, al ser más formadas, están generando el cambio. Pero no es una chamba solo de los más jóvenes, sino que desde los setenta ha habido grupos artísticos muy buenos que han resistido y ahora un peruano puede vivir de su arte. Aunque si bien existe mercado, de todas maneras falta desarrollarlo más, pero antes era imposible. Estamos viviendo un momento bueno, pero hace falta mejorar.

¿Qué falta?
Hay que valorarnos más. El mirarnos y contar nuestras historias es lo que nos va a hacer únicos.

La Patronal

AUTOFICHA:
- “También hago cine. Estudié Comunicación en la Universidad de Lima, pero no terminé. Me fui a San Antonio de los Baños, en Cuba, a llevar cursos de dirección de cine, de puesta en escena y dirección de actores. También llevé talleres de fotografía porque desde que tenía 18, quería ser director de foto”.

- “Mi padre me había regalado un saxo soprano. Cuando él ya había fallecido, vendí ese instrumento para hacer un cortometraje. Mis amigos vieron mi chamba y poco a poco me fueron dando más oportunidades. He hecho pelis como El limpiador, El soñador”.

- “En un primer momento me gustaron mucho grupos como Dirty Dozen Brass Band, Rebirth Brass Band. Me encanta Agua Marina, me parece un grupazo; también Jaime Guardia, que es un charanguista; Amanda Portales; habría muchos otros, pero esos son los que escucho desde pequeño”.